Pregunta complicada, o mejor dicho, pregunta de respuesta complicada. Claramente nadie sabe con exactitud cómo serán los próximos ¿10? años a nivel motorizaciones y características de los autos. Sí, obviamente todo apunta a la movilidad eléctrica masiva, en mayor o menor tiempo (cuando digo «mayor» me refiero a solo unos años), no es que no conozca esta realidad, de la que he escrito en varias oportunidades, por otro lado. Simplemente trato de ir «un poco más allá» y en todo caso cambiar la pregunta. ¿Podemos afirmar bajo juramento que en 5, 6, 10 años ya no se fabricarán motores nafteros o diesel? Yo no puedo asegurarlo, al menos de manera firme. ¿Porqué?
Bueno, por varias razones. Primero porque los actuales tiempos en que vivimos (en general y los automovilísticos en general), son cambiantes y de nuevos paradigmas «a cada rato». Y sino pensemos, por ejemplo, ¿quién hubiera dicho hace 6 o 7 años que no habría una 9a generación de Golf, que Ford Mondeo y Volkswagen Passat, dos referentes de la industria automotriz pasarían a mejor vida?, ¿o que la 5a generación del Renault Megane sería solo eléctrica? Seguramente pocos; más bien ninguno, ni el más aventurado. Y esto hace que debamos ser muy cuidadosos a la hora de asegurar cuestiones a futuro, por más obvias que parezcan hoy.
Por otro lado, si bien los eléctricos están avanzando y «destruyendo todo a su paso», hay algunas señales, indicios, tímidos sí, que dan alguna esperanza para vehículos con motor a combustión. Porsche es una de las que más está trabajando en tal sentido, conscientes (y así lo expresan) que un 911 es para disfrutar como es hoy y con nafta como combustible. Los llamados sintéticos o parafínicos (diesel sobre todo) cuentan con interesantes desarrollos y permiten soñar con una prolongación de vida para motores a combustión. Hoy resulta cara e ineficiente su producción, pero quizás en el corto plazo, antes que desaparezcan los motores tal cual los conocemos, contemos con esta nueva «esperanza».
A ver, no soy enemigo de la movilidad eléctrica, más allá de estar «seteado» y acostumbrado a motores nafteros y diesel. De hecho, cuando probé el eléctrico Nissan LEAF, tuve una interesante experiencia, y cambió (para mejor) mi visión acerca de estos vehículos. Sí estoy en contra, o en todo caso no me gusta, que de golpe no haya ninguna palabra válida salvo «electricidad«. Creo que perfectamente podría haberse dado una interfase, un período de transición entre ambos mundos, más gradual, esperando ver qué ocurría con los nuevos e-fuel, combustibles ecológicos (además del hidrógeno, no como pila de combustible, cuyo desarrollo está bastante avanzado).
Todo cambia tan rápidamente que, por ejemplo, los híbridos, de los que se decía hasta hace algunos años que eran el corto y mediano plazo, como enlace a través del tiempo con los eléctricos, hoy están desapareciendo, literalmente. Hasta Toyota que fue una de las marcas más reacias a este cambio, presentó recientemente 16 concepts eléctricos. Sí, dieciséis. Se rindió ante la evidencia. O te subís al tren o lo perdés, así de simple. Y muestras de la avanzada hay a montones. Renault y los nuevos Megane y R5 (y R4), el Fiat 500, los Peugeot 208/2008, ni hablar de Tesla, el Ford Mustang Mach-E, la F-150 Lightning, la Chevrolet Silverado EV, la próxima RAM, el nuevo Lancia Delta, el próximo Dodge Challenger, o el Peugeot e-308, por mencionar uno de los últimos; todos cambios drásticos de paradigmas.
CONCLUSIONES
Por todo lo antes expresado, afirmar qué ocurrirá con la industria del automóvil en los próximos 10 años resulta casi suicida. Lo obvio es que cada vez habrá más eléctricos y menos nafteros y diesel, y en algún momento, más temprano que tarde, la proporción entre ambos mundos se invertirá. Lo habitual será la movilidad a batería, y lo raro pasará a ser la motorización a combustión. De todos modos no me animo a firmar su Certificado de Defunción; quizás pueda haber un futuro minoritario en cuanto a presencia, pero futuro al fin para los motores tal cual los conocemos actualmente. Y algo similar sucede con los formatos. Hoy todo pasa por pick ups y SUVs, desapareciendo sedanes, hatcbhack y deportivos coupé, pero tal vez, en algún momento vuelvan, con alguna metamorfosis. Ojalá.