Seguramente pocos autos gozan de tal legendaria historia, y tan vigente, como el Chevrolet Corvette. Presentado en 1953, va por su 7a generación, la que mostramos hace varios años, en su variante Stingray. Más tarde, hace menos de dos años presentábamos el Corvette ZR1, con 755 CV. Chevrolet está presentando la 8a generación, el C8 Stingray, el que más allá de novedades en diseño, presenta una novedad inédita en la historia del modelo: se trata del primer Corvette (de producción) con motor central.
Chevrolet Corvette es el hermano mayor del Camaro, sobre todo en precio; mientras este arranca en los USD 25,600, Corvette lo hace desde USD 56,900: más del doble. Y Corvette es sinónimo de exageración, más allá de sus humildes comienzos. Seguramente en 1953 no imaginaron ni remotamente el éxito que tendría el modelo, y que llegaría a la edad de poco menos de 70 años con muy buena salud. Pero volvamos a lo más importante: su corazón. Se trata de un nuevo motor, el V8 6.2 de ¿humildes? 495 CV, asociado a una caja de doble embrague y 8 relaciones. Vaya si la industria norteamericana está cambiando.
El motor se aloja entre las butacas delanteras y el eje trasero, al estilo Ferrari (entre otros), con tracción trasera, claro. Su eficiencia dinámica es bastante mayor, por una mejor distribución de pesos. Con este nuevo motor, y a pesar de un incremento de peso de 165 kg, llega a los 100 km/h en 3 segundos, según Chevrolet, dato que resulta admirable, teniendo en cuenta que el actual Stingray, con 35 CV menos, lo hace en 3.9 segundos. Más allá de su eficiencia aerodinámica por la nueva configuración, los 35 CV plus (y 165 kg más también) no explican, en «la previa», semejante mejora en las performances, pero habrá que darle crédito a la marca del moño.
Para completar el apartado mecánico, Corvette Stingray 2020 cuenta con suspensión Magnetic Ride, que modifica sus parámetros en 10 milisegundos y presenta 6 modos de conducción (Weather, Touring, Sport, Track, My Mode y Z-Mode). Llantas de 19″ adelante y 20″ atrás. Longitud de 4.63 m, 14 cm más que el actual. Estéticamente se muestra muy atractivo, algo exagerado en el sector trasero, casi rozando el tunning, pero es un sello Corvette, en cierto modo. Adelante nos recuerda al extinto Dodge Viper, con un capot bajo por la ausencia del motor, y en el perfil encontramos su «mejor cara», evocando algunos superdeportivos europeos, con la típica configuración de un «motor central». Adentro también interesante, tal vez muy futurista, con tablero digital y consola orientada al conductor. Llama la atención la «pared» ascendente entre asientos, que aloja varios mandos. ¿Será práctico? No lo sabemos, pero original y vistoso sin dudas. Chevrolet Corvette Stingray 2020, un muy interesante producto.