Ferrari. La magia del Cavallino Rampante. Y probablemente F40 esté en el «top five» de los productos más admirados y -sobre todo- deseados de la historia de Ferrari. Es cierto, con el primer día de este 2017 hicimos una breve reseña de esta «bestia» de Maranello. De todos modos, habiendo cumplido 30 años hace un par de días, decidimos darle un lugar nuevamente. Nunca más merecido.
Recordemos que F40 nació en los últimos días de «Il Comendattore» Enzo, precisamente un año antes de su muerte. Ferrari no estaba en su mejor momento y Don Enzo quiso homenajearse con un modelo que fuera digno de representar los 40 años de historia de la marca y porque además, ya era hora de relevar a la 288 GTO, también espectacular creación italiana. Al «mandamás» de la casa italiana no le preocupaba mucho el confort del nuevo proyecto, ni su calidad constructiva en cuanto a terminaciones, ni la suavidad para manejar; quería simplemente un auto que le quitara el sueño a muchos, y vaya si lo consiguió.
Es cierto, la Ferrari F40, diseñada por Pininfarina, no tenía, por ejemplo, radio, no tenía dirección asistida; sus paneles de puertas eran casi simbólicos, tampoco alfombras; incluso las primeras unidades tenían vidrios laterales fijos, no podían abrirse. Toda esta ¿exageración? tuvo su final feliz: F40 pesaba 1235 kg, algo increíble para quien llevaba en sus entrañas un motor trasero central V8 de 3 litros y 480 CV, provenientes de dos turbos, claro, con toda la inercia a bajas vueltas de los de aquella época, nada de progresividad.
O no tan increíble, teniendo en cuenta que su carrocería estaba elaborada con Kevlar, Carbono y Fibra de Vidrio. Una relación peso/potencia apenas superior a 2.5 kg/CV. Impresionante. También su Cx (para la época): 0,34. Tenía dos tanques de combustible de 60 litros cada uno. De todos modos, la autonomia no era…… es cierto, ¿a quien le importa en este caso?
Con todo lo anterior, no resulta raro el dato de sus prestaciones: 3.5 segundos para alcanzar los 100/h y 335 km/h de máxima. También ayudaba la aerodinamia, con una altura de 1.13 m. Como dato comparativo, el Porsche 991 turbo (actual), símbolo de lo prestacional, tiene una altura de 1,30 m. Si bien Enzo Ferrari pensaba producir 400 unidades, la gran demanda del producto lo llevó a fabricar poco más de 1300. Es cierto, era un producto difícil de manejar, sin ayudas electrónicas, con pedal de embrague duro y muy poco dócil, pero, a la vez, soñado por todo el mundo. Ferrari decía que «no me importa que tenga algunas cuestiones de calidad o de falta de confort; me interesa que quien la maneje se haga encima». Clarísima y muy gráfica frase de lo que debe sentirse al probar esta bestia italiana.
Ferrari F40, para mí uno de los autos inolvidables de la historia del automóvil. Sí, es cierto hubo otros, y sin ir más lejos, el Porsche 959, su más directo rival. Pero la magia de la F40, nunca pudo ser superada, ni por sus sucesoras F50 y Enzo. ¿Cabe alguna duda que si Ferrari volviera a producirla tal como era (algo imposible en la práctica) las vendería a todas rápidamente?