No voy a descubrir algo nuevo, reconociendo que Brasil se ha convertido, y desde hace tiempo, en una potencia mundial a nivel del automóvil, no solo en producción sino también en ventas. En 2024 se ubicó 6° en el ranking mundial de comercialización de autos, y en producción, 8°, solo superado en la región por el ya reconocido polo industrial de México. Cifras realmente notables. Y está avanzando fuertemente también en venta y fabricación de autos chinod, y que tal como ocurrió en buena parte del mundo (no en Estados Unidos), están llegando para dominar el mercado.

Hace muy poco estuve en la región nordeste de Brasil, y me sorprendió la cantidad de vehículos del gigante asiático, principalmente BYD, Chery (CAOA Chery, su distribuidor) y Haval. Y no es más que una muestra de lo que está pasando en (casi) todo el mundo. BYD ya está comenzando a fabricar en nuestro vecino del ¿extinto? Mercosur, hay varios planes de instalación de nuevas automotrices, y también Chevrolet comienza a producir (inicialmente a ensamblar) el Spark, para luego, gradualmente aumentar la integración local. El plan incluye en el futuro a Captiva y otros modelos de origen chino, de la alianza de Chevrolet con automotrices asiáticas.

El nuevo Spark nada tiene que ver con el que se vendió en Argentina, en su primera generación derivado del Daewoo Matiz (la automotriz corenaa perteneció a General Motors). Este nuevo Spark deriva del Baojun Yep (ver nota), en una estrategia similar a la de Ford con la Territory, por ejemplo, o Nissan con el nuevo Sentra, con atenuantes (ver nota), Volkswagen (ver nota) y tantos más que llegarán en el futuro, de diversas marcas, que se han dado cuenta que la competitividad hoy pasa por asociarse y/o vender modelos desarrollados y/o fabricados en el gigante asiático. El Spark será ensamblado inicialmente al norte de Brasil, en el estado de Ceará, con un motor eléctrico con una batería de 42 kWh y 300 km de Autonomía. Actualmente se vende en Argentina, importado directamente de China.