Volkswagen Passat es, sin dudas, uno de los «históricos» de la marca, y seguramente, junto con Beetle y Golf, constituye el trío más «popular» de la casa alemana. Si, claro, popular en términos de los mercados europeo y norteamericano. Si bien los alemanes han sido siempre (ahora no tanto) sobrios en cuanto al diseño, Volkswagen ha potenciado esta característica, a punto tal de ser criticado muchas veces por lo poco que cambian sus modelos en cada renovación. De todos modos, el mercado acepta esto y constituye una de las fortalezas de la marca. «Seguimos en Alemania» porque acabamos de dejar el BMW 440i cabrio de la prueba anterior.
Passat fue presentado en 1973, con un aspecto mucho más humilde que el actual, y va por ésta, su 8a generación que se lanzó en 2014, aunque, a nuestro país llegó en este 2017. De todos modos no se espera un nuevo Passat (9G) al menos hasta 2019. Se muestra actual y vigente. El problema (o debilidad) del modelo probado no tiene que ver tanto con el producto en sí mismo (si bien algunas cositas negativas hay, como en todos los autos) sino más bien con su posicionamiento en precio, siendo producto de su origen alemán, tema que tocaremos más adelante.
La trompa del Passat es angulosa, con un capot con nervaduras, parrilla de gran protagonismo, en formato trapezoidal, y en negro brillante. Enorme logo VW. Si bien es muy clásico el sector, toma distancia de lo visto en los últimos modelos de la marca alemana. Opticas «muy trabajadas», antinieblas convencionales (aunque rectangulares) -una rareza hoy en día- y parte baja del paragolpes algo recargada. Atrás, muy sencillo y sobrio, casi exageradamente. Opticas «Audi» y pseudo salidas de escape cromadas. Luneta muy lanzada (no muy lejos del concepto «coupé de 4 puertas»).
El perfil es el sector más continuista respecto a su historia, sobrio, claro, con aplique cromado y llantas de 18″ muy atractivas, en color grafito, sobre neumáticos Hankook 235/45R18 (Hungría). Aplausos para el auxilio normal, igual que las otras 4. Desde esta vista se aprecia más la caída del capot hacia adelante y la inclinación de la luneta. El sector frontal, se encuentra como «dividido» en 3 secciones. Espejos grandes y línea de cintura normal, con «bastante vidrio». Dejamos el exterior; entremos al Passat.
Grandes puertas, buen ángulo de apertura y posición de manejo a la altura apropiada aseguran un ingreso sencillo, de lo mejor probado. Simple. Nos sorprende el color utilizado para buena parte del interior (butacas, paneles de puertas, tablero, parantes, techo, etc.): una tonalidad clara, entre blanca y tiza, muy llamativa, muy elegante, muy atractiva…. y muy sucia. O para expresarlo mejor, un color en el que la suciedad se hace muy visible. También nos llama la atención inmediatamente el tablero: Passat estrena el Volkswagen Digital Cockpit/Active Info Display, un tablero digital, configurable (no tanto); tecnología que estrenó su prima Audi hace un tiempo, y que se ha extendido a otros modelos como Golf, y hasta el nuevo Polo que tendremos en Argentina en breve (ya fue lanzado en Brasil, donde se produce).
Teníamos cierto preconcepto respecto a estos -digitales- tableros; al fin y al cabo, nada mejor que instrumentos con aguja. Sigo pensando lo mismo, pero claramente el futuro cercano (y el presente) pasa por esta tecnología.
¿Que es lo bueno? Es configurable, con lo cual uno puede cambiar su aspecto de acuerdo al día, estados de ánimo, etc. Además, presenta más información y resulta atractivo a la vista. ¿Lo malo? Nada mejor que las agujas….. en fin, debate abierto.
De todos modos, y aunque no es «tan configurable» en cuanto a vistas distintas, terminamos adaptándonos y «lo aceptamos más que antes». Como contrapartida cultural, y en honor al refinamiento, el reloj es analógico y se ubica al centro. Otro detalle llamativo tiene que ver con la «continuidad» estética de las salidas frontales de climatización: muy original, logrado.
