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Fiat 500L. Probamos el hermano mayor del Cinquecento


Expresar que el Fiat 500L es un 500 con 2 puertas extra sería, no solo simplificar la cuestión, sino, equivocarse en la apreciación. Nos subimos al reciente lanzamiento de la marca italiana para descubrir que ofrece el modelo (que quizás sirva de base para el próximo Punto).


Es cierto, 500L no causó la misma sensación que su hermano menor cuando fue presentado en 2007 y cuyas formas había adelantado el concept Trepiuno 3 años antes. Esto es indiscutible; 500 fue el «gran provocador» y su ingreso a la industria automotriz fue más que exitosa. Hemos probado algunas versiones de 500, la última el 500 Lounge, habiendo destacado su calidad constructiva, atractivo diseño y excelente andar para un modelo de tres metros y medio. No solo brilla en el tránsito urbano (lo cual es lógico teniendo en cuenta su espíritu) sino que tiene una muy buena performance en ruta y en sectores trabados. Excelente.


Más cerca en el tiempo, en 2012, Fiat lanzó el 500L, algo así como un «500 largo», si bien tienen poco en común. Estrenó una nueva plataforma y creció, respecto a 500, 60 centímetros, los que, en la práctica parecen más. Siendo un miembro de la familia 500 y para no desaprovechar el gran éxito de su hermano menor en todo el mundo, lógicamente, Fiat debía «vincular estéticamente» el 500L con aquel, y creemos que lo ha logrado. A pesar que solo muestra cierto parecido en el sector frontal, es claramente reconocible como de la familia, y mantiene esa imagen de alta calidad y tecnología de su hermano.

¿Que es 500L?
Aunque Fiat en su página lo ubique en el sector «monovolúmenes», 500L es una mezcla de monovolumen y hatchtback, y quizás algo de rural también. Comenzamos mirando al 500L de perfil, y encontramos líneas simples, cintura alta, pero techo también alto, y ausencia de adornos o pliegues en su carrocería, solo una bagueta negra con cromado central y manijas de puertas cromadas. ¿Para que complicar con aditamentos excesivos? Pureza de líneas bienvenida. Pasarruedas «llenos», espejos de muy buen tamaño (pero que tienen su contrapartida negativa), ventanillas también grandes que se van achicando hacia atrás, y ópticas traseras con un diseño «3D» que lo presenta muy diferente de perfil y desde atrás. Cuenta con cubiertas Continental 225/45R17, perfil bajo, pero que no tortura en el citadino -y no siempre liso- manejo diario. Llantas de muy agradable diseño, y que, creemos, «van con el espíritu del auto». Un detalle retro (más los utiliza el 500) es el guiño lateral, «simil Fiat 600».


En el frontal nos encontramos con un capot llamativamente corto, aunque lo usual, de acuerdo a las tendencias actuales de parabrisas lanzados. Sin dudas el frente es el sector «más 500» y el principal por el que se lo puede asociar a la histórica «bolita». No apela a las grandes parrillas que se están viendo en muchos modelos; por el contrario, escueta toma de aire con filón cromado que, además, recibe el logo de la marca. Completan antinieblas delanteros. Las ópticas secundarias, que simulan ser antinieblas adicionales cuentan con DRL , luces de circulación diurna, encendidas automáticamente, débiles en combinación con las bajas y más fuertes en altas. Buen poder lumínico en los grupos ópticos principales (¿sería exagerado pedir Xenón en bajas?).

Pasamos al otro extremo, el sector más simple -y minimalista» del 500L. Opticas pequeñas que -no sé por qué- me recuerdan al Peugeot 205.

La cola es maciza, con mucha chapa, pero gracias a la altura importante del 500L, también la luneta es generosa. Luces traseras LED, de diseño específico, distintas a las de su hermano menor. Enorme logo «500L», y sensores de estacionamiento (solo atrás) completan.

