Citroën C3 Aircross. Con la presentación de la nueva gama 2016, ya no más apellido de madre Picasso, ya no más rueda de auxilio externa en toda la gama, en fin, varios cambios. Cambios que no son radicales, extremos, trascendentales; quizás no le hacían falta, pero sí una pequeña puesta al día, sobre todo en frontal, para estar con mejor aspecto para enfrentar a la complicada competencia (y con el Peugeot 2008 que se acaba de sumar).
¿Cual es la diferencia entre Test y Contacto?, ¿es tan fina, tan concreta, tan medible? Claramente no, pero sí resulta obvio que cuando, por distintas circunstancias, no se alcanza a evaluar detenidamente un modelo, se habla de Contacto, el que permite una primer panorama (a veces no tan genérico) para tener alguna info inicial respecto a sus características. Y en este caso lo hemos catalogado como tal. En realidad, en términos de análisis estético y estático, es casi lo mismo, la gran diferencia es en la parte dinámica.
Si el primer vistazo es muy general, poco detallista, y sobre todo, no desde el frontal pleno, podemos inferir que el nuevo C3 Picasso mantiene su base estética, y es así. Citroën ha sido inteligente en modificar no tanto la trompa (en lo cuantitativo) y sin embargo, conseguir un aspecto bastante diferente (en lo cualitativo). Luce muy moderna, con la incorporación de LED diurnos muy similares a los de su «hermano urbano», el C3 (algo descolgadas). De frente se lo ve «menos recargado» que el anterior, bienvenido. Nuevos faros, muy modernos, nueva parrilla, nueva trompa. Capot bien «corto».
El perfil se mantiene -casi- inalterado, con nuevo pseudo estribo y calcos que aducen al modelo, ahora menos «tunning». Parabrisas muy lanzado que llega a la mitad del pasarruedas delantero. Opticas traseras con aspecto oscurecido, que le dan un aire más moderno, también de perfil. Manijas de puertas color gris oscuro, atractivas. Completan llantas color grafito, interesantes, sobre cubiertas mixtas Pirelli Scorpion 205/60R16. Buen tamaño de espejos exteriores.
Pasamos atrás y ¡Oh, sorpresa!, ¿y el auxilio?, ¿no es una versión Aircross? Ocurre que ahora, con la nueva gama, se puede elegir (en la versión más cara, Shine) esa ubicación. Por defecto, Aircross viene con rueda interior, lo que elogiamos. El sector de «bajos» del paragolpes trasero también fue rediseñado. Completan sensores de estacionamiento y cámara de visión trasera (mal llamada «cámara de marcha atrás»). Un detalle que nos llamó la atención: el alojamiento porta patente, a simple vista, es angosto para las nuevas patentes Mercosur. Amplio y cómodo portón trasero con piso de baúl algo alto y buena (y cómoda) capacidad de carga. No nos gustó el sistema (el tacto, en realidad) de destrabe eléctrico y apertura.
El acceso a las plazas delanteros es sencillo. De entrada, nos encontramos con un «volante 10», excelente tamaño, diseño, grip, con base plano, aunque no tan vertical (única crítica), y por si fuera poco, con doble regulación. El diseño interior (renovado) es agradable y ergonómico, sin embargo, algunos materiales utilizados y sus encastres podrían estar más cuidados. Tablero con 3 cuadrantes (aunque son redondos) que nos recuerdan a la Toyota Hilux de generación anterior. A la izquierda, tacómetro, al centro velocímetro y a la derecha indicador digital, con nivel de combustible, hora, y computadora de a bordo. Con luz (sol) exterior fuerte, se pierde mucha visibilidad de ese sector del tablero.
El instrumental podría catalogarse como práctico y de rápida lectura (mejor expresado, «rápida interpretación») aunque algo aburrido. Al lado, cambios totales, nueva pantalla táctil, la que, no nos convenció. Por un lado, por el diseño, tal vez no en sí mismo, sino que queda como «anexada a último momento», improlijo. Por otro lado, al casi no tener comandos manuales (solo «Menú», «Vol+» y «Vol-«) y ser «todo táctil», se vuelve poco práctica. Sensibilidad «no muy sensible». El sistema de elección de radios memorizadas tampoco es practico. En fin, mejorable. Radio de buen sonido, y algo interesante: en la lista de memorias aparecen tanto AM como FM, sin necesidad de cambiar de banda.