El volante (doble regulación) es similar al del Vento GLI probado, repitiendo la sobriedad alemana (al menos la de VW), y esconde (literalmente) las levas para el manejo de la caja DSG, de pequeño tamaño, aspecto algo frágil, casi perdidas. De todos modos, por el perfil del modelo, seguramente no las utilice quien compre este Passat. Acá vienen varios elogios al modelo. El puesto de conducción es muy cómodo, aportando lo suyo las confortables butacas (con regulaciones eléctricas y masajeador), el apoyacabezas regulable en sentido horizontal (aplausos), la ergonomía (todo está a mano, aunque la pantalla táctil central queda un poquito lejos), la suavidad de los comandos y su practicidad. Excelente. Los materiales son blandos y de calidad similar (y hasta hilando fino, superior) a varios premium. Logrado toque simil madera a lo ancho (que sin embargo produce brillos indeseados). Crítica al comando para balizas; pasa desapercibido.
La pantalla táctil central resultó muy práctica, intuitiva y «amigable» (si bien preferimos las que se comandan con joystick o comando central); solo criticable la incidencia de la luz del sol, que la vuelve un poco menos visible. Aloja múltiples funciones, entre ellas el navegador, completo y de muy buena resolución. Le vendría bien una tecla ESC. También permite conectarse a internet a través de WLAN. La computadora de a bordo es completa (podría contar con algunas funciones más) y muy intuitiva. Bien. Abajo climatizador, no tan práctico, y más abajo comando de caja DSG y varios más (Stop/Start, seteo del comportamiento dinámico con variantes ECO, Comfort, Normal, Inidividual y Sport) y ESP Off.
No notamos cambios profundos en la respuesta del Passat al variar estos modos dinámicos, pero es una opción interesante. Completa tecla Auto Hold. El techo solar es eléctrico (solo una parte se puede abrir, lógicamente) y la iluminación LED interior es, sencillamente, exquisita; en combinación con el color casi blanco de varios componentes, recrea un ambiente muy elegante, casi británico. Un detalle premium y muy logrado aparece con la iluminación difusa interior, y el «hilo» de LED sobre contrapuertas. En el tablero central, entre velocímetro y tacómetro, aparece un sector con información abundante. Muy buen sonido del audio con opciones Radio/CD/Bluetooth/USB, etc. Pasamos a las plazas traseras, que si bien son 3, por el voluminoso túnel central, quedan 2 comodísimas, y una tercera, no tanto (al menos para los pies). Climatizador para estas plazas, con cojín y respaldo muy confortables, con acceso tipo «ventana» al baúl. Nos llamó la atención, hilando fino, que las puertas resultaran «como pesadas» para abrir o cerrar. Resumiendo el interior, el del Passat es uno de los más cómodos y prácticos que hemos manejado. Elogiable.
Baúl con auxilio convencional y muy buena capacidad, práctico, y con muy buena calidad de materiales y ensamble, como en el resto del auto. Abrimos el capot, que cuenta con (1) amortiguador, y muy buena presentación también, con gran leyenda TSI. Volvemos a la butaca del conductor y ponemos marcha sus 220 CV. El habitáculo está muy bien aislado, no solo del motor sino de ruidos en general, placer absoluto. Arrancamos en automático y parece un «eléctrico», silencio absoluto. Si se conduce tranquilo, en ciudad, uno va aislado del mundo, en sentido literal. Muy buenas suspensiones, y colabora la gran distancia entre ejes. Si nos vamos a la ruta y lo «pisamos», responde, aunque sigue predominando la suavidad; nada de aceleración bruscas, es muy progresivo, y el ronquido del motor nos lleva al mundo deportivo, aunque no sea ése, el perfil del Passat. Aún así, si se lo pisa, responde; los 220 CV están disponibles.