Aunque podría tildarse su cola como el sector con «menos design», es muy personal y distinto al resto de la industria. Habiendo observado y análisis 500L desde todos sus ángulos, nos disponemos a entrar a su habitáculo. ¿Será grande como parece indicar su diseño exterior? Al menos, antes de comprobar su espacio interior, detectamos un sencillo ingreso, por tamaño y ángulo de apertura de sus 4 puertas. Nos sentamos y lo primero que nos llama la atención es el enorme campo visual que tenemos, hacia adelante y los costados. No tanto hacia atrás y malo hacia 3/4 delanteros, por un parante muy ancho (que separa ventanilla de falso ventilete) y espejos de gran tamaño. Hay un ángulo ciego que complica al doblar hacia la izquierda.


La posición de manejo es buena, aunque como casi todos los autos polivalentes modernos, más pensada para los no tan altos, mas bien cerca del volante. Y aunque la butaca regula en altura (manual) y el volante en ambas direcciones, siempre queda algo cerca, pero podemos calificarla como buena.

Excelente diseño interior, con un mix entre clasicismo y modernidad, con apliques plásticos en color carrocería, otro guiño a los 500/600.

El volante «cuadrado» le da un toque distinto, en cuero, con muy buen grip, al que solo le criticamos alguna obstrucción visual hacia el tablero, dependiendo como se posicionen éste y la butaca. Cuenta con mandos remotos de Audio y TE, muy prácticos. Desde el brazo derecho del limpiaparabrisas se comanda la computadora de a bordo, ubicada en el tablero, completa (distintos parciales A y B) aunque prácticamente igual que el resto de los Fiat; podría contar con presentación específica. Además, indica temperatura exterior, posición de la regulación de luces y odómetro.


El tablero cuenta con 4 cuadrantes clásicos, dos grandes de rpm y velocidad y 2 secundarios de temperatura de agua y nivel de combustible. Muy clara información, rápida lectura, muy buena iluminación y diseño retro en su punto justo. Logrado. En el sector central encontramos la pantalla táctil de 5″, tan de moda (y no dudamos es «la tendencia»), pero preferimos con mando central tipo joystick; aunque la teoría indique lo contrario, creemos que se distrae menos con mandos convencionales. De todos modos, es de simple utilización, muy buena resolución, manejo «tipo Windows», e informa acerca de la radio/CD, teléfono, ajustes varios del 500L, eco:drive y trip (información parametrizada del último viaje). Podría ser algo más grande pero más aun, debería contar con navegador satelital incorporado. Audio, a propósito, de muy buen sonido.


Siguiendo en el sector de la consola central, más abajo, encontramos algunos mandos, del City (asistencia mayor de la dirección para la ciudad, una delicia, se dobla con la yema de los dedos..), regulación interna de luces bajas, antinieblas delanteros y traseros, trabas eléctricas y balizas, en excelente ubicación aunque debería ser de mayor tamaño para distinguirse rápidamente del resto. Más abajo, climatizador dual con mandos circulares (los preferimos). Si bien su presentación visual es muy buena (como el resto del interior del 500L), la dosificación es algo lenta y los mandos circulares dan «sensación de fragilidad».  Y otro tema que no es específico de 500L y que comparte con muchos modelos de otra marcas, cuando se elige la temperatura mínima (si solo queremos ventilación sin frío), automáticamente enciende el A/A y coloca el forzador en máximo caudal, que no es lo deseado en ese caso.


El diseño interior del 500L, diferente al de su hermano es agradable, con una mezcla de historia y modernidad muy lograda. Muy buena calidad de materiales (nos dio la sensación que es levemente menor que la de 500) y ensamble, y muy buen equipamiento, como veremos más abajo. Aplausos para el enorme techo solar, con cortina eléctrica, que permite una visual privilegiada, sobre todo para los pasajeros traseros, y aporta luminosidad, aunque (inevitable) quite algo de contraste a la pantalla central. Otro detalle curioso es el freno de mano «tipo avión», tema menor pero interesante. Comando de caja (6 relaciones) muy cómodo y a mano y apoyabrazos central de poca utilidad. Dejamos el muy cómodo y espacio sector delantero y vamos a las plazas traseras.


