Un auto distinto reza nuestro título. Y vaya si DS 3 Crossback lo es. No se parece a modelo alguno de toda la industria automotriz, ni siquiera usando una buena dosis de imaginación. DS 3 Crossback es distinto a todo. Pero además, es absolutamente diferente en todo sentido a su antecesor. Cuando presentamos la nueva «novedad» de DS Automobiles hace poco más de un año, decíamos que la mala noticia era que «reemplazaría» a DS 3, y lamentablemente así ocurrió. Y digo «lamentablemente» porque, siendo tan exitoso DS 3 (dentro de su volumen de ventas natural), y tan diferente al nuevo Crossback, perfectamente podrían haber convivido más tiempo (en Francia se sigue ofreciendo). En Automotiva ya habíamos tenido un adelanto del nuevo concepto DS, con el DS 7 Crossback que probamos a comienzos de este 2019. Porque aunque no se note a simple vista, comparten varias tecnologías/equipamientos ambos modelos de DS.

El portfolio de la marca premium tendrá un tercer modelo en este 2020, el nuevo DS 8 (o DS 9), algo así como un Peugeot 508 más futurista y con tendencia premium. Además, ya circulan las versiones E-Tense de DS 3 y DS 7, eléctrica la primera e híbrida la segunda. Estos 3 modelos podrían desembarcar en Argentina. Tenían casi asegurada su llegada hasta antes de los cambios en los impuestos y algunas reglas de juego más; hoy no podemos asegurar que sigan estando en los planes de la marca, y lo mismo ocurre con otras automotrices.

A partir de la excelente impresión que nos dejó aquel DS 7 Crossback, las expectativas previas a la prueba de su hermano menor no eran menores; más aún teniendo la difícil misión de reemplazar a un icónico modelo como el DS 3. Hasta DS 7 Crossback, lo modelos de la rama premium de Citroën, que luego se independizó (no a nivel empresa), eran equivalentes Citroën con un traje más refinado. DS 3 derivó del C3 europeo, DS 4 de C4 europeo, y sí podemos hablar de un producto específico con el extinto DS 5, espectacular modelo (opinión personal) que nunca desembarcó en nuestro país. DS Automobiles tiene un plan de desarrollo bastante agresivo, con el objetivo de dar batalla a los históricos premium alemanes, con el plus del típico charme francés. Alta apuesta en la que se ha embarcado la marca del grupo PSA, o mejor dicho, del grupo PSA/FCA.

Dejamos la introducción de lado, ya finalizada y pasemos a las impresiones que nos dejó este DS 3 Crossback So Chic, la versión intermedia de las 3 que vende DS en Argentina, y que comparte el mismo eficiente motor Puretech. Comenzando por lo estético, uno de los aspectos distintivos, el más «llamador» del nuevo Crossback chico. Trompa con estilo DS 7, muy protagonista, tal vez exagerada para el refinamiento francés que tiene DS 3. Enorme parrilla «trabajada», con el sector central para ingreso de aire. Opticas con «alto» diseño, LED vertical finito, sutil, trompa alta, capot «3D» y el logo DS protagonista. En resumen, imponente. Vamos atrás, sector en el que luce mucho menos protagonista, más refinado, no tan arriesgado. Opticas estilo DS 7, macizo, «gordo», musculoso, con mayor presencia de plásticos en negro brillante en lugar de cromados. Bien. Pseudo branquias a los costados del paragolpes. Diseño limpio en general, y bastante sobrio, salvo por las dos salidas (terminaciones) de escape, más relacionadas a un Mini Cooper S que a un crossover francés, pero igual nos gusta.¿Y la cámara trasera? No hay. Mal.

En el perfil, la «aleta de tiburón» se roba el papel protagónico. Si bien DS 3 anterior lo tenía, estaba más disimulado, era un poco más sutil. Interesante elemento diferenciador, pero que complica la visión de los pasajeros traseros. Le encontramos algún aire a su primo, el nuevo Peugeot 208. La línea de cintura es más baja adelante (curioso). Las manijas son embutidas, y se despliegan al acercarnos al auto. Cromadas y en una posición llamativamente baja. El aire crossover, además de su generoso despeje al suelo viene por el lado de apliques en plástico negro en guardabarros y zócalos. Parabrisas y luneta no tan inclinados y techo (en color negro) relativamente bajo para su altura general. Neumáticos Michelin Primacy 4, (para asfalto) en medida 215/55R18, razonable perfil para su concepto. Atractivas llantas de aleación, aunque algo rebuscadas a mi juicio. Como comentario general, diseño original, distinto, atractivo y muy «llamador»; todo el mundo lo mira. Objetivo DS logrado.

