¿Diferenciándose de Hilux? Por supuesto, no nos referimos a cuestiones mecánicas ni «de plataforma», que comparte con su hermana pick up, sino al apartado estético, el que por primera vez desde que irrumpió el proyecto IMV (Innovative Multiporpose Vehicle) allá por 2005, diferencia ambos productos de manera notable, radical, ¿exagerada?

Hoy, Toyota SW4 muestra un diseño específico, muy diferente al de Hilux; claro, nos referimos hasta 3/4 traseros (en realidad, hasta la mitad del auto). A tal punto ha cambiado SW4 que realmente cuesta adivinar que se trata de la «versión cerrada» de Hilux. Y nos gusta este cambio; lejos de las anteriores, que parecían una Hilux con cúpula (muy bien lograda). Y no hacemos un juicio de valor, porque el resultado estético era interesante; simplemente resaltamos que solo se «cerraba» la versión pick up y punto. Cambios totales.

A comienzos de este año probamos Hilux en su versión más equipada y cara: SRX 4×4 AT. En lo mecánico, muchas de sus conclusiones se aplican también a SW4. Antes, habíamos manejado la versión Limited de la Hilux anterior, y también versiones precedentes de Hilux y SW4. Notando en su presentación, una clara intención diferenciadora de Toyota para SW4, estábamos ansiosos de subirnos a la (ya no más) versión cerrada.

Antes de subirnos, miremos detenidamente a la nueva -e inédita- SW4. Diseño raro, convengamos. Frente nuevo, con parrilla con gran ángulo (no tan vertical), ópticas Bi-LED de «trabajado» diseño, capot alto, y sector luces antinieblas también raro, novedoso. Mirando de frente a SW4, da la sensación que «está con la boca abierta»… con colmillos tipo «Mamut» en sus extremos. ¿Mucha imaginación de nuestra parte? Tal vez. Logo «Toyota» de gran protagonismo. Lo concreto es que, aunque nos parece «demasiado revolucionario» el cambio estético en el frontal, claramente gusta a la mayoría, y lo notamos durante la prueba: Casi 100% de aprobación.

Pasemos a observar detenidamente su perfil. También cambios radicales. Muy robusta. Llama la atención lo invasivo de las ópticas delanteras y traseras en el costado de SW4, de forma «puntiaguda», triangular. También el generoso voladizo delantero, pero, más que todo eso, la línea de cintura que, en su parte final trasera, muestra una elevación (muy similar a Corolla), para luego bajar hacia el final, con una resolución claramente original, que no recordamos haber visto antes.

No nos termina de convencer; hubiéramos preferido algo más convencional, pero, en todo caso, es algo totalmente subjetivo: a la mayoría le gusta, y esto muestra el acierto de Toyota.

Puertas de buen tamaño, cubiertas Dunlop 235/60R18, con llantas «trabajadas», de atractivo diseño, elegantes. Completan el perfil, espejos de buen tamaño y techo que no muestra caída hacia atrás, como pareciera marcar la moda actual; nos gusta así en este tipo de vehículos.

Vamos atrás. Muy diferente a la anterior SW4. Si bien en términos generales mantiene ángulos de luneta y conjunto portón/paragolpes, las ópticas cambian radicalmente, con tecnología LED y formas más angulosas que evocan a Corolla, vinculadas por inserto simil metálico, de interesante resultado estético. Presentan un diseño «3D» aunque con «no tanto volumen» como en RAV4.  Gran alerón en la conjunción techo/luneta, tal vez algo exagerado. Nos dejó un recuerdo estético a su hermana mayor Land Cruiser. De todos modos, desde donde se la mire, SW4 muestra originalidad en sus trazos: no se parece a modelo alguno en la actualidad.

Entramos a SW4 y repetimos el concepto expresado en la prueba de Hilux; a pesar de un ángulo de apertura razonable, «subirse» al puesto de conducción requiere un «saltito», favorecido por la presencia del generoso estribo lateral. Pero, el volante queda «más abajo» de lo habitual, y allí radica la -pequeña- complicación para «montar» la SW4. Si bien repite diseño interior de Hilux, si tenemos la retina congelada en el interior de la anterior SW4, cambios totales, radicales.

