Audi no constituye la excepción en esta cambiante y dinámica industria automotriz actual, que viene experimentando grandes desafíos como nunca antes. Hasta hace muy poco tiempo imaginábamos un futuro cercano con convivencia de motores a combustión e híbridos, y un tiempo algo más alejado para eléctricos. Por varios años, desde el primer Nissan LEAF y otros, los modelos a baterías no avanzaron en demasiado en cuanto a ventas. Pues bien, todo ha cambiado drásticamente. Nafteros, diesel e híbridos «están pasando rápidamente a mejor vida» y hoy solo se habla de eléctricos, salvo dos posibles alternativas. Una, el hidrógeno, con automotrices como Toyota, BMW y otras, trabajando fuertemente, pero que en definitiva siguen siendo eléctricos solo que el hidrógeno se encarga de generar electricidad que luego se almacena en las baterías.
La otra, sí, gran esperanza viene de la mano de los combustibles ecológicos, no a base de petróleo, como el e-fuel que viene desarrollando Porsche. Como sea, hoy por hoy no se ve en el horizonte mucho por fuera de los eléctricos. Y Audi es una de las que más viene trabajando al respecto, buscando desbancar (todo el grupo VW) a Tesla. Con varios modelos en su portfolio, y otros que van a llegar en breve, como el próximo A6 eléctrico, o el mismo A8, sobre el que comentamos recientemente. Por ahora, a la espera de una nueva generación, Audi aplica un ligero restyling a su sedán más exclusivo, formato en vías de extinción, lamentablemente, más allá del avance eléctrico. Y es el Audi A8 2022 que estamos presentando, con pequeñas diferencias estéticas, de personalización y de equipamiento, buscando encarar de manera más eficiente la última parte de su ciclo comercial, iniciado en 2017 tal como presentamos oportunamente.
¿Qué trae de nuevo el Audi A8 2022?
Poco, tal como adelantamos. ¿Suficiente? Esa pregunta es más difícil de resolver, pero a priori creo que no necesita grandes modificaciones para encarar sus «últimos días» ya que se muestra vigente y moderno como tal. Comenzando por sus mecánicas, siguen los actuales y eficientes motores a combustión. Nafteros TFSI V6 de 3 litros y V8 de 4 litros, de 350 CV y 460 CV. En diesel, el 50 TDI con el V6 de interesantes 286 CV. En el nivel más alto, el naftero S8, con el V8 de 571 CV y una aceleración de 0 a 100 km/h en 3.1 segundos… Híbrido, el 60 TFSIe, con la combinación del V6 naftero y otro eléctrico, totalizando 462 CV y con una autonomía eléctrica de 44 km.
En Seguridad, crucero totalmente adaptativo, haciéndose cargo de volante, acelerador y freno, en un pasito más hacia la conducción autónoma, aunque lejos por ahora. En lo estético, nuevas llantas, nuevos colores, nuevas personalizaciones, nueva parilla single frame, nuevas ópticas y paragolpes, conformando un frontal renovado, aunque con apariencia continuista, como toda renovación alemana, y particularmente de Audi. El resto, con levísimos cambios en el sector trasero y poco más. Este restyling llegará a Argentina, donde se vende el A8.
