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Probamos Fiat 500 Lounge AT. El pequeño refinado

Un amigo, al enterarse que probábamos este Fiat 500 Lounge AT, comentó. “Hicieron al revés, primero deberían haber probado éste, y luego el Abarth, ahora te va a parecer a pedal este”. Y es que, si solo analizamos la parte deportiva, prestacional, de aquel Abarth 595 a este Lounge AT hay una distancia más que importante. De todos modos, no todo es deportividad en un auto, y al analizar todas las variables, la cosa se empareja. Este 500 es mucho más “auto promedio” que el Abarth. Nosotros denominamos así a los autos que hacen todo medianamente bien o bastante bien, sin descollar ni desentonar en parámetro alguno.


La idea de Fiat de reflotar al histórico 500 allá a comienzos de este siglo, manteniendo la estética y por ende la nostalgia original, y dotándolo de una buena terminación (más de ensamble que de materiales), de un muy buen equipamiento, sobre todo en Seguridad, con mecánicas modernas y eficientes, era muy buena, aunque, inevitablemente, sus precios también distan mucho de lo que eran los 500/600 originales. La magia no existe, como solemos repetir.


Y no le ha ido mal; el nuevo 500 Siglo XXI es un éxito comercial, incluso se vende en Estados Unidos, mercado no muy afecto a mini vehículos, de poco más de 3,5 metros. Claro, la gama se fue extendiendo, y hoy existen 500L (Large), 500XL (Extra Large), 500X y la gama Abarth, antes comentada. Hemos probado varios 500 desde que Fiat comenzó a venderlos en Argentina: desde el 1.4 de 87 CV hasta el Abarth de 165 CV. Manuales y automáticos, y en este caso, con un mix de ambos mundos: este 500 Lounge AT, que en realidad no es automático, sino de caja automatizada o robotizada, Dualogic II. Una caja manual con gestión electrónica y sin pedal de embrague. A priori, en los papeles, no nos convence la elección, pero trataremos de analizarlo.


Habiendo realizado recientemente la prueba del Abarth 595, y siendo muuuuy similares ambos, salvo algunos aditamentos Racing de aquel, no dedicaremos mucho espacio al análisis estético de este 500 Lounge AT. De todos modos, repetiremos lo logrado de su diseño; es un auto que no pasa desapercibido, que todo el mundo mira. Y es todo un mérito cuando se trata de una versión normal, como ésta. Hay varios guiños a los originales, como las ópticas delanteras y traseras, el capot, la “nariz” del baúl (antes vano motor) y también en el interior.


La parte central baja del paragolpes muestra un interesante efecto, por apliques simil metálicos, como está de moda. Atrás le sienta muy bien el cambio de las ópticas,(menor pero logrado), ahora con el centro del color de la carrocería. Siendo la versión Lounge, algunos lógicos cromados que “no llegan a desesperarnos”, entre ellos el de la “nariz” por sobre la patente, emulando al viejo 600. El perfil destaca por sus elegantes llantas de aleación, sobre neumáticos ContiEcoContact 195/45R16 (auxilio temporal en medida 135, dentro de todo un mal menor comparado con Run Flat o kit de reparación). Varias terminaciones “metálicas”, en llantas, manijas de puertas, bagueta y espejos. Atractivo por donde se lo mire, y con un vínculo estético clarísimo con sus antecesores, efecto logrado.


En todo caso, nos queda un interrogante, respecto a cómo serán las futura actualizaciones que Fiat aplicará a 500. Hasta ahora han sido –muy- menores, y por lo tanto han podido mantener aquel vínculo histórico con relativa facilidad. Pero claro, en algún momento el cambio deberá ser más profundo y ahí aparecerá el dilema que preocupa a las automotrices para actualizar modelos de este tipo. Si el restyling es muy leve, se va quedando en el tiempo, y si es profundo, pierde aquella vinculación nostálgica. El equilibrio no es fácil. Casos similares hemos visto con el Beetle de Volkswagen y el Mini de BMW. En algún momento llegan cambios más profundos, y esto ocurrirá seguramente con 500 en algún momento.


Vamos al interior. Así como cuando probamos el Abarth, criticábamos que casi no hubiera diferencia con el resto de la gama,  y era un elemento negativo, ahora, le juega a favor a este Lounge, ya que podríamos decir que casi no pierde equipamiento ni diseño interior respecto a la variante más cara y prestacional. En todo caso, el problema es de Abarth, y no de este 500. Diseño lúdico, evocando a los 500/600, con tablero pequeño y poco práctico, que ha privilegiado el vínculo emotivo/histórico con aquellos por sobre la practicidad. Mejora con la pantalla táctil (sin navegador). Adelante, espacio normal. Atrás, solo para 2 chicos o adultos de estatura normal a baja.



Buenas butacas y buena calidad interior,
teniendo en cuenta el segmento. Esto también es relativo, porque, si miramos el tamaño del 500 (3,55 m), resulta 2 cm más chico que Mobi. Sin embargo, su precio es bastante superior (no llega al doble, pero no le falta mucho…), y por lo tanto no podemos exigir la misma calidad y equipamiento en ambos. Mirando ahora su posicionamiento económico, la calidad de terminación es buena, aunque, hilando muy fino, creemos ha bajado levemente respecto a aquellos primeros 500. Igual, se percibe calidad europea.


