Hace poco menos de 4 años, Fiat presentaba el Pulse, un SUV (bajo la moda actual de llamar así a cualquier modelo con un poco mas de despeje y aspecto más «cuadrado»), derivado del Argo, hatchback de gran éxito en Brasil, que ahora se reincorporó a la oferta argentina, completando el sedán Cronos esta nueva familia de modelos post Palio/Siena. Si olvidar a Fastback, claro. Lo manejé en varias ocasiones, en una de ellas en un viaje a Misiones, a los famosos Saltos del Moconá. Un auto que me conquistó, perteneciente al segmento B y con equipamientos y calidades acordes al segmento, pero que encontré algo mejor terminado que nuestro Cronos.

Claro, para los más fanáticos del mundo prestacional y deportivo, llegaba luego el Abarth Pulse, primer modelo de la marca del escorpión, fabricado en Brasil, casi en dupla con el Abarth Fastback, aunque, en este caso, con el mismo motor de las versiones «normales». Hace poco más de un año me subía a un rojo furioso Abarth Pulse, con el motor 1.3 turbo de 175 CV y caja automática de 6 relaciones (no hubiera soportado una CVT en este caso…). Más de 75 caballos adicionales respecto al Pulse Drive, y 55 plus respecto al 1.0 turbo con CVT. Es una diferencia enorme, y hace que este «SUV» se comporte de un modo rabioso. Tal vez no tan deportivo como el Abarth 595 que probé hace unos años, pero adictivo también.

Fiat Argentina ya presentó la renovación sutil de Cronos, lo mismo hizo Brasil con Pulse y ahora es el turno de la versión deportiva Abarth, que ya se puede comprar en el vecino país, y que llegará a Argentina seguramente junto con el renovado Pulse en el segundo semestre. Los (leves) cambios son los mismos que recibe la familia completa del modelo. Se centran en el sector frontal, con nuevos paragolpes y parrilla, que nos evoca al mundo Maserati (salvando las grandes distancias…). Nuevas llantas en negro y algun otro detalle menor. Misma mecánica; hablamos de un restyling. En «los papeles», un Abarth Pulse no me parecía buena idea, pero me encantó.