Podríamos decir que Chrysler es el equivalente americano de Lancia, tanto dentro de Stellantis como respecto a la industria automotriz en general. La diferencia, a favor de la italiana, es que, si bien también vende un solo modelo (y encima en su país natal solamente), tiene ya una plan claro de lanzamientos, que arranca con el inminente Ypsilon, seguirá con un SUV, quizás el Aurelia, luego el icónico Delta, y varios más. Nada detendrá el ambicioso plan de Lancia para recuperar su esplendor, y aunque no soy adivino, creo lo logrará y con creces. Volvamos a Chrysler, que la tiene bastante más complicada, por cierto. También tiene hoy un solo producto; su atractiva minivan Pacífica, luego de haber finalizado la producción del sedán 300, aunque sigue todavía en la oferta comercial, por poco tiempo.
Chrysler presentó un interesante concept eléctrico, el Airflow, que preanunciaba su próximo lineup. Sin embargo, este proyecto fue cancelado y no derivará en producto alguno. No, no esto diciendo que la icónica marca norteamericana tenga firmado su certificado de defunción ni mucho menos, pero es quizás la automotriz más complicada dentro del futuro cercano de las marcas de Stellantis. La frase de su Directora Ejecutiva apunta en esa dirección: «FCA no invirtió en su momento en nuevos productos Chrysler». También pronunció otras, interesantes. «No somos premium pero sí cercanos a ese mundo y aspiracionales». «No descartaría un sedán nuevamente en el portfolio Chrysler en el futuro». Veremos como sigue el futuro ¿asegurado? de la marca.