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Con Fiat Toro Volcano a la costa argentina en plan familiar

Fiat Toro Volcano y el mar… en Pinamar

Me encanta todo lo que tenga que ver con el mundo del automóvil, claro. Desde muy chico quedé fascinado con este mundo apasionante, y que viene cambiando a pasos agigantados en los últimos años. Adhiero a todo lo que tenga que ver con automóviles (y motos, en menor medida). Probar modelos es solo una parte de mi tarea, una muy gratificante y muy atractiva, pero no la única. Y más allá de la «fría» y técnica prueba, analizando distintas cuestiones referidas a ese modelo, compartiendo mis impresiones (subjetivas), desde hace unos años, también trato de aprovechar algunas salidas familiares o personales, más relajadas, más lúdicas, menos «almidonadas», para sentir al automóvil en ese estado más personal.

Fiat Toro Volcano cerca de La Frontera, Pinamar
Fiat Toro Volcano en Córdoba, cerca de Bosque Alegre

Y creo que las experiencias vivivas son tan válidas como las de los tests (que me encanta hacer), a la hora de transmitir lo que transmite un auto, valga la redundancia. Y lo hemos hecho varias veces y con distintas marcas y modelos. En este caso, aprovechando un viaje familiar a la costa argentina (desde Córdoba), resultaba interesante hacerlo a bordo de la renovada Fiat Toro MY 2022, en la versión Volcano, con motor diesel de 170 CV y caja automática de 9 relaciones, con tracción integral. Pude manejar Toro en varias ocasiones y en distintas versiones. Teniendo en cuenta que el renovado modelo mantiene casi todo de la anterior, con más razón, tenía más sentido encarar un viaje largo, digamos, y obtener sensaciones a bordo. Eso hicimos, aprovechando el feriado XL de carnaval ,y agregando varios días más, para recalar en Ostende, lugar que conocía pero que no había sido destino de vacaciones.

Fiat Toro Volcano en Pinamar
Fiat Toro Volcano en Pinamar

Todo preparado desde la noche anterior, para salir al mediodía desde Córdoba. Obligaciones laborales hicieron que no pudiéremos arrancar bien temprano. Si bien hace muchos años, el trazado elegido hubiese sido otro (y fue otro durante muchos años de la infancia/adolescencia), hoy por hoy no quedan dudas que la Autopista R9 es la indicada. Por lo menos hasta Rosario, y desde allí hasta Campana, después vemos… También convengamos que, hace 20 o 30 años, seguramente pocos tendrían la idea de viajar en una pick up, y de manera confortable, de modo similar (no igual) a un auto. Soy de los que creen que por más cómoda que pueda resultar una camioneta o un SUV (en general), siempre será más cómodo y más seguro hacerlo en un auto. De todos modos, ante la realidad de una presencia cada vez mayor de estos vehículos y que se han ido transformando hacia la comodidad, no resulta raro pensar en un viaje de vacaciones en un pick up, Fiat Toro en este caso.

Fiat Toro Volcano en Córdoba
Fiat Toro Volcano en Córdoba

A pesar que no me gusta «perder tiempo» en paradas, en modo vacaciones, las detenciones y los «cafecitos» son más frecuentes. Parada en Rosario y continuar viaje hasta Campana, donde dejaríamos la autopista para tomar Ruta 6 hacia Cañuelas, destino de pernocte. Hasta acá (Campana), Toro Volcano había rendido 13.3 km/l, casi todos transitados a 130 km/h, y un poco más también y con Aire Acondicionado. Llevábamos 619 km. Hablando un poco de la Toro, la verdad es que el viaje venía resultando más que placentero, por un conjunto de factores. No tanto tránsito, autopista, cómodas butacas en cuero, motor sereno y con buena potencia, muy cómodo andar, correcto reglaje de suspensiones; en fin, bastante cercano a un auto, para ser sinceros.

