Mini supo reinventarse a sí misma, de la mano de BMW, cuando, en el comienzo del nuevo siglo, presentó la nueva generación, evocando el espíritu del original. Renacido en formato 3 puertas (como el original) y cabrio, luego aparecería el Clubman (un «Mini alargado») y más tarde el Countryman, en formato 5 puertas, modelo que probamos en marzo pasado. Finalmente llegaría el Mini 5 puertas, bastante similar a aquel, aunque con identidad y estilo propio. Y uno de los grandes aciertos de BMW en los actuales modelos Mini, es la adopción del motor de 2 litros y 192 CV, en reemplazo del THP 1.6 de la anterior generación. Ya lo probamos en Countryman; es el turno de la variante 5 puertas, una unidad cedida por Auto Munich, concesionario BMW y Mini en Córdoba.
Comencemos por comentar las diferencias respecto aquel, al menos de manera superficial. Por un lado, Countryman cuenta con un largo de 4.30 m, y una distancia entre ejes de 2.67 m. Este Mini Cooper S 5d llega a los 4 m de longitud y 2.57 m entre ambos ejes. Esos 30 cm de menos se notan en el espacio interior. Este Mini 5p no está pensado para 5 adultos y no lo disimula. En cuanto al diseño interior son bastante similares, con leves diferencias en algunos detalles, sobre todo en el sector central. Pero dejemos a Countryman y pasemos a este Cooper S de 5 puertas.
Arrancamos por el frente, muy atractivo. Más deportivo, y respetando más fielmente el concepto original. Grandes ópticas, gran parrilla, grandes antinieblas, en fin, todo tamaño XL. Varios cromados que no exageran y aportan elegancia. Bien. Atrás, bien deportivo, con ópticas también generosas (el intermitente tiene poco alcance visual) y también, cromados, pero sutiles. Doble escape central y un aspecto general «gordo», macizo. El perfil lo muestra sobrio, con línea de cintura recta, luneta con bastante inclinación y ambos grupos ópticos con poca invasión en el lateral. Aplique plástico en pasarruedas y zócalos.
No desentonan pero nos gustaría verlos en color carrocería. Generosa distancia entre ejes y puerta trasera de tamaño bastante más pequeño que la delantera. Techo plano. Deportivas llantas sobre neumáticos Pirelli P7 205/45R17. Abrimos el portón trasero, y nos encontramos con una excelente boca de carga, muy cómoda, con piso alto, si bien esconde un segundo nivel más abajo, donde debería estar el auxilio, que brilla por su ausencia porque equipa neumáticos con tecnología Run Flat, muy de moda en otros lugares, pero poco apropiados para nuestra geografía. Criticable. Volumen del espacio de carga no apto para de ir de compras a Chile. Abrimos el capot, con el sistema doble traba interior, heredado de BMW (como otros elementos también), que da mayor practicidad a la maniobra. Vano motor prolijo, encapsulado, con muy poco espacio disponible (el 2 litros BMW es más voluminoso que el 1.6 THP anterior). Calidad BMW también en este sector.
Entremos al Mini Cooper S. Si bien las puertas delanteras no abren con un ángulo muy amplio, permiten un ingreso razonable. En nuestro caso, se hizo más complicado por el seteo de la butaca (bien envolvente) en el punto más bajo, con un piso más bien alto, y el volante, de generoso tamaño, también ubicado bajo. Cóctel que complica la tarea, aunque, tampoco nos sentimos entrar a un Lamborghini Countach, ni mucho menos.
Y apenas nos ubicamos elogiamos las excelentes butacas, en cuero y ¿gamuza?, con cojín extensible, pétalos bien envolventes, buen tamaño y riñoneras regulables. Una sola crítica: el apoyacabezas queda muy cerca de la cabeza, obligando a una posición menos vertical, hilando fino.
Volante algo grande, pero de atractivo diseño, en cuero cosido, deportivo, con mandos remotos para audio, cruise control, teléfono y comandos por voz. Detrás, levas para la caja automática de 6 relaciones, muy eficiente, Steptronic.
Instrumental básico, muy coqueto y original, pero poco práctico y déficit informativo. El precio de poner el diseño y la exclusividad por encima de la practicidad, y Mini lo hace en sus modelos. Velocímetro, tacómetro e indicador de nivel de combustible. A la vez, caracteres y presentación muy clásicos. En el centro del tablero, computadora de a bordo que se comanda con un pulsador en el brazo de luces. Hora, temperatura, temperatura del agua (normal/anormal), distancias, velocidades y consumos, totales y parciales y velocímetro digital también. Poca info, poco práctico. Al centro, enorme sector circular que aloja a pantalla. Aplausos, acá sí, para el navegador, completo y de excelente resolución.
Por otro lado, en Ajustes se puede configurar casi todo en este Mini, con la posibilidad de acceder al manual del usuario. Incorpora un elemento interesante: el Minimalism, que «mide» nuestra eficiencia en el manejo, desde el punto de vista de la ecología. Computadora de a bordo más completa que la del tablero, con info interesante como Presión de Neumáticos, Nivel de Aceite, etc. También hereda de la alemana el Driving Excitement (indicadores de potencia y par instantáneos). Más abajo climatizador con comandos circulares. Eficiente. Algunas teclas tipo avión (encendido, ESP Off, etc.), muy originales y muy poco prácticas. Lo mismo vale para las ubicadas en el techo.