Nos sentamos en las cómodas butacas en cuero cosido y buscamos nuestra posición de manejo. Encontramos un seteo más pensado para los de estatura no tan alta, quedando siempre elevada, aun en su punto más bajo de la regulación eléctrica. Algo similar para la -también asistida- posición longitudinal, más bien cerca del volante, también en cuero, con doble regulación y mandos de Audio, Computadora de a bordo, Comando por Voz, y Teléfono. Los pedales están en posición más alta que lo habitual. Posición de manejo pensada para los no tan altos, aunque, con un excelente confort de butacas y del interior en general.

Miramos el sector de instrumentos y encontramos lo clásico, con 2 enormes cuadrantes (círculos) para velocímetro y tacómetro (rpm), y concéntricos, temperatura de agua y cantidad de combustible. Excelente iluminación, como en todos los modelos de la marca japonesa. En el medio, display de la computadora de a bordo, la que muestra: Brúlula, Audio elegido, Mensajes (advertencias), Ajustes varios (seteos), Info (distancias, consumos, Velocidad, comportamiento ECO, tiempos). Como en muchos japoneses, la computadora «no es de lo más intuitiva», ni la más completa; simplemente cumple.

El volante es algo grande (hilando muy fino), con excelente grip y alta calidad en cuero cosido. A la izquierda, tecla Idle up, que «levanta las rpm en ralentí» para forzar la calefacción en situaciones de extremo frío (¿?), tecla para suprimir el sonido de los sensores de estacionamiento trasero, tecla para eliminar el accionamiento eléctrico de la compuerta trasera (se nos ocurre, por ejemplo, para lugares donde el la compuerta puede rozar el techo) y, más abajo, apertura de capot y tapa de tanque de combustible: sin iluminación, imposibles de adivinar (algo ya comentado en el test de Hilux).

Pasamos al panel central. Enorme pantalla táctil, ni tan intuitiva, ni tan práctica, mismas conclusiones que con Hilux. Buen tamaño, buena visibilidad, pero no tan amigable. Una curiosidad: no hace falta tocar la pantalla: hemos comprado que estando muy cerca nuestro dedo (sin hacer contacto) responde igualmente.  Cámara de visión trasera al conectar marcha atrás; mayor seguridad. A su lado, sendos apliques simil aluminio que evocan la parrilla delantera.

Agradable. Por encima, reloj «bien 80´s» y baliza, mal ubicada como en casi todos los modelos de la actualidad. La radio es de buen sonido y práctica, no tanto el navegador, que sin embaro, cuenta con múltiples posibilidades de pesonalización. Posibilidad de recibir señal de TV aunque, en nuestro caso no logramos recepcionar alguna de las disponibles.

Más abajo climatizador de 1 vía (¿?) y a pesar que en lo personal siempre sostuve que la doble vía es más un lujo que una cuestión práctica, por su posicionamiento debería contar con uno doble (y hasta quizás, poniéndonos en exigentes uno de 3 vías). Más alla de este detalle, el climatizador es muy eficiente, consiguiendo la temperatura deseada rápidamente. Siguen, selector de tracción (H2, H4 y L4), Bloqueo de Diferencial, Asistencia de descenso, toma de 12 V, Puerto USB y Control de Estabilidad (VSC).

Cuenta con varios portaobjetos, aunque (sobre todo los de las contrapuertas) de capacidad mejorable. Doble guantera que aloja el «enorme» manual de 884 páginas… Aplausos para el Keyless System que permite entrar y salir de SW4 sin necesidad de accionar mecanismo remoto alguno, y lo mismo para el arranque. Muy cómodo. Espejos exteriores plegables eléctricamente.  Entre asientos, excelente palanca de cambios (automático) escalonados, de muy buen grip. Detrás, teclas ECO y POWER que modifican la respuesta mecánica, priorizando el consumo (y por ende la ecología) o la respuesta «deportiva». Doble agarradera adelante como en las anteriores SW4 y Hilux.

Pasamos a la parte de atrás, y si bien el techo es alto respecto a las butacas, éstas están en posición también alta, lo que obliga a un pequeño «salto» para ubicarnos. Excelente presentación del sector (de todo el interior), butacas muy cómodas, regulables en horizontal (cojín) y en ángulo de respaldo (de accionamiento algo brusco), pudiendo pasar los pies por debajo de las butacas delanteras. Buen espacio interior, más a lo ancho que a lo largo (por la fila extra). Muy buena visibilidad por la altura de cojín comentada. Salidas de climatización en techo y cuero de alta calidad dominando el sector.

