Estrategias de mercado. Y de mercados. Históricamente, cada región; más aún, cada país, tenía fuertemente marcadas, tendencias, hábitos, cuestiones culturales, y preferencias automovilísticas. Pero, así como el mundo «se fue globalizando» y cada vez hay menos particularidades regionales (solo queda el idioma como fuerte elemento diferenciador, y hasta cierto punto..), también los mercados automotrices se fueron integrando.

Si analizamos, sin ir más lejos, los mercados argentino y brasileño, de hace 25 años o más, encontramos fuertes diferencias. Allá, pocos «tricuerpo», y los pocos que había, con 2 puertas; también algunas rurales 2 puertas, varios motores de 1000 cm3, mientras que en Argentina, la situación era bien diferente. Sin embargo, hoy, ambos mercados son muy parecidos, habiéndose acomodado en ambos sentidos, aunque, por peso precio, más tuvimos que adaptarnos nosotros al «gusto carioca».

Y uno de los pocos productos que existen en Brasil y no aquí, es justamente el Ford Edge (Ford también tiene otro caso, el Fusion), un modelo pensado para Estados Unidos y Canadá, como mercados principales, pero que está desembarcado en esta nueva generación en nuestro gigante vecino (aunque hoy, coyunturalmente, bastante venido a menos).

Edge nació en 2006, (quizás «más crossover» que el actual) y tuvo algunos restylings (2012), hasta llegar al actual, 2016, que presenta una una generación, y, al que encontramos «más SUV». Así como comentábamos que los mercados van cambiando y se van homogeneizando, también (en parte consecuencia de aquello) los segmentos han ido mutando. Aquella vieja segmentación (sedán, coupé, pick up, etc.) despareció, y hoy toman fuerte protagonismo los Crossover, vehículos que son «un poco SUV, un poco auto, un poco familiar, un poco deportivo», y que cumplen varias funciones en un solo envase; sí, tal vez no tan eficientemente en cada uno en particular, pero aportan gran versatilidad.

Hoy los SUV son «mucho más light» que los originales, salvo honrosas excepciones (Jeep Wrangler, algún Land Rover y poco más). Con lo que, las diferencias entre SUV light y Crossover siguen decreciendo. De ahí el juego de palabras del título, «SUV/Crossover». Aunque Ford lo catologa como del segundo grupo, en algunos mercados se lo ve como SUV. ¿Solo semántica? Tal vez.

Con pequeñas diferencias, el Ford Edge se vende tanto en Estados Unidos como en Europa (2 de los grandes grupos geográficos). En el país del norte de nuestro continente (fabricado en Canadá), Edge cuenta con variantes solo nafteras: 2.0 Ecoboost de 245 CV, V6 3.5 de 280 CV y V6 2.7 Ecoboost de 315 CV. Precios entre USD 29.000 y USD 41.000. En Europa, solo motores diesel, los TDCI 2.0L de 180 CV y 210 CV. Allí los precios cambian, claro, situándose la franja entre USD 46.000 y USD 58.000.

El equipamiento del Edge es muy interesante, y sobre todo en innovación y seguridad. Dirección adaptativa eléctrica (suave y más directa en ciudad; más dura y desmultiplicada a altas velocidades), algo inédito (y que llega de la mano de los desarrollos de Vignale, la nueva división de lujo de Ford) como el Control Activo de Ruidos, que genera «ondas opuestas» a la de los ruidos que llegan al habítáculo, neutralizándolos.

Puntualmente en seguridad, Alerta de Tráfico Cruzado, Hill Assist, Control de Oscilación de Remolque, Asistente de colisión de peatones, Cinturones de seguridad traseros inflables (airbags), SYNC2 con asistencia automática para emergencias en choques, Detector de Fatiga, LED diurnos, Reconocimiento de Señales de Tráfico, Alerta de Cambio de Carril, Control de Crucero Adaptativo, y varias «cositas» más. Un auto muy seguro. Tracción delantera o integral «on demand» y caja manual o automática Powershift.

En cuanto a diseño, con muy generosas llantas de 20″, muestra un estilo sobrio y moderno: ni del todo SUV, ni del todo Crossover, quizás lo mejor de ambos mundos. Desarrollado sobre la plataforma del Mondeo, su espacio interior es interesante. Si tuvieramos que buscarle «parecidos», diríamos que en Kia Sorento, Hyundai Tucson y Hyundai Santa Fe, están su parientes estéticos más cercanos, aunque puntualmente en esta última encontramos las mayores coincidencias. Comparte -casi- dimensiones con Grand Santa Fe, en las cercanías de los 4.7 m de longitud.

Aunque no nos animamos a descartarla «de plano» para nuestro mercado, y más, estando disponible en Brasil (aunque Argentina apunta a ser menos «Brasildependiente»), no está en los planes de la marca en el corto plazo. Tal vez, le ponemos algunas fichitas para la última parte del año próximo. Ojalá. El tema es que, aunque son vehiculos distintos, se disputarían mercado con Kuga.