Hay desafíos de distinto tipo. Pero una división podría efectuarse, entre aquellos propios e inherentes a Stellantis, y los que resultan comunes a cualquier automotriz en el actual y globalizado mundo que nos toca habitar. Comenzando por el final, hay cuestiones que están abordando (o deberían estar haciéndolo) todas las automotrices. La electrificación, la mudanza hacia nuevos (no tan nuevas en realidad) formatos, la conducción autónoma, el Car Sharing; todos desafíos de bastante reciente aparición, al menos como tendencia ineludible en el mundo del automóvil.
Pero además, Stellantis, en general como en en cualquier proceso de asociación/fusión, y en particular en el suyo, tiene otros relacionados con su portfolio de productos. Claramente, y como objetivo general básico de toda operación de este tipo, la reducción de costos, mejorando la ecuación económica es la meta. Y abarcará varios frentes. Por un lado, no creo que haya un «desguace» de plantas industriales, pero no resulta descabellado que algunas desaparezcan, aunque no en gran proporción. Por el otro habrá sinergias en cuanto a plataformas. Menos cantidad, dándole a cada producto personalidad estética. Si Fiat relanzara el Punto (algo muy probable, sobre todo en la era post Marchionne), sin dudas tomaría la plataforma de los Peugeot 208/Citroën C3/Opel Corsa. Por poner un ejemplo.
Esto no será inmediato, pero a mediano plazo los diferentes modelos de las distintas marcas del nuevo mega grupo compartirán muchos elementos. A nivel estético, y sobre todo desde el punto de vista del comprador, no tendría gran efecto distorsivo, ya que visualmente las marcas seguirán teniendo su personalidad. Sí en cuanto a motores, cajas y otros componentes. Resulta muy probable que los nuevos motores Firefly turbo 1.0 y 1.3 equipen no solo a Renegade, Compass, Cronos y otros, sino también a algunos franceses. Y viceversa. Obviamente, tampoco todo se reducirá a un par de plataformas y motores para todos los modelos, pero sin dudas se achicará el abanico actual.
Otro desafío puntual de Stellantis tiene que ver con 3 de sus marcas, que han pasado a formar su rama premium: Alfa Romeo, Lancia y DS. Aunque cada una con sus especificidades, no terminan de acomodarse a nivel posicionamiento. No son generalistas del todo, y tampoco premium: o al menos el mercado no las ve así. Carlos Tavarez, líder de Stellantis, ha expresado que «no tienen nada que envidiarle a las premium alemanas» y aunque en términos objetivos tal vez no esté mu alejado de la realidad (sobre todo DS), claramente tendrán que trabajar y mucho para que el mercado así lo entienda. La movilidad eléctrica tendrá un papel absolutamente preponderante en este desafío para las 3 marcas; el de convertirse en alternativa real a los alemanes. De todos modos, cada una tiene realidades y panoramas diferentes.
Seguramente la que «arranca peor» es Lancia. Otrora seguida y deseada por muchos fanáticos, hoy ha quedado relegada al esquema «1/1»: un solo modelo, un solo mercado. Comercializa el Ypsilon, que se mantiene casi sin cambios desde hace varios años, y lo vende solo en su Italia natal. No recibirá un portfolio numeroso; creo que tendrá 2 o 3 modelos, en formato SUV o crossover, electrificados y con todo el refinamiento y lujo propios de la marca. Al fin y al cabo, aunque con varias debilidades, su fortaleza principal radica en la magia que envuelve a la marca y que pocas automotrices pueden ostentar. La realidad de Alfa Romeo es un poco más favorable. Si bien también navega en aguas turbulentas, no logró reinsertarse en Estados Unidos (una de sus objetivos históricos) y quedó con solo 2 productos actualmente, Giulia y Stelvio, tiene en camino el SUV Tonale, por debajo de aquel, y más adelante, Brennero.
Además se vende en distintos mercados y se encuentra vigente. Sin dudas mejor que Lancia, aunque lejos de estar resuelta su situación. Giulia y Stelvio son excelentes productos pero no han logrado la aprobación del mercado. Finalmente, DS es quien «la tiene más fácil» aunque no asegurada. DS 3 Crossback y DS 7 Crossback cuentan con muy buena receptividad por parte el mercado (en Argentina fuertemente), han presentado el muy interesante DS 4, ya tienen el sedán DS 9 y parece que están en el camino correcto aunque claro, para pelear en la misma categoría que el trío alemán, y no morir en el intento, le queda un camino todavía, y no es campo de golf. Pero está haciendo las cosas bien, sin dudas.
Por supuesto quedan varios interrogantes. ¿Qué ocurrirá con Abarth, hoy con un solo producto (y distintas versiones)?, ¿seguirá Maserati dentro de Stellantis o será vendida?, ¿le darán crédito a Chrysler, que está en situación no muy diferente a Lancia? En fin, varios frentes abiertos y todos muy interesantes. Similares desafíos tiene la alianza Renault/Nissan/Mitsubishi, con Luca De Meo a la cabeza de Groupe Renault, si bien con menos marcas involucradas. Finalmente, el propio Carlos Tavares ha expresado que «a todos las marcas del grupo (a sus gerentes) se le darán 10 años para que realicen los cambios e inversiones necesarias para llegar a una situación saludable, o mantenerla, según el caso. Finalizado ese período, veremos como sigue cada marca». ¿Advertencia o espaldarazo? Tal vez ambas.