Tarek, Tarok, Tiguan, T-Cross, T-Cross, Touareg, Taigun, Tayron. Podría afirmarse que el teclado de la notebook del encargado de ponerle nombre a los modelos de Volkswagen tiene una sola mayúscula, la «T». Ironías aparte, lo cierto es que, en lo que hace a SUVs y Crossovers, la marca alemana viene utilizando esta letra al inicio de los nombres elegidos para sus creaciones. Tayron es un SUV desarrollado para el mercado chino, no low cost del todo, pero sí un escalón por debajo de su prima Tiguan en cuanto a equipamiento y calidad.
La marca alemana está mostrando, también para el mercado asiático, su variante ¿deportiva?, Tayron X, en esta moda de proliferación de SUVs y sus derivados, también con imagen deportiva. La relación entre Tayron X y Tayron es similar a la que existe entre Mercedes-Benz GLC coupé y GLC SUV, por ejemplo. Se trata de captar nuevos clientes, con distintas presentaciones que comparten gran parte de sus componentes. Con una longitud de 4,58 m, casi la misma que la de su hermano SUV, Tayron X cuenta con un despeje rebajado en 25 mm, contribuyendo a su imagen. Salvo leves cambios exteriores en sus 3/4 traseros, obviamente copia el design de aquel, y por lo tanto utiliza la plataforma MQB, la de Golf VII, Audi A3 y varios más, incluida Tiguan.
En cuanto a motores, mantiene ambos 2.0 TSI, con potencias de 190 CV y 220 CV, y cajas manual de 6 relaciones y de doble embrague de 7. Tracción delantera o integral. Estéticamente, remite al concepto de los SUV coupé, como BMW X4, los Mercedes mencionados, Audi Q3 Sportback, y varios más. Frente agresivo sobre todo por el sector antinieblas, perfil con algunas curvas, y cola con ópticas que recuerdan al nuevo Golf 8. Adentro, se muestra algo espartano, con aire minimalista. Podríamos decir que este Tayron X es «el Nivus asiático», compartiendo concepto con el modelo que arribará al Mercosur en este 2020, probablemente.