Volvemos a bajar de SW4 y nos aprestamos a pasar a la 3ª fila de asientos que, cabe aclarar, en todos los modelos que la equipan, aparece un espacio reducido, para niños. En este caso, la altura del cojin de la tercera fila obliga a un esfuerzo adicional para ingresar, con respaldos muy bajos. También salidas de climatización en techo (no regulables; sí las anteriores), y sendos cinturones inerciales y apoyacabezas tipo «coma». El techo ya no parece «tan alto» como en las plazas traseras (intermedias), pero insistimos, están pensadas para niños. Butaca regulable, con espacio portaobjetos entre ambas plazas. Bajar de esta 3ª fila no es tarea sencila….para adultos.

Llegamos a la compuerta trasera, la que cuenta con apertura (no solo destrabe) y cierre eléctricos, muy práctico (para un ¡10! faltaría accionamiento al pasar el pie debajo del paragolpes..), que además puede setearse su ángulo de apertura, impecable.

Como comentamos antes, el accionamiento eléctrico puede quitarse con un botón. La última fila de asientos -obviamente- quita espacio de carga, pero puede plegarse a los costados de manera muy práctica, quedando un «baúl» enorme.

Como resumen y conclusión del interior de SW4, encontramos una muy alta calidad de materiales y terminación, buena ergonomía (en las 4 plazas principales), buen diseño interior, buen equipamiento, con algunos detalles mejorables, pero se respira un aire -casi- premium.

Vamos a la parte dinámica. Motor sereno, de rápida puesta en marcha, algo ruidoso en ralentí como todo diesel. El andar en ciudad es muy bueno, salvo por su movimiento algo «saltarín», aunque menos que su hermana Hilux. Muy silenciosa, muy suave. Caja AT algo lenta en pasajes entre marchas pero muy suave, y con levas al volante, que responden tanto en modo manual como en automático. Placer absoluta en ciudad. En ruta repite el confort, ausencia de ruidos eólicos a velocidades legales, con muy buena estabilidad a pesar de su espíritu y su peso (con lógica transferencia de pesos ante maniobras deportivas para las que no fue diseñada SW4).

En terrenos complicados es un tanque de guerra, literalmente; nada que nos sorprenda respecto a lo que ha sido la historia de estos líderes del off road (incluso tiene protector de cárter «Heavy Duty»). Si bien es algo durita, Toyota ha conseguido un muy buen compromiso entre verdadera aptitud off road y confort de marcha (convengamos se la utiliza más por esto último), con un muy buen equipamiento (sin descollar) y un confort a bordo impecable. Con 4.79 m de longitud y 2100 kg de peso, el eficiente motor 2.8L (1GD) llega a los 177 CV (curiosamente no ha aumentado potencia en esta última generación), privilegiando un menor consumo, mayor suavidad, manteniendo prestaciones y su durabilidad, eterna (vaya si lo saben los «del campo»).

En cuanto al consumo, repetimos el mismo concepto cuando nos referimos al urbano: es tan relativo, tan dependiente del tráfico, del tipo de manejo, de los semáforos, de la geografía, que fijar rígidamente un valor, creemos, no es muy útil. De todos modos, claro, debe establecerse algún patrón, algún parámetro para poder evaluarlo. Nos gusta hablar más de «franjas posibles de consumo». En el caso de SW4, si bien hemos conseguido 8 litros/100 km (12.5 km/l) y también hemos verificado 17 litros (5.9 km/l), creemos que en condiciones normales, y siendo «tranquilos» en el manejo, se pueden establecer valores entre 11 y 12 litros/100 km, nada mal para 2100 kg y caja AT. En ruta, a 100 km/h, logramos 12 km/l, tampoco nada mal para su poco eficiente aerodinamia/Cx.

Finalmente su equipamiento, más que interesante. Dejando de lado lo obvio (pack eléctrico, trabas, control de velocidad crucero, etc.), encontramos: Keyless System, Controles de Estabilidad y Tracción Activo, Asistente arranque en pendientes, 7 Airbags, ISOFIX, Control de Balanceo de Trailer (esto a nivel seguridad), interior con apliques metálicos satinados y simil madera madera, portón trasero eléctrico, faros delanteros Bi-LED y traseros LED, salidas de climatización para todas las plazas, salida 22o V (¿?), si bien de solo 100 W y más.

Toyota SW4 se vende en 2 alternativas, que comparten motor y casi todo el resto; se diferencian por la caja, manual o automática. $ 918.800 para la MT y $ 970.200 para ésta AT que hemos probado, a priori exagerada diferencia por la caja automática. Garantía de 3 años o 100.000 km.

Conclusiones