Y ya que estamos en la ruta, llevamos al Passat a 130 km/h, por autopistas, y no nos abandona el placer de conducción; ideal para viajar, y lo hace tan confortablemente o más que muchos premium bastante más caros. En curvas exigidas (no se salvó de la prueba en ese trazado) se mostró muy aplomado, aunque con los controles de estabilidad y tracción algo celosos, bastante intrusivos, algo lógico teniendo en cuenta el espíritu del auto y el perfil del comprador. Elogios para la caja DSG, rápida y eficiente, en todos los modelos probados con esta caja de doble embrague.
Modo sport con una respuesta más «racing». Todo lo mecánico es eficiente: su dirección de asistencia variables, su poder frenante, y el mencionado confort de marcha. Como punto negativo en este apartado, en aceleraciones «bruscas» notamos un patinamiento excesivo y por lo tanto toma el control el Control de Tracción, valga la redundancia. Notamos el tren trasero algo áspero al pasar un lomo de burro. La iluminación LED solo recibe elogios, muy eficiente. En resumen, en el aspecto mecánico, el Passat se luce, en todos los caminos, y ante distintos tipos de manejo, siempre haciendo notable el confort de marcha. Aplausos.
Respecto a sus prestaciones, son más que suficientes para el uso normal y tranquilo del modelo; pero si se necesita acelerar, responde. En cuanto al consumo, sin ser miserable, es más que eficiente para un motor de 2 litros, con 220 CV y 1,700 kg de peso. En ruta a 130 km/h conseguimos 14 km/l. En ciudad, dado el peso y la caja, la ecuación no es tan favorable. Rehusamos dar valores rígidos del rendimiento en ciudad debido a «lo variable» de dichos valores en función de la topografía del lugar, el tipo de manejo, el tránsito, la cantidad de semáforos, etc. De todos modos, con mucho cuidado y suerte se pueden conseguir entre 8 y 9 km/l. Si las detenciones son numerosas, el valor caerá indefectiblemente. Estacionar es una tarea muy simple a pesar de sus 4,77 m de longitud, gracias al Area View (cámaras «360») y el Park Assist (estacionamiento parcialmente autónomo).
Conclusiones y Precio
Claramente, Passat es un modelo que termina «demostrando mucho más que lo insinúa a simple vista». Aunque el diseño es una materia subjetiva, está muy logrado, si bien mantiene cierto exagerado clasicismo. La calidad de terminación nada tiene que envidiar a algunos premium alemanes. La eficiencia mecánica y dinámica es alta, el confort de marcha, supremo. Muy buen espacio interior. Quizás resultara una mejor ecuación si Volkswagen comercializara la versión con el motor 1.4 TSI de 150 CV, pero solo en cuanto a una mejora en el consumo. El resto, impecable. Como aspectos negativos, menores, encontramos algunos materiales un poco más abajo que el resto en cuanto a calidad (hilando muy fino, y en los contrapuertas), una pantalla central poco visible con sol y el aplique de madera que genera brillos molestos.
Y tal vez el principal aspecto negativo sea el precio, y en más de un aspecto. Por un lado, específicamente frente a Ford Mondeo, su principal competidor, que viene de México, y por tanto sin arancel extra zona. Mientras Volkswagen Passat Highline DSG está a USD 59,900 ($ 1,063,000 al cambio de hoy), Mondeo arranca $ 672,000 y claramente, en cuanto a producto, fríamente, no se verifican casi $ 400,000 de diferencia. Pero además, por ejemplo, Audi A4 se vende a USD 52,000, Jaguar XE a USD 60.000, Peugeot 508 (con bastante menos potencia) a $ 783,000 y Toyota Camry a USD 63,000. Con todos tiene ventajas y desventajas en la comparación, pero claramente, su posicionamiento en precio es alto. Aun así, Volkswagen sabe el prestigio, la atracción y el favoritismo del mercado hacia Passat y por eso, seguramente, a pesar del precio, confía fuertemente en su volumen de ventas.