Citroën C4 Lounge, a esta altura, no es una novedad para el mercado automotor. Si bien recibió una «puesta al día» no hace mucho (muy acertada en el exterior, mucho menos puertas adentro), en sí mantiene la base del modelo presentado en 2013, como un desprendimiento estético del C4 europeo segunda generación (solo hatchback). En su momento se especuló con la fabricación local de esa versión corta, pero nunca llegó a concretarse. Algo pudimos «espiar» a través de su primo DS 4, básicamente un C4 europeo con «aires premium». Aquella versión europea cedió su lugar al C4 Cactus Edición 2, modelo que probamos hace un tiempo. Tiene su lógica ya que el C4 Cactus actual, sin haber cambiado tanto, es «más auto» y menos SUV, para decirlo de algún modo. Desarrollar una nueva generación de C4, y al mismo tiempo contar con C4 Cactus, no es viable. De todos modos, aunque había sido decisión de la misma Citroën en su momento, todo parece indicar que C4 volverá a la vida, con versiones eléctricas y novedosas, hacia 2020. Veremos
Pero vamos al C4 Lounge que goza de buena salud en el mercado argentino. El sector frontal es el que más cambió con el último restyling, logrando un estilo personal; no se parece a ningún otro auto, incluso dentro de la marca. Opticas y parrilla conforman una unidad visual, con algunos cromados, en su justa medida. Otra cuestión que se advierte es un déficit del C4 Lounge: no tiene sensores de estacionamiento delanteros. No es un elemento imprescindible, pero podría estar. Generosa superficie «de ventilación» del motor. Vamos al otro extremo, atrás. Casi impercetibles cambios, con ópticas «trabajadas», manteniéndose vigente. No me convence el listón cromado entre ellas, pero es un tema absolutamente subjetivo.
Como era de esperar en una ligera puesta al día exterior, el perfil se mantiene casi inalterado, bastante clásico. Algunos pliegues y cambios de volumen que no aportan demasiado, pero conformando un conjunto atractivo y vigente. Generoso voladizo delantero. Algunos cromados, racionales y hasta lógicos en esta versión tope de gama. Neumáticos Michelin Primacy 3 Green, en medida 225/45R17. Atractivas llantas de aleación. Otro aspecto que se destaca desde el lateral es la gran inclinación de la luneta, junto con un pilar C no tan angosto, dando la impresión, casi, de un «dos volúmenes y medio». Vamos adentro.
El interior es moderno, sin dudas. Nadie se atrevería a catalogarlo como «pasado de moda». Pero claro, lo moderno no siempre es sinónimo de algo positivo, o al menos de algo netamente conveniente. Lo atractivo es opinable, subjetivo, relativo, pero, creo, hay bases mínimas indiscutibles. Y en este caso no hablamos solo de lo estético (más aún, mirando solo eso, resulta un aspecto positivo), sino más bien de lo práctico y conveniente. Desde «el vamos», el hecho de que el C4 Lounge tope de gama comparta el tableto con su hermano comercial Berlingo, ya pre anuncia un aspecto negativo. Más allá de esto, la verdad es que el tablero digital del C4 Lounge desentona con el buen aspecto interior general. Poco práctico, poco visible (sobre todo de día), monocromático. y poco atractivo. Velocidad en formato digital, rpm, nivel de combustible y temperatura a ambos extremos. Uno de los pocos aspectos negativos, a nuestro juicio, del modelo. Agrega indicador ECO (eficiencia en el manejo). El volante resulta algo grande, con cómodos comandos de audio y control crucero. A su izquierda, el botón start/stop, en una ubicación tan extraña como práctica. Bien. Muy buena calidad percibida en general en el interior, con materiales blandos y duros. Pantalla central de muy buen tamaño. Como buen francés, no del todo intuitiva (incorpora navegador). De todos modos, mejor que en otros modelos de aquel país.
