El título hace referencia a una noticia real de estos días. Sin embargo, nobleza obliga, el tema de fondo va más allá de Volkswagen. Afecta a los vehículos eléctricos en general. Y tiene que ver con la discusión que hay en Europa en estos días respecto a los incentivos de compra para vehículos EV, si deben continuar o directamente eliminarse. Por lo pronto, a partir del inicio de 2024, las ayudas se reducirán a 3,000 euros y solo para eléctricos con precios menores a 47,000 euros. Quedan excluidos los de mayor precio (algo razonable), pero también los híbridos. ¿Razonable? Bueno, convengamos algo: si bien hace mucho tiempo, con los primeros eléctricos, eran necesarias las ayudas a la compra, dado los altos costos de fabricación y las reducidas economías de escala, la situación hoy es diferente.

Aunque todavía los EV cuentan con volúmenes comerciales bastante menores en relación al resto, han crecido muchísimo, sobre todo Tesla, muchas chinas y otras, como Volkswagen sin ir mas lejos. Por lo tanto, la ecuación no debería ser tan desbalanceada actualmente. Sin embargo, desde el sector aseguran que hoy se vende a pérdida y que el eléctrico aún no es sustentable económicamente por sí mismo, a nivel costos de producción versus precios de venta. Claro, definir si es justo o no que haya subvenciones gubernamentales a los eléctricos (que las pagan tambien quienes ni siquiera tienen auto) es algo más complejo que el análisis de costos de fabricación. También continúa el debate respecto a si verdaderamente, al menos en las condiciones actuales, y tomando el ciclo de vida útil de principio a fin (incluida su producción y el destino de las baterías), son más ecológicos los autos eléctricos.

Personalmente creo que depende mucho de la matriz energética con que se produce la energía que luego consumirán esos vehículos. Y de varios factores más. De todos modos, a pesar del avance tecnológico en los combustible ecológicos y en los e-fuels, está claro que todo (o casi todo) pasará por la movilidad eléctrica en el corto plazo, ni siquiera mediano. A pesar que se especula con una mayor flexibilidad en la próxima norma Euro 7 para los combustibles fósiles, lo que alargaría su utilización, el horizonte de 2030 (algo antes o algo después según mercados) de fin de venta de vehículos con motores térmicos, parece inamovible. En septiembre se vendieron 224,500 autos en Alemania, de los cuales solo 31,700 fueron eléctricos, lo que implica una caída de casi el 29% respecto a setiembre del año pasado, en parte como consecuencia de la reducción de los incentivos que ya comenzó a aplicarse en setiembre.

Reitero lo expresado en varias oportunidades. No estoy en contra de la movilidad eléctrica, aunque también debo decir que no estoy tan convencido de este tan repentino cambio. Me hubiera gustado un mix más «compensado» entre eléctricos, híbridos, y motores térmicos con combustibles sintéticos, lo cual quizás termine ocurriendo en el futuro. De todos modos, teniendo en cuenta que la (enorme) rueda del cambio eléctrico avanza vertiginosamente, que las automotrices ya han apostado casi todo por ellos, que nuevas tecnologías permitirían baterías de gran autonomía y mínimos tiempos de carga, y otros factores, hacen pensar que el futuro será solamente eléctrico. ¿Será?