Como muchos saben, los orígenes de Jeep no fueron tan lineales, o tan directos, para decirlo de algún modo. Puede decirse que nació con el jepp Willys, vehículo creado para un uso militar (por eso su sencillez y la carencia de cualquier elemento de mínimo confort) para la guerra que se avecinaba (1941), por encargo del gobierno de los Estados Unidos. Estuvo bajo el ala de Willys-Overland hasta 1963, tras la compra por parte de Kaiser (por eso se fabricaría más tarde en Córdoba). en 1970 pasó a AMC (American Motors Company), en 1987 a Chrysler y en 2009 a Fiat, conformando FCA, Fiat-Chrysler Automobiles, quedando finalmente en manos del conglomerado Stellantis.
El Jeep Wrangler 4xe es la variante híbrida del jeep norteamericano, con 380 CV y un particular sentido en la actualidad, a partir de la demora en el «despegue» de la movilidad eléctrica, siendo los híbridos, por lo tanto, las «estrellas» del momento, digamos. Sobre el Wrangler 4xe, Jeep homenajea al precursor, al original, al iniciador de esta exitosa saga: el jeep Willys. Las diferencias pasan por los estético, con varios guiños a su abuelo. Uno de los más logrados, creo, tiene que ver con sus llantas, que parecieran venir de aquella época. También el color verde oliva, que se repite en interior y exterior, además de calcos y agregados alusivos.
El motor ya no es el 4 cilindros 2.2 litros del Willis original, claro, sino el 2.0, base del 4xe de 270 CV (similar al de la RAM nueva) más otros 2 eléctricos, totalizando 380 CV. Autonomía eléctrica de 34 km, deficitaria para ese uso, pero interesante para colaborar con el consumo y el medio ambiente. Su precio se ubicará en los USD 60,000 y será una edición limitada, denominada Wrangler 4xe Willys 41. No lo tendremos en Argentina.