Antes de ingresar al habitáculo, vamos al sector posterior. Baúl con destrabe eléctrico, desde el tablero y desde el comando/llave. No tiene sensor en el portón, poco práctico. En contrapartida, muy buena boca de carga, piso alto, volumen poco generoso, aunque bastante utilizable. Buena calidad en el sector (donde muchas veces las automotrices bajan y bastante la presentaciónl). Neumático temporal 125/85R16. No es lo ideal, pero antes que el kit de reparación o las Run Flat… Abrimos el capot, bastante prolijo vano motor del eficiente Puretech de 3 cilindros y 1.2 litro (pero con 155 CV) y con fluidos bien a la vista. Disipadores de las luces LED también visibles. Vamos adentro.

Una primera -rápida- mirada alcanza para advertir que no estamos ante «un generalista» más, que DS ha apuntado al mundo premium (cuán cerca está es otro tema) y que más allá de la calidad, al igual que en el exterior, el diseño es el gran protagonista, mucho, y bastante por encima de practicidad o intuición, en algunos casos. Salvo por el volante algo atrasado, el acceso al habitáculo resulta sencillo a pesar de su despeje al suelo. En términos generales, refiriéndonos a materiales y calidades (más a los primeros) digamos que está por encima del mundo generalista, sin llegar plenamente al premium. Buena terminación y materiales duros y blandos. Buena calidad percibida. Al igual que con DS 7 Crossback, no me gustó la consola central, por su aspecto cromado que no transmite una buena imagen, aunque como diseño sí es atractivo. Además, los mandos de levantavidrios, el del conductor, se confunden con el freno de mano (me pasó), y si bien no acciona del todo en movimiento, frena parcialmente el auto.

Fuera de esto, que en última instancia es algo subjetivo/relativo, me gustó mucho el diseño interior. Además, en el sector está el selector «Drive Mode», para elegir entre ECO, Normal y Sport. Ya me referiré a estas opciones. Tablero similar conceptualmente a su hermano mayor, más chico, digital, y con la posibilidad de elegir entre distintas configuraciones. Muy buena presentación de información. Bien. Al centro pantalla táctil de 10.3″ de muy buena resolución, aunque no tan práctica como buen francés. Alta calidad de presentación, muy legible pero con botones «touch» que resultan muy estéticos y modernos pero poco prácticos (por ejemplo el del volumen, con el mismo formato, aunque compensa con mandos en volante) y se pueden accionar involuntariamente, sobre todo del de la climatización. Bien por contar con atajos vía comandos, mal por su accionamiento. Salidas de aire romboidales, forma geométrica que se repita en gran parte del interior (y afuera también), un símbolo de DS.

Comando de caja de muy buen grip, diseño y ergonomía, con indicación luminosa de la posición y botón para manejo «manual» de esta caja automática de 8 relaciones, probada en varios modelos, y de excelente desempeño. En esa posición, se cambia con las levas al volante (no giran en forma solidaria). No nos hemos referido aun a sus butacas. Excelentes. En cuero, de buen tamaño, ergonómicas, cómodas, de amplia regulación horizontal y vertical (manual) y con apoyacabezas ubicados a la distancia justa de la cabeza. De lo mejor. Vamos a las plazas traseras, algo claustrofóbicas por cintura alta y la «aleta de tiburón», pero muy cómodas. Cojín que permite llevar las piernas en una posición cómoda y un respaldo de inclinación justa. No sobra el espacio, quizás menos a lo largo, sobre todo para adultos, pero se puede viajar cómodo atrás en distancias razonables (no en un viaje Non Stop La Quiaca-Ushuaia). Pongamos en marcha este DS 3 Crossback.

Pero antes de encender el motor del DS 3 Crossback, comentario respecto a su equipamiento. Junto con el diseño y la eficiencia mecánica/dinámica, el equipamiento y sobre todo en Seguridad, es una de las grandes fortalezas del nuevo modelo. Para comenzar, no hay grandes diferencias de equipamiento entre las 3 versiones, Be Chic, So Chic, y Grand Chic. La intermedia, que probamos, tiene Control de Estabilidad, de Tracción, Detector de subinflado de neumáticos, Active Safety Brake (frenado automático de emergencia), 6 Airbags, Sensores de Estacionamiento delantero y trasero, el Drive Mode, y, lo más destacable para su segmento, el DS Drive Assist, que se hace cargo de freno y dirección, bajo ciertas condiciones, claro. Dejando de lado la seguridad, espectacular su iluminación, con luz alta automática (pasa a baja al detectar un auto de frente), el sistema Keyless para ingreso y puesta en marcha sin llave, con la particularidad que al detectar la proximidad del comando, se despliegan las manijas de puertas. También digno de mención el sistema Matrix LED de iluminación, muy eficiente. Realmente un equipamiento impecable.