El equipamiento en confort cumple… hasta ahí. En esta versión contamos con  Espejos exteriores color cromo, llantas de 16”, climatizador de 1 vía, caja Dualogic, Dirección Asistida (eléctrica) Dual Drive, Pack eléctrico (vidrios, espejos), Techo solar eléctrico, Volante en cuero con mandos remotos y Central Multimedia UConnect. Bien para su tamaño, no tanto para su precio. Podría incorporar Arranque sin llave (aun manteniendo apertura de puertas por comando). En cuanto a seguridad, sí cumple y más que bien, con 7 airbags, Controles electrónicos de tracción (desconectable) y estabilidad, faros antiniebla, cierre automático de puertas en rodaje, Hill Holder, ISOFIX, Monitoreo Presión Neumáticos y Sensores de Estacionamiento traseros. Muy bien.


Vamos al aspecto dinámico, al funcionamiento de este Fiat 500 Lounge AT. Arranque instantáneo, y un motor 1.4L que se caracteriza por su eficiencia, aunque resulta algo ruidoso. Con 100 CV (tenía 105 CV en la generación anterior), sus 930 kg se mueven con bastante soltura. Claro, hay que analizar el conjunto caja/motor y acá la caja Dualogic, en cuanto a prestaciones, tira para abajo, porque muestra un cierto delay entre cambios. Claro, esta versión está pensada para un manejo relajado, y no deportivo. Quienes busquen un comportamiento más racing, tienen la versión Sport, también con 100 CV pero con caja manual, o el Abarth 595, con “algunos caballitos más”. Curiosamente, las versiones Sport y –ésta- Lounge tienen el mismo perfil de neumáticos.


En ciudad, el 500 con caja Dualogic resulta muy práctico, una vez que uno se acostumbra al paso entre cambios, que no solo tiene cierto delay sino una importante caída en vueltas. Con opción secuencial, y soltando levemente el acelerador en ese momento, la situación mejora y el efecto se suaviza. En estos ámbitos, por su tamaño (el radio de giro podría ser un poquito menor) resulta ideal, pudiendo meterse (casi) en cualquier lado. Sin dudas la ciudad es su ámbito ideal y presenta un buen andar, solo penalizado, inevitablemente por su corta distancia entre ejes.


En ruta, y contrariamente a lo que su tamaño pudiera transmitir, resulta muy eficiente, con un andar de auto más grande. Viaja aplomado, con gran seguridad, y buen confort de marcha, salvo por la acción del viento (ruido eólico) a +130 km/h. De todos modos, el 500 no está pensado para viajes como uso principal. Siempre comento que, aquellos (no pocos) que lo tildan de mini auto, y que solo sirve para ciudad, es porque no lo han manejado. Es un auto que transmite mucho más que lo que dice su tamaño. Muy buena puesta a punto dinámica.


Lo probamos también en trazados sinuosos y complicados, y mostró gran aplomo
. Solo algún quejido de los neumáticos, hilando fino, a pesar de su perfil 45, bastante bajo. Es más, el Control de Estabilidad no entra mucho, no es necesario. Divertido, no tanto con esta caja, pero también es eficiente en el manejo deportivo en cuanto a estabilidad. Redondea un buen andar en general, y en cualquier condición.


Respecto al consumo, a 110 km/h conseguimos rendimientos del orden de 15 km/l y algo más, valor razonable para un modelo con 100 CV pero un coeficiente aerodinámico y una superficie frontal no muy bajos. Por otro lado, en ciudad, siempre controvertido y discutible parámetro, puede llegarse a 11 km/l como valor promedio si las condiciones de tránsito no complican con arranques y paradas, situación muy negativa para las cajas automáticas (o automatizada como esta). El motor es vueltero, a 110 km/h supera las 3100 rpm. Por otro lado, en modo sport, el corte llega a las 7000 rpm (en 3ª. Poco más de 140 km/h).


Como conclusión, podemos expresar que este Fiat 500 fue lo que esperábamos
, y sobre todo luego de haber probado varios 500. No nos convenció la caja Dualogic, porque a pesar que uno se termina acostumbrando, es algo brusca entre cambios. Hubiera sido más lógico adoptar la eficiente caja AT de 6 relaciones del Tipo, por ejemplo, pero es una opción no disponible tampoco en Europa, su principal mercado. Entre los aspectos positivos, su diseño, claramente, su buena calidad de terminación, su equipamiento en seguridad, su motor y su practicidad. Mejorable, básicamente la caja automatizada, la falta de navegador y lo poco intuitivo de sus comandos y tablero. Y otros inevitables, como su espacio interior o el auxilio temporal. De todos modos, una muy buena opción, distinta a lo que hay en este tamaño, de origen Mercosur.


Finalmente, el precio de este Fiat 500 Lounge AT es de $ 841,000, y la gama arranca en los $ 775,000 del Sport, llegando a los $ 1,078,000 del Abarth. ¿Caro? Depende. Si miramos su tamaño y su precio, fríamente, sin dudas. Si tenemos en cuenta su origen europeo (arancel extra zona), su equipamiento en seguridad, su calidad, y su mecánica, no tanto.

 

 

 

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