Fiat Toro Volcano en Altas Cumbres
Fiat Toro Volcano en Altas Cumbres

Dejando Campana por la Ruta 6, razonable estado inicial pero muy malo ya más cerca de Cañuelas, bastante peligroso, y encima ya de noche. Sin dudas la parte más estresante de todo el viaje. Descanso para la Toro en la cochera, y un poco de caminata (5 cuadras) para estirar pies y buscar donde cenar. Me gustó Cañuelas, pintoresco, al menos la parte céntrica. A dormir que a las 06:40 se sale rumbo al destino final. Pregunté en la Estación de Servicio si convenía seguir por la 6 hacia el Este, hasta empalmar la Autovía 2 o hacia el Sur por la R3 hasta San Miguel del Monte y de ahí por la R41 hasta Castelli. La respuesta fue contundente: «Mirá, si no la has hecho antes a la 3, y más con los camiones que hay, te aconsejo sigas por la 6 nomás». Consejo aceptado, y por otro lado, ya había eso esa variante en la prueba de la Honda CR-V.

Fiat Toro Volcano rumbo a la cosa
¿tierra?

Luego de pasar por Chascomús, (y no haber parado en Atalaya): ¿doblo en Dolores como hace la mayoría o sigo hasta Las Arrias como me había sugerido un amigo de la zona en aquella oportunidad? Si bien es más largo, como el tránsito comenzaba a ser bastante más denso, decidí seguir hasta las Arrias y allí doblar por la R74. 1010 km marcaba el odómetro parcial en esa localidad y un promedio de 13.8 km/l, si bien la velocidad promedio fue algo menor a la de la etapa anterior. Con la adrenalina de volver a ver el mar (para un mediterráneo), a las 11:35, tras 1,135 km, llegábamos a Ostende, lugar que conocíamos de pasada aunque no nos habíamos hospedado anteriormente. Ya instalados, inevitable bajada rápida al mar.

Fiat Toro Volcano en Off Road Park
Playa, post amanecer, en Cariló

Antes de zambullirnos en el mar de Ostende, hablemos un poquito de la Toro, de cómo ha resultado esta primera mitad del viaje. Por un lado, el combo de un motor de interesantes potencia y par, y una caja de 9 relaciones, ya indican, «desde los papeles», que a nivel mecánico las condiciones para un viaje confortable, están. Además, o relacionado con lo anterior, viajar a 130 km/h y poco menos de 2,200 vueltas, se traduce en placer acústico. De hecho, si bien este eficiente motor 2.0 de 170 CV, diesel, no es el más silencioso, consigue un andar digno de mención para una pick up, en ruta. La iluminación no me convenció del todo, sobre todo la baja. Por otro lado, el «arsenal» en Seguridad (de nuevo, para un pick up y de su segmento) da un respaldo más que tranquilizador, a la hora de encarar un viaje en familia. Frenado Automático de Emergencia, Alerta Activa de Cambio de Carril, Luz Alta Automática, Monitoreo Presión Neumáticos, 7 Airbags, Asistente de Arranque en Pendiente, etc. Completa. Y en Confort también, pero hablaremos más adelante de eso.

Apart Casa de Mar en Ostende. Recomendable
Fiat Toro Volcano

En esos primeros días, que formaban parte del feriado XL de Carnaval, mucha gente, y sobre todo en Pinamar y Cariló. Repleto. Afortunadamente (una de las razones de su elección) Ostende es más tranquilo, y particularmente la zona donde estábamos. Casa de Mar (acá no hay canje alguno), lindo apart, término medio, pero literalmente «sobre el mar», con la comodidad que ello implica. Afortunadamente, una semana de muy buen tiempo, salvo un par de lluvias aisladas y por pocas horas. Disfruté del mar como hacía tiempo no lo hacía, en un combo sol/mar/olas/temperatura, inmejorable, y más para marzo. Toro tuvo un relativo descanso ya que salvo algunas idas a Cariló y Pinamar, recibió un merecido reposo. Tras algunos años de no haber visitado la costa marítima, gratificante regreso y en plan familiar; ese que permite disfrutar y compartir momentos que, en el trajín diario, por ahí se van perdiendo.

