En las primeras horas de 2020 Fiat presentaba el 500e, versión eléctrica del Cinquecento, aunque se trata de otro modelo; no solo un 500 a baterías. Y hace un par de meses adelantábamos las intenciones de Abarth de lanzar su primer producto eléctrico, con base 500, claro. De hecho, todos los productos de Abarth en la actualidad se basan en el pequeño italiano, con motor naftero. Y probamos hace un tiempo el Abarth 595, espectaculares sensaciones a bordo. Al igual que el resto de las automotrices, se encuentra en un proceso de transformación hacia la movilidad eléctrica, y el 500 eléctrico será su primer producto.
El 500 eléctrico «normal» entrega 118 CV, en su eje delantero. Resulta obvio que un Abarth tiene como premisa básica una mejora en las prestaciones, y esto tiene que ver centralmente con un motor más potente. A diferencia de los motores térmicos, a combustión, mejorar potencia no es cuestión de «chipear» el motor, o cambiar la calibración de la central, o colocar un turbo de mayor tamaño. Acá es más complicado llegar a unos 160/170 CV (como para equiparar al actual 595 naftero), así que no está muy claro que solución técnica adoptará la marca del escorpión para su primer modelo eléctrico.
En lo estético, como ocurre habitualmente en Abarth, las modificaciones no serán drásticas. Paragolpes delantero, faldones, alerón trasero, spoiler, ¿gran caño de escape?… obviamente no. No puede recurrir a ese atractivo y deportivo recurso. Sí, bajos del paragolpes con deflectores. Las fotos espía muestran un 500 eléctrico con un calco que hace referencia a un Abarth. La única diferencia con 500e viene de la mano de unas llantas muy deportivas, y «muy Alfa», que por cierto, opinión personal, desentonan sin los otros insertos deportivos. Veremos qué potencia rinde el Abarth 595e (¿así se llamará?) y qué diferencias visuales mostrará.