Consola entre asientos con comando de caja (AT de 6 relaciones, con teclas Sport y ECO). Techo solar de comando eléctrico. Muy cómodas resultaron las butacas, de buen tamaño y sujeción, solo penaliza el apoyacabezas, algo lejos, y regulaciones manuales. En general, el interior es atractivo y de buena calidad, solo penaliza el tablero digital. Audio de buen sonido. Vamos a las plazas traseras; acceso sencillo. Buen espacio longitudinal y a lo ancho; sin embargo el 5° pasajero no viajará tan cómodo por el túnel central y cojín y respaldo más duros, como sucede en casi todos los autos. Cómodas plazas traseras por cojín no tan bajo y respaldo de inclinación justa. Abrimos el baúl, desde comando en puesto del conductor o la llave, no tiene sensor en la tapa. Gran boca de carga, piso bajo, muy grande y utilizable, práctico. Excelente. Auxilio en medida algo menor al resto (pero no temporal). Capot con varilla que ancla en el mismo capot y se fija en el vano motor, poco práctico. Fluidos muy a mano, vano motor prolijo, y motor algo retrasado (en realidad el parabrisas está bastante lanzado. Resumiendo el interior del C4 Lounge, resultó cómodo, confortable y en un ambiente de lógica calidad.
Vamos a la parte dinámica, al funcionamiento del C4 Lounge, que en esta versión Shine tiene un precio de $ 1,471,500. La gama actual del modelo cuenta con 3 motores posibles, dos nafteros. El 1.6L de 115 CV, y este 1.6 THP, archi conocido, de 165 CV, asociado a una caja automática en esta versión. Por otra parte, el no menos conocido y muy eficiente 1.6 diesel de 115 CV, de consumo miserable. No queda mucho por descubrir del 1.6 THP, aunque en este caso tal vez sí, unido a una caja automática de 6. Claro, rinde algo menos que con cambio manual, o para expresarlo mejor, se lo puede exprimir algo menos, pero es una conjunción interesante. El andar, salvo alguna aspereza de ambos trenes, es muy confortable, no solo por suspensiones, ausencia de ruidos y las Michelin que monta, sino también por el tándem motor-caja, que agrega placer de conducción.
En ruta se lo siente mejor aun, con un andar muy relajado, pero sin perder eficiencia en el manejo deportivo, aunque no está pensado para tal fin. Lo exigimos y respondió de manera eficiente, con una caja que, como en todos estos casos, y para estos «menesteres», conviene dejarla en opción «manual», mostrándose bastante rápida. Lo exigimos bastante en estos trazados complicados y se mantuvo más que estoico. Sin llegar a medir finamente consumos, obtuvimos unos 15 km/l en ruta a 110 km/h, interesante valor. En ciudad, el THP con caja AT, y ante exigencias, gasta bastante más, pero siendo «razonable» con el pie derecho, se mantiene en valores razonables.
Respecto al equipamiento, lo consideramos razonable, con luces y sombras. 6 airbags, controles de tracción y estabilidad, proyectores Full LED y Corner ligth suenan a «lo mínimo que se puede pedir» en el segmento. De todos modos lo tiene. En confort destaca el acceso y arranque sin llave, por proximidad, con sensores en puerta, comodísimo. Climatizador bi-zona, dirección de asistencia variable, cámara de marcha atrás y algo más. Negativa ausencia de sensores delanteros (con la cámara, los traseros no resultan críticos). Al final, resumen de datos técnicos y equipamiento. Respecto a precios (más arriba lo comentamos), recordemos que la gama C4 Lounge arranca con el Live con motor 1.6L y $ 1,078,000, pasando por Feel Pack y Origins, llegando a la Shine AT que probamos.
Para terminar, hicimos una escapada al camino que va desde «El Cuadrado», en las Sierras Chicas, Córdoba, a Colanchanga y Rio Ceballos, pasando por el Dique de la Quebrada. Pintoresco camino, que no conoce mucha gente y está muy cerca de la ciudad. Aunque no se lo notó tan cómodo en la tierra como en el asfalto, mantuvo su muy buen andar. Como conclusión final, claramente C4 Lounge no es una novedad, a esta altura, ni un modelo con aspectos a descubrir. Sí es una opción muy interesante, para quienes buscan un auto de perfil (social) bajo, con buen diseño, buena terminación y muy buen andar, además de eficiente, con algunas sombras, claro, resumidas en el diseño del tablero y alguna cuestión menor. Buena opción.