Dodge Challenger. El espectacular modelo revival de aquellos gloriosos 70´s, en conjunto con los Chevrolet Camaro y Ford Mustang. Personalmente, y por supuesto es algo totalmente subjetivo, creo que Challenger es el más logrado estéticamente y también en cuanto a «mantener el espíritu original», el fuego sagrado.
Hace varios años mostrábamos el primer Challenger SRT Hellcat con 707 CV, y más recientemente dimos cuenta del inédito Challenger GT AWD y el T/A junto con su primo Charger. En fin, el histórico prestacional ha sido protagonista en Automotiva. En el pasado Salón de Buenos Aires también fue protagonista con una unidad que preanunciaba la intención de FCA de analizar su introducción a nuestro mercado, algo que aun no se ha materializado, algo curioso, siendo que Chevrolet vende el Camaro con 461 CV (coupé y convertible) a USD 95,000 y Ford el Mustang GT con un V8 de 5 litros y 421 CV, al mismo precio, ambos en nuestro país. Por otro lado, el Mustang más potente llega a los 526 HP y el Camaro a 650 HP, bastante lejos de todos los Hellcat.
La línea 2019 de Challenger introduce muy leves modificaciones y cuenta con una gama muy extensa y variada, con 15 variantes, desde el SXT, con el motor Pentastar V6 3.6L de 305 CV (USD 27,000) hasta el bestial Demon, con 850 CV y un precio de USD 84,000, casi «un auto de carrera que puede usarse en la calle», y con una limitada producción de 3,000 unidades. Entre ellos, varios, como el RT, con el motor HEMI V8 de 5.7 litros y 372 HP (USD 34,000), el RT SCAT Pack, con HEMI V8 pero de 6.2 litros y 485 HP (USD 40,000), o el Hellcat «normal», con 707 HP y USD 65,000, y también este último ensanchado (Hellcat Widebody), a USD 72,000.
Pero el modelo que nos ocupa en este caso es el Dodge Challenger SRT Hellcat Redeye, que toma como base el propulsor del Demon, pero un poco más civilizado, quedando su potencia en -nada despreciables- 808 CV, ubicándose bastante más cerca de aquel que del Hellcat «base». Caja automática de 8 relaciones y una aceleración que asusta: 3.4 segundos para alcanzar los 100 km/h. Su velocidad máxima no impresiona menos: 327 km/h. Pero, como solemos expresar, la magia no existe y las leyes de la física se cumplen: A fondo, el Hellcat consume 5.4 litros de nafta por minuto…. con lo que su tanque dura algo más de 10 minutos.
Las modificaciones en el motor han sido múltiples; prácticamente se ha repasado íntegramente para crear esta versión limitada Redeye. Y a pesar de entregar 45 caballos menos que el bestial Demon, el Redeye alcanza las 6500 rpm antes del corte, 300 vueltas más que aquel. Entre los detalles interesantes aparece el Power Chiller, que deriva parcialmente el flujo del aire acondicionado para refrigerar el motor.
Estéticamente, las diferencias con el Hellcat «normal» son mínimas, casi insignificantes, y se reducen a la doble toma de aire en el capot (emulando a su abuelo) y llantas específicas, y también el logo al costado. Nos parece muy buena elección no haber exagerado con alerones y deflectores: su aspecto es bastante civilizado y es una de las fortalezas de su diseño. Espectacular resultado de Challenger en general y de este Hellcat Redeye en particular. Modelo, obviamente descartado para Argentina, aunque nos queda la esperanza que FCA decida traer al menos alguna variante más civilizada. Ojalá.