Mercedes-AMG. Explosiva conbinación. Lujo y deportividad, refinamiento y prestaciones, sobriedad y racing. En fin, lo mejor de ambos mundos. La sigla AMG está conformada por las iniciales de sus fundadores (1967), Aufretch y Melcher y por su emplazamiento original, Affalterbach.
Hoy el «sello» AMG se encuentra presenta en casi toda la gama Mercedes-Benz. Salvo en Clase B y en GLC, hay AMG disponibles en el resto del portfolio Mercedes-Benz. Claramente la variedad prestacional ha ido creciendo. Y hoy nos ocupa la variante más radical, más prestacional: Mercedes-AMG GT-R.
Lo primero que llama la atención es el color elegido por Mercedes-Benz para su presentación: AMG Green Hell Magno, en honor al «infierno verde» Nordschleife, Nurburgring.
Podríamos bautizarlo como «verde manzana» pero tiraríamos abajo todo el encanto del nombre elegido por la alemana. Lo que, instantáneamente después, llama la atención, es su enorme parrilla, con barras verticales, tomando casi todo el protagonismo de la trompa; y poco después, sus llantas negras sobre neumáticos Michelin Pilot Sport Cup, en medida 325/30R20 (atrás).
Mercedes-AMG GT reemplazó al SLS AMG coupé. Sí y no. En realidad, conceptualmente no son «lo mismo», aunque, en cierto sentido tomó su lugar en el portfolio Mercedes. AMG GT se vende en 2 versiones ¿normales?: GT, con el V8 de 4.0 litros y 462 CV, y el GT-S, con la misma base pero llevado hasta los 510 CV. Precios, USD 160.000 y USD 184.000 respectivamente.
El nuevo AMG GT-R, manteniendo la plataforma y gran parte de los elementos de sus hermanos, incorpora varios elementos distintivos. Además de su llamativo color, la abultada parrilla y las llantas específicas, presenta un ancho 5 cm mayor, más generosas tomas de aire frontales inferiores, un enorme alerón trasero -casi de competición-, salida de aire trasera central, bajos traseros específicos con una tercer salida de escape central, y otros aditamentos aerodinámicos menores.
Adentro, butacas específicas, obviamente, volante y otros elementos distintivos sutiles. Detalle de «color», sus apliques brillantes AMG Interior Night. Seguramente, dos de las modificaciones más importantes tienen que ver con el aumento de potencia (75 CV plus respecto al GT-S), para llegar a los 585 CV, y la reducción de peso, 15 kg (acusando 1555 kg), que no es trascendental pero suma (resta en terminos matemáticos) a la relación Peso/Potencia. Mayor presión de soplado del turbo y un repaso de la electrónica. Con esto, logra reducir en 2 décimas de segundos la aceleración de 0 a 100 km/h, clavándose en eficientes 3.6 segundos.
El nuevo AMG GT-R será comercializado a partir de marzo del año próximo, y fue puesto a punto, justamente, en el circuito de Nurburgring, todo un dato para su Curriculum. Su caja es la AMG Speedshift DGT de 7 relaciones. Además, sus frenos carbocerámicos están sobredimensionados, el Control de Tracción ha sido re-seteado, cuenta con nueva barra estabilizadora trasera, más generosa, su suspension es adaptativa, cuenta con el AMG Ride Control (amortiguadores de dureza regulable) y el eje trasero es direccional (puede girar), girando en el mismo sentido que las delanteras a altas velocidades (mayor velocidad en paso por curvas) y en sentido opuesto a baja velocidad (mayor maniobrabilidad).
Respuesta mecánica configurable con el AMG Dynamic Select (Confort, Sport, Sport+, Race e Individual), modificando el comportamiento de motor, caja, suspensión y ayudas electrónicas. Se puede elegir también el sonido («sinfonía») del escape. El Mercedes-AMG GT no se comercializa actualmente en Argentina (creemos sí lo hará en 2017), a diferencia del anterior SLS Gullwing que sí se vendió (claro en otro contexto económico) y por lo tanto la posible llegada del GT-R a nuestro país está prácticamente descartada. Una pena.
