Urus hace referencia a un toro, antecesor de los que conocemos actualmente. Y Lamborghini demoró bastante el lanzamiento de su «Super SUV», tal como define la marca de Sant Agata Bolognese su última creación. Hace poco menos de 6 años mostrábamos el concept Urus, con el que Lamborghini prometía incursionar en el mundo SUV, pero claro, a su modo, extremo, radical.

Curiosamente, no es el primer SUV de la marca italiana. Lo fue el LM002 (con algún antecedente anterior, como el Cheetah), SUV cuadrado, si los hubo, presentado en 1986, con el motor V12 del Lamborghini Countach, nada más y nada menos. A pesar de sus 450 CV, conseguía llegar a 100 km/h en «modestos» 8.5 segundos. Finalizada su producción en 1993, pasaron casi 25 años hasta que Lamborghini vuelva a contar con un SUV en su portfolio; aunque uno muy distinto conceptualmente al LM002, en este caso, deportivo, pensado más para circuitos de competición que para el duro off road.

El nuevo Urus lleva en sus entrañas un motor V8 de 4 litros con una potencia de 650 CV y un torque de 850 Nm, alcanzando los 100 km/h en 3.6 segundos y una velocidad máxima de 305 km/h, convirtiéndose en el SUV más rápido del mundo, aunque por muy poco, porque, su primo el Bentley Bentayga (con el que comparte plataforma) llega a 301 km/h. Podría pensarse que Lamborghini no cuenta con el «know how» suficiente para desarrollar SUV´s (o que se olvidó como hacerlo después de tanto tiempo), y sobre todo deportivos. Sin embargo, dentro del grupo Volkswagen, al cual pertenece Lamborghini, vaya si tiene a quien pedir consejos: Bentley con su Bentayga, Porsche con Cayenne, Audi con Q7 y hasta Volkswagen con Touareg (si bien de espíritu muy diferente al Urus).

Además de su potente planta propulsora, Urus cuenta con Suspensión Neumática, Estabilizador Activo de Ejes, Eje Trasero Direccional y Frenos Carbocerámicos, entre otros «gadgets» tecnológicos. Su relación peso potencia es de 3.4 kg/CV. Cuenta con 6 modos de respuesta mecánica: Strada (ruta), Sport, Corsa («carrera»), Terra, Sabbia (arena) y Neve. Cuenta con llantas de 21 y 23″, enormes. Más adelante llegará una variante híbrida «plug-in» (enchufable). Según el CEO  de Lamborghini, «el Urus abre una nueva dimensión no solo para nuestra marca sino también para nuestros consumidores».

Vamos a lo estético, siempre subjetivo, y comenzamos ordenadamente, por el frente, sin dudas, el sector más controversial (que no es mala palabra) del nuevo Urus. Lo definiría como «barroco», exagerado, rozando el «tunning»; y en ese sentido, nos gustaba más el Concept Urus de 2012. Si bien no puede inferirse que el frontal sea «desagradable», claramente se muestra exagerado, con exceso de «panal de abejas» y otras formas. Tan es así que casi no tiene paragolpes, solo un nervio central. Si se muestra con el típico aire de familia Lamborghini. Atrás, si bien no puede catalogarse como «tradicional», es más ortodoxo, con fuertes reminiscencias de sus hermanos deportivos. Opticas mucho más anchas que altas, agresivo sector bajo, con 4 salidas de escape… intimidantes.

Mirando al Urus de perfil, encontramos un SUV distinto (aún aceptando su carácter deportivo, y comparándolo estéticamente más bien con Range Rover Evoque -salvando las distancias- o Alfa Romeo Stelvio); y lo vemos distinto por algunas cuestiones lógicas. Enormes neumáticos, ruedas traseras ubicadas «bien atrás», techo bajo y con gran inclinación hacia atrás, trazos angulares rectos y cambios de volumen varios, entre lo principal. Adentro, y contrariamente a la tendencia minimalista actual (en la que Tesla es, quizás, su mejor exponente), abundancia de botones, teclas, accionamientos y distintas formas; como que «uno se pierde».

Lamborghini Urus 2018. Extremo, radical, prestacional, ¿exagerado?, a tono con sus hermanos de 2 puertas. Una joya estética y tecnológica, aunque «gustos sean gustos». Lamentablemente no lo tendremos en Argentina. ¿Su precio? En Europa se espera cueste USD 200,000, tal vez algo menos. No tanto para «el SUV más rápido del mundo».