El refrigerador SMEG 500, producido por Smeg y Fiat con la colaboración estilística de Italia Independent, fue presentado en su estreno mundial en París, en la última semana de mayo. El evento tuvo lugar en la Colette, una tienda conceptual, en la Rue Saint-Honorè. Atraer la mirada, sacar una sonrisa, aplicar la pasión de la creatividad en el rigor de la tecnología: estos son los conceptos de diseño que siempre han impulsado a Fiat y Smeg. Esta química especial resulta en el exclusivo SMEG 500, un refrigerador, que lleva a cabo su tarea, y que muestra una nueva imagen, convirtiéndose en un objeto que captura, intriga y renueva su mirada.

Un auténtico icono de la fabricación italiana, el Fiat 500 expande así su atractivo en los bares y salas de estar de todo el mundo. El refrigerador SMEG 500 extiende el «Fiat 500 Design Collection” de productos exclusivos: sofá, mesa y consola, inspirado en el auto, que, más que ningún otro, ha marcado el imaginario colectivo de Italia.

Con esta nueva alianza, Fiat confirma su interés por el mundo del diseño, no sólo relacionado con el sector del automóvil, pero en otro «territorio» también.

Es por eso que Smeg, una empresa con una sólida reputación por su know-how tecnológico que le permita atender cualquier necesidad estética y funcional, ha mostrado ser el socio ideal con el que llevar a cabo este ambicioso proyecto.

El SMEG 500 es también un producto simbólico que evoca una conexión histórica entre dos ejemplos de la excelencia italiana. Fiat y Smeg se reunieron por primera vez en la década del 1950, la era de la automoción de masas -el Fiat 500 fue presentado en Turín el 4 de julio de 1957-, y también del desarrollo de la «línea blanca». El resultado de esta reunión fue un acuerdo que llevó a la Fiat a expandir su producción para incluir refrigeradores, gracias a la inestimable contribución de Smeg.