Abarth siempre es noticia, siempre genera atención, siempre provoca adrenalina. Y si bien siempre he seguido sus movimientos, luego de probar la versión 595 Turismo, puedo dar fe de tal adicción. A comienzos de este año hablábamos de una nueva Abarth, totalmente eléctrica desde 2024, y para eso, su principal producto, basado en el icónico Fiat 500, y hace unos meses comenzábamos a especular con el Abarth 500e (eléctrico). En el plano regional, estamos a la espera de la presentación de los nuevos Pulse y Fastback con el logo del escorpión.
El B-SUV Pulse Abarth ya se vende en Brasil con el motor 1.3 turbo, y Fastback también ha comenzado a ofrecerse en el vecino país, con el mismo motor, aunque sin variante Abarth aun. Esperamos ambos en nuestro país. Pero volvamos al próximo Abarth 500e que está preparando su irrupción en el mercado internacional. Debería llegar en 2023, quizás en el segundo semestre, y claramente contará con mayor potencia que los 118 CV del Fiat 500e «normal» (que también se vende en Brasil). ¿Cuánto? No está tan claro, al menos de manera pública. Creo que deberá llegar, al menos, a unos 160/170 CV como para intentar hacer olvidar al espectacular Abarth 595, y ni hablar al 695, con 180 CV.
Por otro lado, tomando la misma planta motriz del 500e y sus 118 CV, incrementar un 50% en un eléctrico no es tan sencillo. Veremos. Sus socios franceses dentro de Stellantis, Peugeot y Citroën (y la alemana Opel) están estrenando en sus versiones eléctricas, un renovado motor de 156 CV, pero también tiene sus complicaciones «pasarlo» así como así al nuevo Abarth. Estéticamente, y como es habitual en la marca deportiva de Fiat, no habrá diferencias radicales, drásticas, notables. Solo algunos insertos aerodinámicos (alerón trasero, deflectores delanteros, zócalos laterales), paragolpes delantero, salidas de escape traseras, llantas específicas, obviamente, y en el interior, butacas deportivas, volante y poco más. Lo habitua en Abarth, más que suficiente. Se presentará oficialmente el 22 de noviembre próximo.