Fiat Toro es una vieja conocida, a estas alturas, para Automotiva. Repasando brevemente la historia de nuestra relación, comenzó con la Presentación regional en el sur argentino, luego Probamos la variante Volcano AT9 4×4, después Nos subimos a la Toro manual, tuvimos un par de experiencias lúdicas, Fiat Toro, lago y kayak, y también Fiat Toro por los caminos del Rally Mundial. Por lo tanto, no hay mucho más para agregar, en términos generales, a lo ya vivido con Fiat Toro. Finalmente, a fines del año pasado, Fiat presentó la Toro naftera, con caja automática AT6 y menor (no tanto) equipamiento, y es la versión que probamos en esta oportunidad.
La estrategia de FCA es lógica. Si bien el motor diesel de litros y 170 CV del resto de las Toro es muy eficiente y económico, a nivel precio, con la caja AT9, no hay una opción de «entrada de gama». Y con el precio actual del GNC (al menos en términos relativos respecto a las naftas), combustible seguramente considerado por la mayoría de los que compren esta Toro, la propuesta suena interesante. Y lo bueno es que Fiat no le quitó tanto equipamiento, sino que la posicionó por debajo del resto, por la utilización el motor E.torQ de 130 CV y una caja automática de 6 relaciones (en lugar de 9) configuración similar a la utilizada, por ejemplo en sus hermanos Cronos y Tipo. Las llantas pasan a ser de 16″, en lugar de 17″, y de aleación, aunque con apariencia claramente más humilde que aquellas.
Veamos un poco el tema precios de toda la gama (los que en esta convulsionada realidad económica no es sencillo; la «foto» puede variar en minutos…). La gama Toro arranca en los $ 788,000 de esta variante 1.8 AT6 con pack seguridad (de fábrica) y llega a los $ 1,224,800 de la Volcano AT9 con motor diesel. Precios impensados para un pick up mediano/chica hasta hace unos meses, pero claro, todas han subido. Como referencia (solo de precio), la pick up Toyota Hilux arranca (cabina simple) en los $ 905,000. ¿Y cuales son las diferencias de equipamiento de esta Toro naftera respecto a la más equipada Volcano diesel?
Bueno, no tantas ni tan críticas. Toro Freedom 1.8 AT no cuenta con manijas cromadas (preferimos así), ni con apliques cromados en el lateral, no tiene Control de Descenso, protector de cárter ni Monitoreo de Presión de Neumáticos (las únicas diferencias en seguridad, manteniendo los 7 airbags y los controles electrónicos de tracción y estabilidad entre otros), carece de regulación eléctrica de butacas, el espejo interior no es electrocrómico (anti encandilamiento), no tiene sensores de lluvia ni crepuscular, y el display de la computadora es de 3.5″ y monocromático en lugar de 7″ color. ¿Son importantes estas diferencias? Absolutamente no, son mínimas, a nuestro entender.
Claro, sí hay tres diferencias importantes (por algún lado debe explicarse la diferencia de precios), y tienen que ver con la parte mecánica. Por un lado, el motor, que no es el muy eficiente Multijet de litros y 170 CV, sino el naftero E.Torq de 1.8 litros, motor ampliamente utilizado en modelos del grupo FCA, confiable, pero con altos consumos, y sobre todo en un modelo con caja automática y un peso importante (1650 kg). A pesar de los 200 kg menos que pesa esta Toro y que la tracción es simple (dos ventajas respecto a la «full» a la hora del consumo), no resulta precisamente austera. Y si el motor «per sé» no es tan rendidor, sumado a una caja de 6 relaciones (en lugar de las 9 de la Volcano), el combo pasa a ser más notorio en ese aspecto.
