Como parte del ambicioso plan de Luca de Meo al frente de Groupe Renault, denominado Renaulution (Renault+»Revolution»), el mítico Renault 5 vuelve a nacer, aunque ahora con movilidad eléctrica. Sí, mantiene un fuerte vínculo estético con su abuelo, pero ahora cero emisiones. Muchas automotrices han buscado (y lo siguen haciendo) revivir íconos de la industria automotriz y Renault entendió que no podía desaprovechar esta oportunidad. La marca francesa cuenta en su historia con no pocos modelos icónicos, inolvidables, pero sin dudas, el R5 es uno de los más importantes. Y por eso su regreso, hacia 2022.
De todos modos, siendo aquel modelo símbolo del mundo prestacional (con sus recordadas variantes turbo y su participación en el rally mundial), tiene bastante sentido la incorporación de una variante más prestacional, algo así como un «R5 turbo eléctrico«. Volvería bajo el nombre Alpine, en honor a aquellos R5 Alpine Copa (1976-1981) y R5 Alpine Turbo (1982-1985). En el caso del primero, su potencia era de 93 CV, mientras que el turbo llegaba a «humildes» 110 CV, ambos provenientes de un motor 1.4 litros. Claro, lejos de los 160 CV del Renault 5 Turbo (ni hablar del Maxi Turbo), pero interesantes caballos para la época y para su peso y tamaño.
Pues bien, por otro lado, Luca De Meo también ha puesto el foco en Alpine, buscando que deje de ser una marca casi olvidada, que hoy solo vende el A110 en diferentes versiones, para adquirir un peso específico importante dentro del grupo. Por lo pronto tendría la misión de dotar al nuevo R5 eléctrico de mayores prestaciones, pasando de los muy probables 135 CV que tendrá el modelo «normal» a unos 150/160CV eléctricos que le permitirían prestaciones realmente muy interesantes. Estéticamente adoptaría leves modificaciones para mostrarlo más deportivo, como spoilers, deflectores, alerones y algún elemento adicional, al igual que una personalización en su interior. Veremos.