Sí elogiamos la completa información que brinda: Navegador (muy actualizado), Radio/Media, Ajustes, Serv. de Conexión (Apple Car Play y Mirror Link), Teléfono, Conducción, Temperatura exterior y Hora. Completo.
Detalle interesante, se puede poner a 0 (RESET) la computadora de a bordo, tanto desde la pantalla táctil como desde el brazo lateral al volante que comanda el display del tablero y ambos trabajan en conjunto. ¿Fuentes de audio aceptadas? FM, AM, Jukebox, USB, Mirror Link, Apple Car Play, Bluetooth, Auxiliar..
Tres salidas de aire (ahora más cuadradas), algo lejos de las humanidades de los pasajeros. Cuenta con un sector horizontal simil chapa, al estilo Fiat 500 o DS 3. Abajo, Climatizador de una vía, muy eficiente y práctico. Tecla de balizas grande y bien señalizada pero mal ubicada, ante emergencias hay que «tantear» para encontrarla. Varias teclas sin uso en el sector izquierdo. Comando de caja de excelente diseño, corto y ergonómico.
El techo bien alto permite mantener nuestras cabezas lejos de él, aún en el -exagerado- punto más alto de regulación de la butaca, y la visibilidad es excelente en general, incluso hacia atrás, y solo hay que acostumbrase hacia 3/4 delanteros por los falsos ventiletes. Butacas algo angostas, cómodas y con un diseño original. Freno de mano alejado (abajo) del alcance rápido. Finalmente, en paneles de puertas, materiales duros que podrían recibir mejor terminación dado su posicionamiento. Pocos portaobjetos y de tamaño mejorable, algo raro siendo de neto corte familiar. Sin embargo, guantera de muy buena capacidad, y refrigerada.
Acceder a las plazas traseras es sencillo, a pesar de un ángulo de apertura mejorable. Muy buen espacio a lo ancho y a lo largo, aun con las butacas delanteras en su posición más amplia. Las piernas no van tan flexionadas, y los pies pueden ubicarse, al menos parcialmente, debajo de los asientos. Elogiable espacio interior. Las puertas (las 4) de la gama Picasso (ahora Aircross a secas) siempre tuvieron un cierre (sonido) raro, como «metálico», lo que no hemos encontrado en ningun otro modelo. Simplemente raro. Mala nota para la apertura del capot, nada intuitiva y requiere tantear un rato hasta encontrar la traba externa. Motor ubicado bien bajo y atrasado (por el parabrisas tan lanzado). Medidores de fluidos bien a mano. Muy buena presentación aunque podría incorporar aislación interna del capot.
Finalmente, en cuanto a la parte dinámica del C3 Aircross, encontramos un excelente andar en ciudad, ágil, muy sereno, con una caja bien relacionada (no rápida para el manejo deportivo para el que NO fue diseñado el modelo). También notamos un andar muy robusto en caminos en mal estado. Sigue teniendo el tren trasero áspero, aunque, en general, las suspensiones colaboran y mucho en ciudad. Muy buena tenida en curvas, aun exigiéndolo más de lo que se supone para un modelo familiar, y de importante altura.
Las cubiertas de uso mixto mostraron un muy buen compromiso ante cualquier condición. Muy buena iluminación y tacto al frenar. En ruta, serenidad absoluta. El motor 1.6L de 115 CV no es el más ágil pero consigue reacciones acordes al uso normal del C3 Aircross. En cuanto al consumo, notamos en circuitos urbanos entre 9 y 11 km/l , como siempre aclaramos, con gran variabilidad dependiendo del tráfico, los semáforos y el tipo de manejo. Consumo normal.
Conclusiones
En este breve contacto notamos un C3 Aircross mejorado (además del diseño) en su parte dinámica respecto a la gama anterior (aunque no haya razones de peso para que así ocurra), con un muy buen andar en cualquier tipo de camino, razonable equipamiento (tirando a poco), terminación mejorable en algunos materiales y una gran practicidad en el uso urbano. La gama C3 Aircross arranca en los $ 277.500 de la versión 1.5 Live hasta los $ 332.500 del 1.6 Shine probado.
