Volkswagen no está del todo bien en términos de salud económica. Sí, es un gigante mundial, siempre en los primeros puestos de ventas globales de autos, no hay dudas. Y no está por pedir Convocatoria de Acreedores, obviamente. No peligra su existencia. Pero sí es cierto que están muy preocupados por números que no acompañan su exitosa performance comercial. A mediados de este 2026 que está en su último mes, dábamos cuenta del plan de la alemana para ahorrar USD 12,000 millones en 3 años. Y allí comentábamos las razones. Una buena parte vendrá de una baja en el personal de la compañía. Quizás la razón principal viene de la mano de sus modelos eléctricos ID, a los que no le va mal, pero que no generan ganancias acordes a la millonaria inversión realizada en su división eléctrica.

El mismo Tomas Schafër, CEO de Volkswagen (división vehículos de pasajeros) ha expresado que «Volkswagen ya no es competitiva. Muchas de nuestras estructuras y procesos están desactualizadas y generan mayores costos que los previstos». Hablamos, entonces, de una restructuración necesaria muy importante, no menor. De hecho, el proyecto de construcción de una segunda fábrica de eléctricos en Wolfsburg fue cancelado, lo que da una idea de la magnitud las medidas a tomar para retornar a la buena senda económica. Volkswagen apunta a conseguir una rentabilidad del 6.5% por cada vehículo vendido en 2026, algo que quizás está logrando en vehículos con motores a combustión pero que está lejos en su familia eléctrica ID.

La misma Volkswagen reconoce, aunque no de manera oficial, claro, que sus vehículos ID eléctricos han quedado desactualizados, que no son tan eficientes ni atractivos para lo que las más avanzadas (no solo Tesla) están mostrando. Y eso hace que bajen sus previsiones de ventas, sumados a los altos costos de fabricación, con procesos y tareas duplicadas y otras cuestiones a resolver. Si uno mira a ID.4 e ID.5, por ejemplo, son atractivos; a mí me gustan, al menos, pero están un escalón por debajo (al menos en diseño) que lo muestra la competencia, o parte de ella. Las medidas apuntarían a un doble camino, entonces: disminuir costos de producción (y desarrollo) y mutar hacia un portfolio más atractivo. Veremos como pone en práctica Volkswagen este camino, que seguramente la encausará nuevamente.