Jeep Wagoneer es un clásico para el mercado norteamericano, que se mantuvo vigente desde que fue presentado en 1963 hasta el último ejemplar producido en 1991, y con muy pocos cambios. Dejó su lugar a su sucesor, el Jeep Grand Cherokee. Podría decirse que fue el precursor de los SUVs familiares refinados y lujosos. Una empresa norteamericana, Collin Bros, que se dedica a distintas preparaciones y repuestos para modelos Jeep, presentó su Jeep Hellwagon Grand Wagoneer, manteniendo intacto casi todo el Grand Wagoneer (nombre que adoptó en 1984) salvo el motor V8 de 144 HP, reemplazado por el bestial V8 de 6.2 litros Hellcat de 707 HP, motor que equipa en la actualidad el Grand Cherokee Trackhawk.
Este trabajo de Collin Bros se encuadra en lo que se conoce como «Restomod», consistente en renovar un modelo clásico, conservado la mayoría de sus partes, y generalmente mejorando o cambiando su parte mecánica. En este caso, la base es un Jeep Grand Wagoneer de 1989, con algo menos de 50,000 millas en su odómetro, y un estado envidiable. En su momento, el modelo costaba unos USD 25,000; claro, con 570 HP menos y sin el rótulo de «clásico».
Además de la nueva planta motriz Hellcat, Collin Bros reacondicionó su interior y repasó sus componentes mecánicos. Estéticamente no hay diferencias respeto al modelo original, muy atractivo por cierto. Aunque no tuvimos Grand Wagoneer en Argentina, sí conocimos a su prima hermana pick up, la Jeep Gladiator. El precio de la «nueva» Grand Wagoneer Hellwagon es de USD 128,000 (incluida la unidad base, claro). ¿Caro? Siempre es complicado evaluar precios en casos como éste de modelos especiales. Teniendo en cuenta que el actual Grand Cherokee Hellcat cuesta USD 89,000, unos USD 40,000 adicionales por este Grand Wagoneer aparecen como exagerados, pero se trata de un modelo único (aunque no un «one off» en principio).