MENU

Comentarios (0) Actualidad, Destacado, Editorial, Galería

¿Argentina debe ser un país productor de automóviles?

Fabricación de autos en Argentina. En este caso, el Fiat Cronos, en Ferreyra, Córdoba

Pregunta complicada… o para ser más rigurosos con el lenguaje, diría que es una pregunta difícil de responder y por varias razones. Por un lado porque se mezclan cuestiones subjetivas y de orgullo nacional de ser productores con otras más racionales que tienen que ver con querer pagar por un producto el precio que cuesta en otros mercados, cercanos incluso, y no bastante más. Por otro lado hay que tener en cuenta si el análisis se hace desde el lado del gobierno (el que fuere, el de turno), que sin dudas querrá una balanza comercial más favorable, y produciendo localmente y, más, exportando, con lo que la ecuación será más favorable para el país, o, de nuevo, desde el punto de vista de un simple consumidor que le interesa no pagar de más por «inflar el pecho» mostrando que somos productores.

Peugeot 208. Un exitoso «Made in Argentina»

Y tenemos un mercado totalmente diferente y muy cercano (y distinto) que es el chileno, donde prácticamente no se producen artículos de cierta complejidad, y de hecho desde la ropa hasta los autos, pasando por electrodomésticos, herramientas y casi todo, se importa de otros países. Y en todo caso la pregunta obvia que surge es: en ese contexto, ¿a Chile le va mejor o peor que a nosotros? y otra más punzante, ¿los consumidores chilenos están más contentos con el precio y la variedad de los productos que nosotros? Es una pregunta algo amarillista y populista, tal vez, pero no debe dejar de tenerse en cuenta al consumidor. Sino, el análisis es incompleto.

Toyota Hilux. Un éxito local y de exportación

Vamos a dos rubros distintos y que no son del automóvil. Por ejemplo las líneas aéreas. A mi gusta tener una aerolínea de bandera pero… siempre y cuando sea eficiente, los pasajes cuesten similar a otras aerolíneas y no genere déficit que pagamos todos, los que vuelan y los que no (independientemente si actualmente es deficitaria o no). Entonces, con esas aclaraciones, sí, seguramente prefiera viajar en una aérea argentina. Ahora, si no se cumple lo anterior, sumado a paros y una serie de cuestiones históricas en «nuestra» compañía de aviación, ya no me interesa. Porque la frase «defendamos nuestra aerolínea de bandera?, es tendenciosa. ¿Nuestra? Mía no es, no me da ningun beneficio, y por el contrario, y en general, comparando con la competencia, pierde en muchos ítems, además del déficit.

Ford Ranger. Gran inversión para producir el mismo producto que en otras partes del mundo

Otro caso diferente, pero con similares conclusiones es el de Tierra del Fuego. ¿Me parece bien que en la zona más austral se produzcan bienes y se avance en poblar y desarrolla ese extremos sur? Por supuesto que sí. Ahora, si yo tengo que pagar el doble, el triple y a veces más, por el mismo celular que en Chile, Paraguay o Brasil, ya lo anterior pierde sentido. Mucho más cuando, en este caso sobre todo, se ensamblan electrodomésticos y productos electrónicos con una baja integración de proveedores locales. Llegan los principales componentes del exterior y se ensamblan para luego decir «Made in Argentina». Peor aun. Pero volvamos a la industria automotriz, que es la que nos ocupa en este caso.

Ford Territory (restyling). Interesante performance comercial para la SUV china

Más allá que nos estamos haciendo fuertes en la producción de pickups medianas (Amarok, Ranger, Frontier, Hilux, Alaskan), en general, la integración de piezas locales es baja en nuestro país. En todo caso bastante menor a las gloriosas décadas del 60 y 70 (para la industria), con desarrollos locales, incluso, restylings locales, y hasta algunas versiones deportivas que, por más que presentaran leves diferencias, se desarrollaban acá. Además, lo de polo productivo de pickups (que lo somos) también tiene «sus bemoles». La nueva Frontier no se hará en Argentina (con alta incidencia de la situación complicada de Nissan a nivel mundial, hay que decirlo), la Amarok 1.5 (uno y medio) tendría «los meses contados», si bien por otro lado, los proyectos Renault Niágara y Fiat Titano (y sus derivados) siguen adelante. Claros y oscuros.

HAVAL H6 GT. Otro producto chino. Otra marca asiática que crece

También hay que tener en cuenta que si los vehículos en Argentina son caros (siempre lo fueron), responsabilizar por esta situación solo a los industriales argumentando que producen caro y mal es injusto. Más allá que algo de eso ocurra o no, lo cierto es que con el famoso «costo laboral argentino», es muy complicado ser competitivos. Cuando quien fabrica acá tiene una carga impositiva enorme, y en todo caso mucho más alta que países de la región y ni hablar de otras, entonces no resulta sencillo el tema. Cuando el gobierno avanza hacia la «libre importación», algo sin dudas beneficioso para los consumidores, los productores responden «bajame el costo laboral, impuestos en otros rubros, y entonces sí poneme a competir de igual a igual con lo que viene de afuera». Y es algo absolutamente lógico.

Renault 12 Alpine. Otros tiempos, otros consumidores, otra industria local, otro mundo

Como conclusión personal, creo que deben cambiar muchas cosas para que nuestro país produzca vehículos competitivos a nivel exportación y mercado interno; hay que modificar todo el sistema impositivo, laboral, etc., y llevará tiempo, pero hay que hacerlo. Porque si se permitiera importar de golpe sin impuestos, tal como están las cosas localmente, pasaría algo similar a lo ocurrido con la importación de Martinez de Hoz a finales de los 70´s. Muchos autos y opciones a menor precio y una industria local por el suelo. Entonces, exijamos competitividad a nuestros productores (en general) pero démosles las herramientas para que puedan producir en condiciones similares a los de afuera, con reglas de juego parejas para locales y foráneos. Sino, el resultado no será bueno, o lo será solo en forma parcial.

Proyección de cómo se vería la nueva pickup Renault Niágara que reemplazará a Oroch, desde Córdoba

Siempre seremos «Brasil dependientes» por cuestiones lógicas de tamaños y mercados, pero creo podemos quizás tener una industria local algo menor (en cantidad) que la actual pero focalizada en algunos segmentos o tipos de productos como pickups o SUVs, por ejemplo. Claro, tampoco ayuda el fenómeno chino que arrasa con todo a su paso en todo el mundo, salvo por ahora en Estados Unidos, quienes más tarde o más temprano deberán también repensar su industria automotriz. Son tiempos complicados para el sector en todo el mundo y por varias razones (China, electrificación, cambios en los consumidores, crisis, etc.) pero debemos comenzar a sentar las bases de una industria automotriz 2.0, diferente a la actual pero con peso propio y eficiencia, entendiendo que para llegar a eso, deben cambiarse muchas cuestiones, privadas y estatales. Ojalá así comience a ocurrir, gobierne quien gobierne.

Torino (ZX), otro ícono argentino, más allá de la eterna discusión sobre su origen

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *