A mediados del año pasado, Volkswagen presentaba la nueva generación de su histórico sedán Passat, en formato rural (Variant), para aprovechar el prestigio y buena vida comercial histórica del modelo. No hay que confundir con el «Passat eléctrico», el ID.7, también disponible en formato sedán, además de Variant. Por otro lado, en el mercado chino, existe el Magotan, primo hermano asiático del icónico modelo. Ahora la marca presenta el Passat PRO, también pensado para aquella región, con mayor distancia entre ejes y 4 puertas.
Será fabricado por el joint venture de la alemana con la local SAIC y llegará a superar los 5 m (5.01 m), bastante más que los 4.77 m del último Passat que tuvimos en Argentina, y que probamos. Incluso es 9 cm más largo que el Passat VarianT europeo. Pero no se trata solo de dimensiones: el Passat PRO se acercará más al mundo premium, en calidad y equipamiento, como por ejemplo con su audio Harman Kardon (prima refinada de JBL) de 16 parlantes y varias ayudas al conductor.
En cuanto a motores, el 2.0 TSDI de 220 CV con caja DSG 7, y quizás más adelante un 1.5 TSI de 160 CV como entrada de gama. Estéticamente, diría que es una mezcla entre el ID.7 y el Passat europeo, con un sector trasero alineado con el renovado Vento, y un interior muy tecnológico, digital, minimalista, y de alta calidad percibida (mayor que la de su primo europeo). Sí, los chinos han sabido nutrirse del know how europeo y hoy, si bien tienen distintas calidades, pueden ofrecer modelos que poco tienen que envidiar a los premium alemanes.