A fines de 2011 probaba un Citroën DS3 muy especial. Era el auge del modelo en el rally mundial, de la mano del inolvidable Sebastien Loeb, y la marca tenía en Argentina una unidad ploteada «igual» que la de Seb, y fue la que me prestó para probar una semana. Si bien para los más conocedores, había diferencias con el WRC, para más de uno parecía ser el auto del francés. De hecho, tras haber probado muchos autos, y algunos bastante especiales, sin dudas este Citroën DS3 fue el que recibió más miradas. En la primavera de 2018 mostrábamos la 2a generación del modelo, dando de baja, lamentablemente, a la icónica anterior. Además, poco después lo probábamos, con interesantes conclusiones.
Hace unos meses DS actualizaba su crossover más chico, quitándole el apellidos Crossback, igual que a DS 7, con algunos retoques menores estéticos. Finalmente, ya en este año, planteábamos lo que finalmente sucederá: la 3a generación del DS 3 sufrirá cambios estéticos muy importantes, hasta diría conceptuales en cuanto a su diseño. Aunque al actual no le ha ido mal comercialmente, lejos está del éxito de la primera generación, la original, con unas 500,000 unidades vendidas en 10 años. Por eso, DS plantea volver, de algun modo, al concepto hatchback, digamos, y también pensando en futuras versiones deportivas, para rivalizar con el próximo Renault R5 Alpine, entre otros.
Su opción inicial tendrá el motor eléctrico común a sus primos franceses y alemanes, el de 156 CV. Estrenará la plataforma STLA Small de Stellantis, la que también adoptará el próximo Lancia Ypsilon. De hecho, ambos tendrán bastante en común, aunque cada uno adaptado al gusto de su país de origen, francés e italiano. Tendrá una variante deportiva, volviendo a sus orígenes, también eléctrica y con una potencia que debería ubicarse en torno a los 200 CV. Llegará en 2026 y será eléctrico, sin opciones nafteras ni híbridas. Estéticamente, cambios absolutos. Estilo 5 puertas más clásico, conservando la firma lumínica DS, pero mostrando un diseño menos «rompedor». Veremos.