Cada nuevo modelo o restyling (como en este caso) de una automotriz coreana, y no me refiero solo a la dupla KIA/Hyundai, da pruebas del enorme avance cualitativo y cuantitativo de estos modelos. Y el lifting que recibió no es la excepción. Moderno, distinto, original, interesante. Hyundai Sonata no se vende actualmente en Argentina, aunque sí lo hizo en alguna generación pasada. Fue lanzado originalmente en 1985 y va por su 8a generación, la presentada en 2019 y que está recibiendo este restyling que estamos presentando.
Los cambios se centran principalmente en el sector frontal, y son tan profundos que cuesta adivinar que estamos ante el mismo Sonata 2019. Adopta la firma lumínica de sus recientes hermanos, como Staria, con formas angulosas y ópticas principales (muy bien) disimuladas debajo del capot y el -de moda- listón horizontal lumínico. Casi ausente paragolpes y entramado romboidal; todo acertado, subjetividad mediante. Leve actualización del sector posterior en sus ópticas y salidas de escape. Sí todo nuevo en el interior, ahora digital, con la parte derecha curva, orientada hacia el conductor (casi un cine…) y una calidad percibida alta, no lejana al mundo premium; al menos en que hace a la apariencia visual.
Hyundai no vende el Sonata en Europa (como casi ningún sedán) aunque sí en Estados Unidos, donde goza de cierta popularidad. Con un precio inicial de USD 25,250, cuenta con motores nafteros e híbrido. En cuanto a los primeros, 1.6 turbo de 180 HP y caja AT8, 2 litros de 195 HP y misma caja, y 2.0 turbo de 290 CV y caja de doble embrague y 8 relaciones, ambos seteados por la división N. Finalmente, un híbrido, con la base del motor naftero de 2 litros y otro eléctrico de equivalentes 51 HP, conformando un conjunto de 192 HP, nada despreciables. Seguramente sea el último restyling del Sonata tal cual lo conocemos, a la espera de su reemplazo eléctrico hacia 2026… ¿o no tendrá sucesor directo?