Quizás algo recargado, el interior es original, y aunque no podríamos aplicar el concepto de sobriedad o refinamiento, muy usados con sus primos BMW, sí podemos decir que se muestra «premium», con una muy buena calidad de terminación, superior a la esperable. En esto, y en muchos elementos (info disponible, motor, comandos, etc.), se nota la «mano BMW». Sigamos con lo que resta de las plazas delanteras. Comando de caja (Steptronic de 6 relaciones) ergonómico, con función secuencial y sport (como en BMW). Más atrás, rueda/joystick para comando de pantalla central. Muy útil, aunque, estando el apoyabrazos central desplegado, interfiere y complica la tarea. Guantera y portamapas en puertas de tamaño mejorable. Y en techo, comandos para apertura eléctrica (doble techo solar).
Vamos a las plazas traseras, tarea no tan sencilla por el tamaño y ángulo de la puerta, pero dentro de lo normal. Si el conductor lleva su butaca hacia el punto más atrasado (nuestro caso en general), el espacio atrás es pequeño y esto también complica el ingreso, además del túnel central. Claramente Mini 5 puertas no está pensado para 5 adultos y menos para largos trayectos. Atrás pueden acomodarse bien 3 niños, o dos adultos con un espacio ajustado. Confortables plazas traseras, más allá del espacio.
Respecto al equipamiento, cumple, hasta ahí. Destacamos el Mini Driving Modes que permite elegir la respuesta mecánica entre GREEN (menor consumo), MID (balance entre confort y prestaciones) y SPORT, orientado al manejo deportivo.
Bien por el sensor de estacionamiento sonoro/visual, pero podría incorporar cámara trasera. Y en seguridad podría agregar algún sistema de seguridad activa, lo que ocurrirá en las futuras unidades, sin duda.
Ponemos en marcha este Mini Cooper S 5 puertas, buscando primero nuestra posición de manejo ideal, algo relativamente sencillo, ya que la butaca regula también en altura, en forma manual. Las butacas envolventes nos «envuelven» y para eso están. Arranque instantáneo de este muy eficiente motor BMW de 2 litros, 4 cilindros, twin turbo y 192 CV (que parecen más). Solo elogios a la planta motriz. Sereno, suave, en el manejo «tranquilo» es muy placentero, y cuando se le pide más, despierta con un ronquido adictivo.
¿Es durito en ciudad? Bueno, acá hay mito y realidad. Siempre se tuvo a los Mini como muy duros en cuanto a suspensiones y andar en general. En este caso, con una mayor distancia entre ejes que el de 3 puertas, y suspensiones revisadas, no podemos decir que es una limousina norteamericana, pero no resulta excesiva esa característica. Claro, un auto que dobla, frena y acelera como lo hace este Mini, tiene que ser duro, esto es simple cuestión física, ayudado por neumáticos de perfil 45.
En la ciudad se percibe esta característica, tolerable. Pero en el manejo deportivo, muestra su excelente capacidad, tanto en cuanto a respuesta de la planta motriz como en su performance dinámica, con escaso balanceo, leve intromisión de los controles electrónicos, y la sensación que uno puede doblar en cualquier curva con total seguridad. Realmente lo exigimos en trazados sinuosos, complicados, y la respuesta fue impecable, de lo mejor. Por otro lado dirección y frenos colaboran, conformando un conjunto realmente eficiente. Frena con una seguridad envidiable. Este 5 puertas es más espacioso y cómodo que el 3 puertas, pero menos que el Countryman que probamos anteriormente, más pensado para situaciones familiares.
En cuanto a prestaciones, Mini anuncia una aceleración de 0 a 100 km/h de 6.8 segundos, interesante valor. Velocidad máxima de 230 km/h. En cuanto al consumo, parámetro siempre relativo (en trayectos urbanos), redondeamos un rendimiento de 16 km/l a 110 km/h, en ruta, y en cuanto a trayectos urbanos, se pueden conseguir 10 km/l con un manejo tranquilo, normal. Valores más que interesantes para sus 192 CV.
Conclusiones
Todo modelo tiene un perfil de comprador. Claramente el de este Mini es el de aquel que disfrute manejar, con un buen equipamiento (sin destacarse), aunque algo flojo en seguridad, con un comportamiento dinámico excelente que invita constantemente a exigirlo. Con algunas concesiones a la practicidad en pos del diseño, y con espacio algo justo. Si ese comprador tiene 3 hijos que juegan de pilar en Los Pumas, no será la opción ideal, claro.
Es un auto pensado para disfrutar en cualquier condición, pero sobre todo en el manejo más deportivo. Con calidad BMW y muchos elementos tomados de la alemana, lo que asegura calidad y desempeño. Si se busca espacio plus, está el Countryman, de lo contrario, éste es el Mini ideal. Y si se busca performances más contenidas, con mejor consumo, puede optarse por el motor de 1.5 litro y 3 cilindros, con nada despreciables 136 CV. ¿Un BMW en envase chico? Puede ser. Hilando fino, una caja Steptronic de 8 relaciones le vendría bárbaro. Su precio es de USD 44,900, al menos antes de las recientes variaciones de la moneda norteamericana.