INTRODUCCION
Pasaron algo más de 4 años desde que probamos la pick up más potente, Amarok V6, en su variante Highline, en aquel momento la segunda más cara, por debajo de la Extreme, con desmedidas llantas de 20″ y neumáticos de perfil 50. Y aprovechando esta prestacional pick up, recorrimos el inolvidable tramo del rally mundial (en aquel momento), «El Cóndor-Copina», algo muy divertido. Amarok goza de un presente comercial muy bueno, a tal punto que en octubre, ocupó el 2° lugar en el ranking general de ventas en Argentina, siendo superada solo por el inalcanzable Fiat Cronos. Y en el acumulado 2022, si bien se ubica debajo de Toyota Hilux, no deja de cerrar un año muy interesante. Y aunque no ha cambiado su fisonomía (de manera importante) desde 2011, resultaba interesante volver a subirnos a la pick up más potente hasta ahora, y que lo seguirá siendo.
DISEÑO EXTERIOR
Teniendo en cuenta que la mayoría de los aspectos técnicos y visuales de Amarok, no han cambiado de manera importante, será un test algo resumido, sobre todo en aquellas cuestiones que han permanecido casi inalteradas. Y el diseño es una de ellas. Y aunque puede ser considerado demasiado sobrio, y hasta casi aburrido, y sobre todo en esta potente pero algo despojada versión V6 Comfortline, claramente Amarok sigue gustando. Personalmente me considero adepto al diseño alemán en general, y al de Volkswagen en particular, sobrio, sin excesos, clásico, casi atemporal, aunque algo desabrido si se quiere, mal inevitable. Lo que más llama la atención en el sector frontal, son las ópticas clásicas, con «lamparitas», vista casi desaparecida en los modelos actuales, lógico quizás en una versión más bien básica como la Comfortline y la palabrita V6. Me gusta que haya solo algunos «cromados» y no un un exceso, creyendo en muchos casos que eso le aporta elegancia «per-sé» a un modelo.
Para la tendencia actual, llama la atención el capot plano, «no trabajado» Enorme logo. Atrás, desluce quizás el paragolpes negro, aunque en esta unidad, con el mismo color, pasa más desapercibidos. 4Motion indica la tracción integral de esta versión. ¿La cámara de marcha atrás? No hay. Si bien cuenta con sensores, podría incorporar una cámara. En el lateral, ausencia de estribos; prefiero así. Y como en el resto, sobriedad, quizás algo exagerada, neumáticos y llantas «normales», que la dejan peor plantada (guardabarros menos «llenos») pero le dan un mayor confort de marcha. Son más lógicas. Los guardabarros ensanchados le quedan muy bien. Me gusta la elección de terminaciones en negro y no cromadas en esta versión y en este color. En blanco, la cosa cambia. Neumáticos Continental CrossContact M+S 245/65R17. Buena elección.
INTERIOR
No resulta tan sencillo abrir el capot, por una varilla ubicada muy arriba. Al no estar encapsulado, el vano motor da cierta de idea de improlijidad, pero es solo una percepción subjetiva. Ingresar a las plazas delanteras de Amarok es una tarea bastante sencilla. Butacas con tapizado textil (personalmente los prefiero), con regulación manual de altura (queda siempre alta como en casi todos los modelos actuales y sobre todo en pick ups), con un mecanismo con que transmite cierta fragilidad (sensación). Buena posición de manejo. Tablero clásico, analógico, bien «Volkswagen», con dos grandes cuadrantes (círculos) principales y dos chicos (¿demasiado?) para nivel de combustible y temperatura agua. Display digital en el medio, con información básica. Para los cánones actuales, incluso de Volkswagen, antiguo. De todos modos, me gusta el diseño interior. Pantalla central chica y con lector de CD (delata su edad). Posibilidad de utilizar apps de apple y android. Sin navegador específico. Aire Acondicionado semiautomático (sin críticas). Reconocida caja automática de 8 relaciones, con opción secuencial, en pomo y en levas detrás el volante.
