Sí, de SUV tiene poco, o al menos respecto al significado más ortodoxo de la palabra. También es cierto que ha ido mutando, y hoy se le llama SUV a cualquier modelo con tracción simple, un despeje normal, una carrocería algo más cuadrada y alta (a veces ni eso); muy lejos de aquellos Range Rover, Nissan Pathfinder y varios más, que realmente destacaban en el off road. Conscientes que poca gente utiliza los recursos técnicos para tal fin y que la mayoría rara vez sale del asfalto, las automotrices han ido ofreciendo «SUVs» más urbanos, más civilizados, más confortables, menos «SUVs», valga la contraposición. Lo cierto es que, más allá de análisis semánticos, Ferrari está presentando su tan esperado Purosangue.
Para comenzar, podríamos definir como curioso el nombre: «Pura sangre» para un modelo que tiene poco del espíritu Ferrari, al menos de sus años más ortodoxos. Uno asumiría que un «pura sangre» podría resultar un modelo bien deportivo, casi de carreras, pero no un SUV, aunque, nuevamente, de SUV tiene poco y nada. ¿No me gusta el Purosangue? Al contrario, me encanta y me parece un diseño exquisito; simplemente creo que toda la expectativa previa por «el SUV de Ferrari», el primero en su historia, poco tiene que ver con el resultado final.
Aunque no ha trascendido de manera oficial toda la información, sí se saben varias cosas. El corazón de este Purosangue es un motor V12 de 6.5 litros y bestiales 725 CV, con un par de 716 Nm. Caja de doble embrague y 8 relaciones. Con esto, tarda 10.6 segundos en llegar a… 200 km/h, y escalofriantes 3.3 segundos para el «0 a 100». Poco para agregar. Suspensión activa, eléctricamente regulable, a través un sistema de 48 V. El peso del Purosangue es de poco más de 2,000 kg, bajo valor gracias al uso de carbono, acero y aluminio en su carrocería. No es un modelo chico; mide 4.97 m, con enormes 3.3 m de distancia entre ejes. Frenos Brembo.
Estéticamente se muestra muy deportivo, con un estilo bastante más hatchback y hasta Shooting Brake, diría, que SUV. Bajo, voladizos cortos, despeje bajo, poco vidrio, luneta muy inclinada y grandes y trabajadas llantas. Puertas que pasan desapercibidas, por mínimas tolerancias (luz) y por manijas delanteras disimuladas y traseras escondidas. De todos modos, tiene un aire al Lamborghini Urus, uno de los referentes del momento. El interior, muy original, quizás exagerado, , con algún guiño a los norteamericanos de los 60´ s, y un aspecto general muy futurista. Polémico. Interesante Ferrari Purosangue, con una definición particular del mundo SUV, muy deportivo, exquisito diría, y con prestaciones espectaculares.