Llegamos a la parte dinámica, otro de los puntos altos de este DS 3 Crossback. Andar envidiable, bajo cualquier condición, algo menos en tierra en mal estado. En los papeles, en la previa, un motor de 3 cilindros y 1.2 litro no pareciera apto para prometer grandes cosas. Sin embargo, en la realidad, la cuestión es absolutamente diferente. Por un lado, tiene 155 CV, y esto es lo que importa, más allá del tamaño del motor o la cantidad de cilindros y por el otro, además, muestra un equilibrio dinámico sorprendente. La única «contra» viene por el lado de la lógica mayor vibración de un 3 cilindros, sobre todo en ralentí, y (en menor medida) un sonido del motor no tan «armónico» aunque, lo disimula bastante bien con un ronquido tirando a deportivo, pero sutil, que no molesta. En ciudad un andar muy confortable, casi aislado del mundo exterior, solo levemente penalizado por un tren delantero algo quejoso, hilando fino. En ruta, alto confort, al menos hasta velocidades legales. Más arriba aparecen los efectos del viento sobre todo en espejos laterales. Repite en ruta el muy buen andar de ciudad. Realmente es un auto del que no dan ganas de bajarse, literalmente.

Lo probamos también en manejo deportivo, y a pesar de su altura (despeje) y de no estar configurado (diseñado) para este tipo de manejos, como sí estaba su antecesor, se desenvolvió con una solvencia llamativa, sin quejidos, y solo con algún balanceo leve. En estas condiciones (curvas cerradas y en subida) conviene llevar la caja en modo «manual»; la automática se vuelve algo brusca, como en la mayoría de los modelos. Muy buen poder frenante. La dirección eléctrica, variable, es muy eficiente, solo que, en aquel manejo deportivo y en ruta, para mi gusto, aisla demasiado al conductor de lo que ocurre en las ruedas, algo que, sin embargo, será muy bien recibido por la mayoría de sus compradores, seguramente. El Selector de Modos de Conducción permite seleccionar el tipo de respuesta, entre ECO, Normal y Sport. ECO es casi no utilizable, ya que se mueve muy perezoso, con una respuesta del pedal derecho muy «desmultiplicada», si vale el término. De todos modos está disponible para quien quiera usarlo, y gastar -aún- menos. El modo Normal es el más lógico, y en Sport cambia el aspecto del tablero y se vuelve más «brioso» en general. Para divertirse un rato. Respecto al consumo, y a pesar de haber hecho más de 600 km, no tuvimos oportunidad de manejarlo en trayectos urbanos, como para evaluar su consumo en estas condiciones, que como siempre digo, es muy relativo al tipo de manejo, al tránsito, a la topografía del lugar. En ruta, a 110 km/h, consigue excelentes 17.5 km/l. Como parte del test, recorrimos el macizo de Los Gigantes y el famoso «El Cóndor-Copina», aunque, esa experiencia será objeto de una próxima nota.

CONCLUSIONES
En definitiva, en este mundo globalizado, vertiginoso y sin pausa, muchas veces avanzamos hacia la síntesis, lo medular, las conclusiones. La verdad es que, no sé porqué razón, no tenía demasiadas expectativas en el DS 3 Crossback, y debo reconocer que me convenció -casi- de punta a punta. Lo negativo, podría resumirse en un interior poco práctico, poco intuitivo, un auxilio temporal, la falta de cámara trasera (que sí tiene el Grand Chic) y un desenvolvimiento en caminos en mal estado no tan a gusto.

Lo positivo, mucho. Comenzando por su «rompedor» diseño, original y atractivo, aunque esto es subjetivo. Siguiendo por su interior también original y con aire premium. Su mecánica, muy eficiente, con un motor tecnológico, austero, rendidor, una caja de 8 relaciones que «no le va en zaga», como dicen los españoles, muy interesantes ambos. Gran equipamiento, sobre todo en seguridad, y el hecho de tener un modelo «distinto» a todo. Su precio puede estar cambiando en estos días, como la de muchos autos por el nuevo esquema impositivo, pero se ubica en el orden de los $ 2.6 millones. ¿Caro? Depende como se analice el parámetro, pero no es barato, y pesar de ser un muy buen auto, por ese precio se acerca a algunos premium ya establecidos. Tiene con qué pelear, sin dudas, pero el mercado, como siempre, tendrá la última palabra.