Fiat Toro Volcano en Pinamar

Un sábado, una semana después, emprendíamos el regreso a Córdoba. A la ida, la idea de 2 tramos con noche en Cañuelas tuvo su razón de ser simplemente en aprovechar un poco más la estadía, y llegar al mediodía de ese viernes en lugar de a la noche. Ahora, no había motivos fuertes para repetir el esquema. Sí cambiaba el recorrido. Ya no «por dentro» sino por Autovía 2 hasta CABA, y desde allí por Panamericana hacia Rosario/Córdoba. Siempre resulta interesante darse una vuelta por Buenos Aires, y sobre todo un sábado al mediodía, algo alejado de la «marea» habitual. Por otro lado, tal cual lo pactado, debía devolver Toro en la ex FCA y retirar una Jeep Compass para regresar a Córdoba y hacer el test correspondiente. No voy a hablar de la Compass; las conclusiones están en la nota del test, pero diré que, más allá del muy buen producto que es Toro, el confort de marcha de la Jeep es superior; no estoy descubriendo la pólvora, resulta algo obvio. Excelente viaje de regreso con un confort de marcha superlativo.

Fiat Toro Volcano en el campo, norte de Córdoba
Fiat Toro Volcano

¿Qué conclusiones nos dejó el viaje familiar de algo más de una semana y 1,687 km en la Fiat Toro? Bueno, varias. Destaco el confort de marcha, por su motor, su caja de 9 marchas (la primera solo se activa en ciertas circunstancias y la novena por encima de los 110 km/h), su esquema y puesta a punto de suspensiones, dirección de asistencia eléctrica, muy sólido andar en camino de tierra, buena estanqueidad. Esto a nivel mecánico. Por otro lado, el sistema de acceso y arranque sin llave, y remoto, hace muy sencilla y práctica cada salida/reingreso a la Toro. Lo mismo para los sensores de estacionamiento traseros y delanteros. En cuanto a confort, quizás menos que en seguridad, pero también interesante. Climatizador de 2 vías, cargador wireless (si bien son pocos los smartphones susceptibles a este sistema, pero es otro tema), pantalla central táctil de 10.1″, enorme y muy práctica, con muy buena resolución y navegador (algo no tan común en estos días por las aplicaciones de celulares).

Fiat Toro Volcano en el norte cordobés
¿Parque Iguazú? No, Cariló

El espacio interior no sobra pero es apto para 4 adultos para viajes largos, no para un quinto por la misma razón de incomodidad que en casi todos los vehículos actuales. Tapizados en cuero con sus pros y sus contras. En resumen, una muy buena opción que se ve reflejada en sus muy buenas ventas, sobre todo en Brasil donde se ubica cerca del líder histórico, su hermana Strada. Tal es el éxito del modelo en la región que se vienen varias contendientes, como la recién llegada Ford Maverick y varias más. No hablé de su estética. A nivel exterior, pequeños cambios, sobre todo en el sector frontal, logrados. En el interior, todo nuevo; moderno, ergonómico, bastante completo.

Fiat Toro Volcano en Calmayo, cerca de Santa Rosa de Calamuchita

¿Son todas virtudes las de Toro, no tiene defectos?
Claro que tiene contras, todos las tienen, en mayor o menor medida y de mayor o menor gravedad. Es muy limitada la visibilidad hacia atrás, la calidad de materiales no es mala pero podría ser mejor dado su precio, el tablero digital no presenta mayores opciones de personalización, las luces bajas podrían iluminar mejor, la caja con el cobertor, aunque no es estanco, deja entrar mucha tierra, auxilio temporal; en fin, tiene varias cosas que no me gustaron, pero bastante menos y de menor peso que las positivas. Nueva experiencia con Toro, una más de tantas, y como siempre, positiva. Si bien este viaje familiar fue el objeto central de la nota, también fuimos al campo y a las sierras, con similares conclusiones. Me queda probar la versión naftera con el 1.3 turbo; motor que s´i pude testear en la Jeep Compass Limited Plus.

Jeep Compass Limited Plus T270 con la que regresamos de Buenos Aires


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