Volkswagen ya había anunciado hace unos años, que en 2025 tendría un portfolio predominante de productos híbridos y eléctricos. Y va en esa dirección, como la mayoría de las automotrices, a pasos agigantados. Primero fue el ID.3, eléctrico que -tarde o temprano- terminará reemplazando al Golf. Luego fue el ID.4, más familiar, y finalmente el ID.6 (aun no presentado), un SUV eléctrico de 7 plazas. Esto, además del minibus eléctrico, homenaje al inolvidable T1. Pues bien, ahora parece que llegará el ID.1, el modelo más chico de la familia eléctrica ID.
El nuevo ID.1, el benjamín de la submarca eléctrica se convertiría en el reemplazo del actual Volkswagen Polo, modelo que se vende bien, pero que irá sucumbiendo (como el resto) a la movilidad eléctrica. ¿Tendría sentido desarrollar un Polo eléctrico? Quizás no, del mismo modo que no hay Golf eléctrico 8 (sí en el Golf 7) ya que fue necesario desarrollar un modelo «desde cero» como fue el ID.3, de hecho bautizado como un «Golf eléctrico». El mismo razonamiento vale para el Polo. No estoy diciendo que el año que viene desaparecerá el mediano/pequeño de VW. Pero sí que a mediano plaza dejaría de existir como tal, trasladando sus ventas al ID.1.