Sin pretender mostrarme como un purista de la lengua castellana, que no lo soy, digo que la palabra «curiosidad» no necesariamente refleja cuestiones inverosímiles, increíbles, espectaculares. Simplemente puede referirse a algo que no se esperaba o que «se sale del libreto» respecto a lo previsto. Y esta nueva -7a-generación del Ford Mustang, el deportivo más exitoso a nivel comercial, tiene algunas curiosidades, a mi criterio. Probablemente la más notable sea el haber presentado una nueva generación, en estos tiempos «tan eléctricos y tan SUV», que no recurre a ninguna de estas situaciones.
Aunque de a poco su primo SUV Mustang Mach-E viene desplazándolo, el nuevo Mustang mantiene intacto su ADN deportivo y estético. Y no solo no es eléctrico, a diferencia del próximo Dodge Challenger, por ejemplo, sino que ni siquiera recurre a la hibridación. Pura nafta….. bien para muchos, no tanto para otros, seguramente. Ni eléctrico ni SUV, primera curiosidad. Por otro lado, a pesar que toma una plataforma nueva, no presenta grandes diferencias con el actual, en términos estéticos conceptuales, si cabe el término. En rigor de verdad, esto no representa un hecho curioso; más bien algo esperable. Mustang presenta dos variantes mecánicas: el 2.3 Ecoboost con una potencia esperada de unos 330 HP, y el espectacular V8 5.0 de unos 480 HP. Dos motores, y muy interesantes. Caja manual de 6 o automática de 10.
Hace unos meses especulábamos con el diseño que tendría la nueva generación de Mustang, con una recreación que terminó siendo bastante realista por cierto. Y hablando concretamente de su diseño, si bien continuista, insisto, muestra una interesante evolución. Mirando la imagen de la comparación de ambos, de perfil, se notan algunos cambios, aunque no drásticos. Algo más musculoso, algo más de chapa, voladizo delantero un poco mayor, aspecto «más de caza», diría. Opticas delanteras mas chicas y con elementos internos, parrilla algo recargada, hilando fino. Atrás, nueva firma lumínica, y un estilo general «más Corvette», si cabe la comparación. Enormes salidas de escape, al menos en la versión Dark Horse, que reemplaza a la icónica Mach 1.
En términos generales presenta un aspecto más refinado, más elegante, y más deportivo al mismo tiempo, creo. En el interior, cambios sí drásticos. Todo digital, estilo «doble tablet» tan de moda, lamentablemente. Si bien considero logrado el efecto de tablero más atrás que la pantalla central, es difícil integrar bien las grandes pantallas actuales. No me gustan las salidas de climatización centrales y el hecho de haber perdido varios mandos físicos, pero es tendencia inevitable actual. Más allá de eso, buena calidad percibida. Este Mustang séptima generación, será el último con motores nafteros. La próxima, inevitablemente, será eléctrica. Será fabricado en Estados Unidos. Ah, me faltaba mencionar una curiosidad: el freno de mano es eléctrico, pero de aspecto manual (palanca). ¿Logrará el próximo Mustang mantener la adrenalina del actual modelo? Veremos.