A fines del pandémico 2020, Volkswagen presentaba la extrema versión R del Golf 8 que había lanzado previamente. Más cerca, hace un par de años, conmemorando los 20 años de historia de esta deportiva versión, que comenzó con el R32 en 2002, se presentó esta limitada versión, aumentando la potencia hasta los 333 CV. Y aquel motor de esa versión conmemorativa es el que se mantiene en este restyling del Golf R, como también recibió el resto de la familia. Solo faltaba presentar el renovado R, lo que ahora sí se ha materializado. Y será el último Golf R con motor naftero, sin dudas. Quizás, podríamos pensar en un próximo híbrido en el mejor de los casos, sino totalmente eléctrico.
Como en ediciones anteriores, las diferencias visuales son menores, no ostentosas, o en todo caso no tanto, rozando el tunning como en algunos casos. Paragolpes delantero «trabajado», al exagerado, que pasa un poco desapercibido gracias a su color negro. Atrás algo similar, con 4 enormes salidas de escape y difusores, más visuales que funcionales. En el lateral, nuevas llantas en negro (hubiera preferido color aluminio, pero es subjetivo), y en opción unas más livianas de 19″. También disponible la Black Edition, con una serie de accesorios en negro. Y ese color también disponible en la carrocería, aunque creo le sienta mucho mejor el histórico azul. También disponible en la muy atractiva versión Variant (rural).
Mecánicamente, mantiene el 2.0 TSI, ahora con 333 CV como aquella versión 20 aniversario, con caja de doble embrague y 7 relaciones. Con este conjunto, consigue llegar a los 100 km/h en solo 4.6 segundos, valor espectacular, 3/10 más lento que un Porsche 911 Carrera. Poco para agregar. Tracción integral 4-Motion. Diferencial trasero R-Performance. Como el resto de la gama Golf, incorpora ChatGPT. En resumen, una pasada en limpio, como es habitual en los restylings de mitad de ciclo, solo que en este caso en la variante más deseada del modelo, la R. Volkswagen nunca vendió Golf R en Argentina y resulta improbable que lo haga en el corto o mediano plazo, lamentablemente.