No pocas veces hemos escrito acerca de Opel, otrora dentro del grupo General Motors, y desde hace un tiempo dentro de PSA, y por lo tanto, hoy formando parte del conglomerado Stellantis. En 2015 dábamos cuenta de la renovación del Astra, modelo que en su segunda generación llegó a Argentina como Opel (algunas de la primera se ven circulando), y también la tercera, vendida como Chevrolet Vectra, tanto en versión hatchback como sedán. Interesante modelo que tuvo no pocos seguidores y se convirtió en una interesante opción. Opel no la pasó bien, financieramente hablando, General Motors la fue dejando abandonada a su suerte, y afortunadamente la rescató PSA en 2017, junto con su par británica Vauxhall.
Y vaya si nos viene sorprendiendo gratamente Opel con sus últimas creaciones. Tal el caso del nuevo Mokka que mostramos hace un año, o el nuevo Corsa, ya en la era PSA pero aún sin Stellantis. Entrando en el tema del nuevo Astra, que nos ocupa en este caso, hace unos meses especulábamos con su aspecto final y algunos datos. Pues bien, la marca alemana de Stellantis está presentando la nueva generación 2022, la 6a, con un cambio radical en diseño (a mi juicio de manera muy positiva), tomando plataforma de su primo francés, el nuevo Peugeot 308, la EMP2, adoptando, por lo tanto, sus eficientes motores Puretech. El conocido 1.2 de 110 CV y 130 CV (que conocemos en Argentina en distintos modelos del grupo) y los híbridos con base Puretech 1.6, con 180 CV y 225 CV. Caja manual de 6 relaciones y automática de 8. Muy probable versión totalmente eléctrica hacia 2023.
Estéticamente, el cambio es drástico, radical, profundo, como nos gusta decir, y por lo tanto, hablar de diferencias respecto al actual carece de sentido. Su sector frontal toma algunos elementos vistos en Mokka, con la nueva firma lumínica, ahora LED de avanzada tecnología. Aspecto bastante sobrio, con parrilla de reducido tamaño (respecto a los cánones actuales). Atrás adopta el nuevo estilo de ópticas de pequeño tamaño, pero anchas, con aire al Volkswagen Golf 8. Algo más «trabajado» que adelante, pero manteniendo sobriedad. Mirándolo de costado, vemos un aspecto musculoso, macizo, con poco vidrio, que nos recuerda a su primo DS 3 Crossback. Llantas de buen tamaño, pasaruedas llenos, y una apariencia deportiva. En el interior, todo digital, para no desentonar en un mundo actual tecnológico, con un formato orientado al conductor. Sobrio, tal vez demasiado plástico, al menos mirando a la distancia. Pregunta que nos hemos hecho varias veces, ¿volveremos a tener Opel en Argentina?