La última diferencia es la tracción, delantera, y no integral. No será este un aspecto de peso entre los compradores de esta Freedom naftera ya que claramente apunta a un uso más citadino y laboral. Fiat anuncia una velocidad máxima de 176 km/h (contra 188 de la Volcano) y una aceleración de 0 a 100 km7h en humildes 14.3 segundos, contra 10.7 segundos de la diesel, que además consume bastante menos. Pero, bueno, si lo que se busca es un vehículo más de trabajo que de placer, y con un menor costo operativo (con GNC), esta Toro es la más accesible.
Dado que ya conocíamos y bastante a todas sus variantes, y las pocas diferencias antes comentadas (sobre todo en estilo y equipamiento), preferimos comentar acerca del andar y la parte dinámica, que es lo poco que ha cambiado en esta Toro. La manejamos por circuitos citadinos, por ruta, por montaña, por el campo, en fin, un mix de distintas situaciones y suelos. Algo que nos faltó comentar tiene que ver con sus neumáticos, Bridgestone Dueler 215/65R16, en lugar de los Pirelli Scorpion 225/65R18. Mismo concepto, diferente marca, menor ancho y menor altura (del conjunto) en la Freedom. Pasaruedas «menos llenos», con un altura unos 3 cm menor.
En la ciudad se muestra muy confortable, colaborando la dirección eléctrica. El motor 1.8 naftero es perezoso, y más con una caja automática. ¿Se hace insoportable el andar en cuanto a rapidez? Por supuesto que no, pero la diferencia con la diesel es notable. De todos modos, en un andar tranquilo para el que fue pensada esta versión, el motor responde correctamente. La caja es algo celosa en cuanto a cambios y tiende a cambiar cuando a veces no es necesario, por eso, al contar con la posibilidad de utilizar el modo secuencial, conviene hacerlo, sobre todo en caminos de montaña, estirando un poco más los cambios, mejorando el consumo. De todos modos, tanto en ciudad como en ruta, se muestra confortable, más como un auto que como una pick up (sobre todo con el concepto de pick up de hace unos años, más rudimentarias). Acostumbrándonos a ese andar poco ágil, no tendremos problemas.
Claramente, si un perfil no tiene esta Toro naftera es el deportivo, así que, si bien recorrimos sectores montañosos, trabados, complicados, las conclusiones no tienen relevancia en este caso. Buena tenida en estas exigencias, pero motor y caja no invitan a emular a pilotos de carrera, claro. También recorrimos complicados caminos como el otrora prime del Rally Mundial «San Agustín-Villa General Belgrano», camino muy pintoresco de las serranías cordobesas. Como todo camino de montaña, mucha piedra. Lo estaban arreglando así que una parte estaba bastante buena, y la otra bastante fea. Allí comprobamos el buen andar de Toro, también en este tipo de pisos, duros y con piedras. Y también allí, circulando a bajas velocidades, conviene utilizar el modo secuencial de la caja, para estirar un poquito los cambios. La caja AT es buena, y de rapidez esperable (no es la Steptronic de BMW), y más para un uso racional. No llegamos a extrañar la doble tracción porque no estaba tan complicado, aunque en algún sector muy puntual hubiera resultado de utilidad.
Como conclusiones finales, esta Fiat Toro Freedom 1.8 AT6 muestra un equilibrio y un espíritu más racional, pensados para el trabajo, o simplemente para quienes quieran subirse a una pick up doble cabina, de muy atractivo diseño, buena calidad interior, muy buen equipamiento, buen espacio interior, y muy práctica, con un muy buen andar, aceptando, en este caso, un conjunto motor/caja de buen acople, pero que deja que desear en cuanto a performances y particularmente consumo. Compensará en aquellos que elijan el GNC como combustible, y que no necesiten el 100% del volumen de la caja. Para ellos, es una muy buena opción, para otros quizás no. Así es el mercado, pero claramente Fiat Toro tiene opciones para distintos gustos (y bolsillos). Faltó comentar acerca de la eficiente estanqueidad ante caminos con bastante polvo en suspensión como el que hicimos en la zona de Despeñaderos, Cordoba.