Dodge Charger es, digamos, un desconocido para nosotros, aunque no tanto, si tenemos en cuenta que fue la estrella principal, sin dudas, de la serie Los Duques de Hazzard, en un furioso anaranjado, con el número 01 y bautizado como «el General Lee». El primer modelo apareció en 1966. La actual generación, desarrollada por FCA está desde 2015 y ofrece varias versiones, desde la ¿humilde? SXT, con tracción trasera (casi todos los Charger lo son), a USD 30,000 hasta el SRT Hellcat, por USD 67,500 e increíbles 707 HP, modelo que sirve de base a este que estamos presentando, carrocería ensanchada (de ahí su nombre).

Junto con su hermano Challenger (¿lo traerá finalmente FCA a Argentina?), que cuenta con una extrema versión Hellcat Redeye de 808 HP, constituyen los más fieles representantes de los pura sangre norteamericanos, con motores de grandes cilindradas y tracción trasera (entre otros aspectos). Dodge está presentando una versión ensanchada (que ya existe en Challenger) denominada Widebody, tanto para el Charger Scat Pack como para este Hellcat. Cuentan con el mismo motor V8 de 6.2 litros, HEMI, con 707 HP, tracción trasera y caja automática de 8 relaciones Torqueflite. Su ancho aumenta 90 mm y los neumáticos (Pirelli) son 305/35R20. La dirección, eléctrica, que le permite ser configurada de acuerdo a los distintos modos de respuesta mecánica. La suspensión ha sido revisada con nueva puesta a punto general, y mayor dureza, claro, al igual que los frenos, con discos de mayor tamaño. ¿Su aceleración de 0 a 100 km/h (60 millas en realidad)?, 3.6 segundos. Poco para agregar.

Su diseño, que remite a un verdadero «muscle car» es agresivo, y más en esta versión ensanchada, con alguna «exageración» tal vez en lo que hace a deflectores, alerones, etc., pero que sin dudas resulta muy atractiva. Dodge manifiesta que el Charger SRT Hellcat Widebody es el sedán de pasajeros más potente y rápido del mundo, al menos en lo que hace a modelos de producción, un título nada sencillo de alcanzar, convengamos. Llegará a los concesionarios norteamericanos en el próximo otoño (de ellos) pero no a Europa, y tampoco a Argentina, adonde no descartamos alguna vez llegue su hermano Challenger, aunque sea en alguna versión no tan potente. Ojalá.