Cómodo acceso aunque algo alto
. Al sentarnos, lo primero que percibimos es una altura del cojín mayor a lo habitual, lo que permite una posición de piernas más relajada, aunque acerca nuestra humanidad al techo, que de todos modos no llega a alcanzar. La vista trasera es inmejorable: ventanillas de buen tamaño, enorme techo y suficiente espacio. Otro detalle práctico tiene que ver con la posibilidad de correr el cojín en sentido longitudinal (1/3 – 2/3), dando mayor capacidad al baúl o a las piernas, según se necesite y modificar el ángulo de inclinación del respaldo. Pequeños pero bienvenidos portaobjetos sobre respaldos delanteros. Pasamos al baúl, que se abre a través del  portón, algo grande para manipular (abrir y sobre todo cerrar). Muy buen espacio de carga, de muy buena terminación, aunque no tanto como en el resto del auto. Bandeja separadora de mejorable calidad (aspecto de frágil) y cubierta de auxilio temporal (mejorable) 135/70R16.


Nos bajamos del 500L y analizamos, finalmente, su parte dinámica. El motor de este modelo (el único disponible) es el conocido 1.4L 16V de 95 CV el mismo que utiliza Doblò, aunque afortunadamente, se muestra más agil que aquel. En realidad, a pesar que en los papeles, 95 CV es una cifra interesante, en la práctica no lo es tanto. Es un motor sereno (no tan silencio en ralentí), elástico, pero que no despierta en momento alguno. Compensa con la excelente caja de 6 relaciones que permite exprimir esos caballos y conseguir una reacción razonable, sin emular al Abarth 500. Aunque la suspensión trasero es algo «seca», el andar en ciudad es muy bueno, silencioso y de gran confort de marcha, y al tener buen despeje al suelo, no toca en badenes ni otros accidentes topográficas de nuestras calles. Cerrando el panorama en ciudad, cuenta con la función City, que suaviza (en extremo) la dirección asistida y consigue -casi- mover el volante con la mirada..


Buenos frenos que acompañan la buena performance dinámica del 500L, y que podría ser muy buena o hasta excelente si contara con un propulsor más potente. Aunque por ahora descartados, no tengo dudas que el 500L con motor diesel Multijet 1.6 de 120 CV o, el naftero TwinAir 0.9 de 105 CV, ambos, con consumos miserables, es otra cosa. El tablero cuenta con un indicador «Shift» que sugiere cambiar a marchas superiores para bajar consumos, y permite circular en 6ª a 70 km/h sin quejarse. Además del andar citadino, muy confortable, en ruta no desentona, siendo muy estable, lo mismo que en curvas de distinto tipo. Es cierto, no llega al excelente comportamiento deportivo del 500, por obvias razones, pero se desenvuelve muy bien en cuanto a estabilidad. El consumo es bueno, aunque no llega a lo conseguido por otros motores más eficientes. Se pueden conseguir 12/13 km/l en ciudad (y más si se es cuidadoso con el pie derecho) y unos 14/15 km/l en ruta a velocidades legales.


El equipamiento de 500L es muy completo (ver cuadro abajo), destacándose el City Brake (frena solo al 500L a velocidades de hasta 50 km/h) y el enorme techo panorámico, aunque ambos forman parte del Pack Luxury, Controles de Estabilidad y Tracción, Climatizador dual, 6 Airbags y la pantalla central de 5″. Fiat 500L se comercializa en una única versión Pop Star, a $ 222.500, con una garantía de 3 años o 100.000 km. ¿Caro? Probablemente, aunque es extrazona, tiene un muy atractivo diseño, gran espacio interior y buen equipamiento. Razonable.

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