Volante con doble regulación, y con mandos de computadora y audio, cruzados. ¿Porqué digo esto? Creo resulta más intuitivo que el de la derecha maneje el audio y el de la izquierda la computadora de a bordo, aunque es un tema menor. Eficiente caja. Consola entre asientos de buen tamaño, pero con 8 «teclas previstas» y solo 3 en uso: ASR Off, Off Road y Diferencial. Freno de mano mecánico, lo prefiero. Destacable visibilidad en Amarok. En cuanto a calidad interior, es buena, aunque más de ensamble que de materiales, todos duros, algo no ilógico en una versión con un motor espectacular, pero básica a nivel posicionamiento. A pesar que Amarok luce ancha, el espacio en las plazas posteriores, si bien suficiente, no sobra. Muy buena altura a techo, asiento trasero cómodo, con plaza central no tan áspera como es habitual ver en la actualidad. Mal por la falta de puerto USB y salidas de climatización en plazas traseras. De todos modos, las pick ups no están pensadas para viajar y en ese sentido su habitabilidad es adecuada. Suelo dedicar un capítulo al equipamiento, aunque en este caso, resultando bastante escueto en Confort y Seguridad, no hay mucho para destacar, y no es el fuerte de la versión; para eso están sus hermanas más caras.
FUNCIONAMIENTO
Acá lo mejor de esta Amarok V6 Comfortline. Un motor increíble, con muy eficientes 258 CV, pero además, con un andar muy confortable, equilibrado, seguramente la pick up con mejor confort de marcha, un clásico del modelo. Aunque en ciudad resulta algo ruidoso (nobleza obliga, como toda pick up), resulta muy cómoda para transitar en cualquier camino, y sobre todo en ruta, con un motor que responde siempre y da tranquilidad a la hora de sobrepasos. Nada la detiene. Solo no me gustó, en este rubro, el delay del acelerador, hilando fino. Su poder frenante es impecable (y la sensación ante un «panic stop» también) y el poder lumínico de sus luces halógenas, mejorable. Aunque una pick up no está diseñada para un manejo deportivo en caminos serranos, la probamos en estas geografías y se comportó muy equilibrada, con lógico quejido de neumáticos por el perfil 65, pensado para el confort de marcha, y bienvenido.
Y capítulo aparte, específico, para esta potente planta motriz de 6 cilindros en línea, diesel, y con 258 CV. En cualquier relación de la caja automática y nivel de rpm, al pisarla responde y rápidamente. Solo algun delay antes comentado, por efecto del acelerador electrónico. Solo elogios, no solo para el motor V6, sino para la caja, las suspensiones, y la puesta a punto mecánica en general. La dirección un poco durita. ¿Y el consumo? Bueno, como me gusta decir, «la magia no existe», y por otro lado, «las leyes de la física se cumplen». La conjunción de 258 CV (con 14 CV adicionales por algunos segundos) motor V6, un peso importante (ciudad), tracción integral permanente, caja automática y un coeficiente aerodinámico propio de una camioneta (ruta), no permiten un consumo austero. ¿Resulta espectacular acelerar esta Amarok V6? Sí, pero no es gratis, claro. A 110 km/h rinde algo más de 10 km/l, quizás poco para un auto pero nada raro para una camioneta, con 258 CV y automática. En ciudad, se pueden llegar a conseguir 8 km/l en condiciones más bien favorables. Acá el peso juega un papel importante, negativo claro. De todos modos quienes compran Amarok V6, y eligen este espectacular motor, seguramente no están muy preocupados por el consumo. Como cierre, la seguridad a bordo que da Amarok, en cualquier condición, como en la mina de piedras que recorrimos, es absoluta.
¿CUAL ES EL FUTURO DE AMAROK EN ARGENTINA?
Bueno, como es de público conocimiento, hay una totalmente nueva generación de Amarok, compartida (derivada) con Ford Ranger, a nivel mundial, pero, increíblemente, nuestro país no fabricará la nueva generación de la alemana. Algo que, a pesar de haber escuchando algunas explicaciones, y hasta oficiales, no termino de entender. Creo que Volkswagen Argentina entiende que con la actual y un refresco visual y de equipamiento, alcanza para mantener su excelente performance comercial actual. Les doy el beneficio de la duda. Veremos que ocurre en 2023. Hoy por hoy, la performance comercial de Amarok es impecable, y en gran medida por las variantes V6, cada vez más vistas en las calles y rutas argentinas.