Con las primeras luces del 2019, presentábamos la 5a generación del Renault Clio, icónico modelo, históricamente exitoso en su faz comercial, ubicándose en los primeros puestos del mercado europeo, por muchos años. Y con las últimas de 2022 adelantábamos los rasgos estéticos del restyling de mitad de ciclo que estaba a punto de presentar la marca francesa, con el título «….¿el último?». Y es que, como viene ocurriendo con tantos otros modelos (VW Polo, Golf, Ford Fiesta, etc.), esta actualización de medio término será la última del modelo, al menos tal cual lo conocemos.
Resulta poco probable que Renault desestime un nombre con tanta carga sentimental, sobre todo para el mercado europeo. Aunque en cierto sentido viene siendo reemplazado por su «primo SUV» Captur, tengo algunas expectativas respecto a que la marca francesa vuelva a vender un modelo con el nombre Clio, ya eléctrico, y hacia 2026. Claro, no es tan sencillo ya que para ese momento ya tendrá los R5 y R4 EV; habrá que «hacerle un lugar» al futuro Clio eléctrico, ya no como hatchback, sin dudas. Estas primeras (limitadas) imágenes oficiales permiten comprobar el camino tomado por Renault para el último restyling del Clio, siguiendo los pasos de sus hermanos recientes como Megane E-Tech o el SUV Austral.
Los cambios afectan casi únicamente al sector frontal (algo habitual en estas actualizaciones), aunque lo muestran tan diferente que parece «otro auto». Personalmente, y sin pretender convertirme en Diseñador Senior, creo que ha acertado Renault con los cambios, aunque se muestra algo recargado, algo «tensionado«, como está de moda decir, sobre todo en lo que hace a las luces diurnas en los costados. Parrilla con alguna reminiscencia Peugeot y una imagen general (frontal) más agresiva. En el interior, solo leves detalles; gráficos y tipografía del tablero y poco más. Mejora en Seguridad con Crucero Adaptativo con Stop&Go y Reconocimiento de Peatones.
Sin cambios en las motorizaciones, aunque ahora con menos opciones. En la base, el 1.0 SCe de 3 cilindros, aspirado, y con humildes 65 CV, y caja manual de 5 relaciones. Además, el 1.0 TCe turbo, con potencias de 90 CV y 100 CV (GLP en este caso), y el infaltable diesel 1.5 dCI, también con 100 CV. En estos casos, caja automática o manual de 6 relaciones. Desaparece el 1.3 TCe (el de nuestra Duster), quedando como opción más potente, el híbrido PHEV de 145 CV sobre la base del 1.6. Tal cual lo que ocurre con el Volkswagen Polo, por ejemplo, el Clio se resiste a desaparecer, aunque ese será su destino, al menos tal como lo conocemos. El mundo del automóvil sigue cambiando y va dejando muchas «víctimas» en el camino, lamentablemente.
