Aunque no son tantos en el mundo del automóvil, existen preparadores «oficiales» que realizan mejoras mecánicas y estéticas (con mayor énfasis en las primeras) a modelos premium o de cierto nivel, y que son avalados por las automotrices, convirtiéndose -casi- en dependencias de aquellas. ABT, Carlsson, Brabus, Hamman, entre otras, y Alpina, cuyo modelo más reciente nos ocupa en este caso. La mayoría en Alemania, aunque también en Estados Unidos como Hennessey Performance, a la que nos hemos referido en varias ocasiones. Alpina, que ya contaba con un desarrollo para el BMW Serie 3, incorpora en este caso el D3 S, sobre la base del diesel de 6 cilindros, 3 litros y 340 CV del M340d, la variante más potente diesel del Serie 3. Como referencia, el BMW 330i que probamos hace un tiempo, contaba con 258 CV.
Alpina no aplica cambios radicales, ni siquiera vistosos, a sus productos. En el exterior, llantas y poco más. Lo mismo adentro. Este D3 S, que se ofrece tanto en versión Saloon (sedán) como Touring (rural) lleva la potencia del motor diesel de 3 litros hasta los 255 CV (+15 CV) y los 730 Nm de Torque (+30 Nm). Cuenta con tracción integral (xDrive) y caja automática ZF de 8 relaciones, ambas características que repiten las del M340d de base. Sus suspensiones han sido revisadas y sus prestaciones muestran una aceleración de 0 a 100 km/h e 4.6 segundos; sin mejoras respecto al M340d, interesantísimo valor, por otra parte.
Estéticamente, en cuanto a diferencias, y como adelantamos, poco para destacar. Los más notorio pasa por sus nuevas llantas multirayos, elegantes aunque (subjetividad mediante) prefiero las del modelo de BMW. También resulta de nuevo diseño el paragolpes trasero en su parte baja, con nuevas salidas de escape. En el interior, volante, y algún elemento de la consola, pero siempre hablamos de mínimos detalles, casi imperceptibles. Lo habitual en un modelo alemán, y en BMW y Alpina en particular. El precio del D3 S en Alemania es de 70,000 euros, unos 5,000 euros más que el BMW. ¿Poco o mucho? Siempre es una discusión muy relativa. La exclusividad tiene su precio aunque no siempre se justifique «sumando las diferencias».