Si tuvierámos que definir a las 3 premium alemanas, no sería fácil, porque, además de otras cuestiones, se reinventan permanentemente, sobre todo Mercedes-Benz y Audi (BMW sigue más fielmente su historia). Pero, sí podríamos decir que Audi explora nuevos nichos constantemente, y que ninguna de las 3, deja resquicio sin pelea. Y así, Mercedes-Benz respondió con GLE coupé y GLC coupé a BMW X6 y X4, Audi le tiró con Q2 a Mercedes-Benz GLA, BMW presentará en breve el Serie 1 sedán, para dar pelea a Audi A3 sedán, y así podríamos seguir, mostrando nuevas batallas y jugadas de ajedrez.
Y en este contexto, Audi está presentando el Q8 Sport (por ahora concept) para convertirse en lo más exclusivo del mundo….¿SUV? Si bien no tendrá mayores dimensiones que Q7, será el más refinado de la casa de los anillos. Y para esto (dejemos un poquito la estética de lado) basta con mirar su motorización: un V6 3 litros TFSI (hasta ahí nada revolucionario), pero, incorpora un Compresor Eléctrico, que se suma a los 2 turbos mecánicos (movidos por los gases de escape), y además cuenta con un motor/generador que, justamente, se vuelve regenerativo cuando la situación lo permite, aportando energía extra, y consiguiendo, no solo 475 CV, interesantes, llegando a los 100 km/h en solo 4,7 segundos, sino, además (y acá radica el valor de la “ingeniería”) con un consumo realmente bajo. La otra cuestión tecnológica importante tiene que ver con que adopta una batería de 48 V (las de 12 V con los actuales equipamientos electrónicos van llegando a su fin) que permite estos manejos energéticos con mayor eficiencia.
Estéticamente es interesante (tengamos en cuenta que es un concept y que al llegar a línea de producción tendrá varios cambios). Líneas que en general nos recuerdan a sus hermanos Q, más cuadradas, aunque, quizás sería más exacto decir “más angulosas”, porque también hay trazos curvos. Frontal agresivo con fuerte protagonismo del sector antinieblas (que de antinieblas nada tiene), con la clásica parrilla hexagonal, aunque “re-trabajada” y ópticas casi de Ciencia Ficción, y como marca la tendencia actual, de poco espesor (altura). Atrás es más “rompedor”, repitiendo el concepto de ópticas bien finas y anchas, con unas atractivas pseudo branquias laterales y dos enormes salidas de escape.
De perfil vemos una mezcla de estilos, tomando un poco de Q2, de Q3 y de Q7 (por ende de Q5 también), con una estética que, en general no podemos catalogar de inédita o totalmente rompedora de tendencias, pero que, tomando los diseños actuales de los SUV de Audi, evoluciona de manera muy interesante. Adentro, como todo concept, es mucho más jugado, con superficies planas, rectas, al ras, el inevitable Audi Virtual Cockpit y un manejo (de comandos) cada vez “más digital”. Casi sin botones ni perillas, todo “al tacto”. Demasiado futurista, aunque, así son los interiores de los concepts.
Por ahora eso, aunque pasará casi con seguridad a producción, algo edulcorado, algo racionalizado, manteniendo buena parte de su estética. ¿Lo hará hacia 2018?