No había mucho por descubrir en este nuevo Fiat Cronos 2021, tras una leve puesta al día que lo mantuvo casi inalterado, con nuevo logo en parrilla (ahora la «palabra» FIAT) y pequeños detalles. ¿Alcanza? Seguramente sí, teniendo en cuenta que no solo en marzo sigue siendo el líder absoluto del mercado nacional (11.1%), sino que en el acumulado de este 2021 también está arriba, cómodo, con el 10,6%, seguido de Toyota Hilux con el 7,3%. Excelente performance comercial. Y hemos acumulado muchos km con el sedán de Fiat, con lo cual no quedaba mucho por descubrirle. Sí resultaba interesante aprovechar una escapada familiar a Merlo (donde vivimos un par de años hace ya tiempo), para compartir horas y kilómetros con este 1.8 E-TorQ de 130 CV y una caja automática de 6 relaciones, cada vez más solicitada en el mercado argentino.

A pesar de ser cordobés, algunos años vividos en San Luis (10 en total) me permitieron conocer bastante de esa pintoresca provincia. Y la verdad es que tiene muchos paisajes atractivos; probablemente el más conocido y famoso, Merlo (ya desde la época de la famosa frase «Arriba los que van a Merlo», vinculada con su Casino, uno de los pocos de la región en aquellos años). Y en cuanto a atractivos, no es solo Merlo, sino toda la región, que en realidad es una franja que arranca en Villa Dolores (y hasta podríamos decir Mina Claver en realidad) y va pegada a las Altas Cumbres, abarcando San Javier, Yacanto, La Población, Merlo, Carpintería, Los Molles, Villa Elena, Papagayos, etc. En esta oportunidad hicimos base en la muy pintoresca Villa Elena, en un complejo de cabañas muy atractivo, «metido en la montaña», con el típico arroyo de montaña cruzando por el predio. Vistas inmejorables. Complejo Villa Elena, de varias cabañas (acá no hay canje ni acuerdo alguno, simplemente es un lugar muy recomendable, con excelente atención de su propietario).

Un viernes de marzo salíamos relativamente temprano de Córdoba (9:30 hs, tarde para mi TOC con los horarios de salida…), para encarar la siempre atractiva ruta de las Altas Cumbres, desde Falda Carmen, pasando por Copina (cerca del famoso prime del Rally Mundial y sus puentes colgantes), el Cóndor (famoso parador), La Posta, iniciando luego el descenso a Mina Clavero, accediendo a las mejores panorámicas del lugar. Camino que conozco mucho ya que lo hice cada 20 días durante unos 8 años, con niebla «ciega», con lluvia, con sol, con viento, con frío, con nieve, con superpoblación de autos en época de rally de verano; en fin, bajo todas las condiciones. Y siempre resulta atractivo, siempre, no cansa. Parada obligado en el parador de Nono, con un «balcón» con vista al río y café, bienvenido. Continuidad hacia el destino. Se me ocurrió (estando en plan lúdico) llegar al Hotel San Huberto, cerca de Nono, al que conocía solo de nombre. Si bien estaba cerrado, lo interesante fue llegar a la cola del Dique La Viña, sector desconocido para mí, descubriendo un lugar espectacular, como para pasar un buen rato en paz, y con semejante entorno. Con la habitual filosofía Non Stop (exagerada), seguimos hacia Merlo.

Al llegar a Villa Dolores aparecen dos alternativas. La más pintoresca (R14), recorriendo algunos lugares arriba mencionados, entrando a Merlo por el norte, por Piedra Blanca. Elegí el otro, «más rutero» el de la Ruta 148 que pasa por La Toma, y llega a Villa Mercedes. Luego de tomar la ruta 5, que sube hasta llegar a Merlo, y en la rotaonda de esta pintoresca y «crecida» ciudad, seguimos por Ruta 1 directo a Villa Elena. Una Ruta 1 bastante cambiada y que en futuro no muy lejano, mostrará construcciones de manera continua en toda su extensión. Llegando a Villa Elena, acceso (siempre en subida porque es hacia la montaña), al final de esta atractiva villa serrana, la Reserva Natural Quebrada de Villa Elena, con acceso peatonal, salvo para las pocas construcciones allí emplazadas (desde antes de la existencia de la reserva), incluido el Complejo en el que nos alojamos. Aprovechando que era un día lindo, y que estaba anunciado mal tiempo, decidimos caminar por la reserva, hacia arriba, por un sendero, para llegar hasta la Cascada Esmeralda, unos de los atractivos de la zona. Amenazado por las invasivas zarzamoras, resultó complicado por tramos, pero llegamos finalmente a la cascada. No son las cataratas del Iguazú, claro, pero el tranquilo arroyo estaba crecido así que el espectáculo fue mucho más que digno.

Y a esta altura, ¿qué tal el Cronos? Bueno, es un modelo que se destaca por el confort de marcha (aunque el Drive 1.3 con otras medidas de llantas y neumáticos resulta más cómodo en ciudad). El viaje, en esos 255 km, impecable. Relax absoluto. Muy cómoda caja automática de 6 relaciones. Respecto al motor E.TorQ, el comentario habitual que hacemos: es un motor probado, confiable, pero descolocado en cuanto a consumo en los actuales tiempos. Esto va a mejorar drásticamente con los próximos motores 1.0 turbo y 1.3 turbo, con potencias en el orden de 120 CV y 130/150 CV, reemplazando a esta generación de motores que cumplió ya su ciclo. Muy buen equipamiento de esta versión Precision, la más cara de la gama Cronos. Comodísima entrada y salida sin llave, muy práctico. Y se completa con la dirección eléctrica, de asistencia progresiva, muy eficaz. Excelente compañero de viaje. Volvamos a los bellos paisajes de esta región de San Luis.

Tenía en la cabeza un par lugares muy recordados de aquellos años de residencia en Merlo, claro, hace unos 20. Y en un mundo que cambia en minutos, 20 años es el infinito. Uno era Aguas Buenas, algo así como un camping, en el Río Seco (que aguas arriba es bastante caudaloso), y que lleva a un sitio de extracción minera, hoy abandonado, sobre el mismo río, con algunas «ollas» de varios metros de tamaño y también de profundidad, absolutamente transparentes y frías, en partes iguales. Pues bien, tranquera cerrada con candado. Había muerto el dueño y los herederos ya no querían recibir gente, una pena. El otro, Altos del Cóndor (en aquella época era solo un paraje), también con tranquera. Se trata de un sendero que llega a la cima de la montaña y permite disfrutar de vistas únicas, con una «pampa» muy verde arriba. Una pena, si bien la naturaleza se disfruta, de todos modos, en esa región, como sea.

Luego de un día de fuertes lluvias, el arroyo de Villa Elena se desbordó, como todos los ríos serranos, y cambió drásticamente su apariencia, adquiriendo una fuerza intimidante. El día anterior, aprovechamos un baño en sus transparentes y frías aguas. Al mal tiempo, buena cara. Algún trekking menor, relax, paz, respirar profundo ese limpio aire de montaña, y a volver. La mañana del lunes nos despertaba con otra casi torrencial caída de agua y de hecho nos acompañó buena parte del regreso. De todos modos, energías recuperadas, reseteo físico y mental, y la tranquilidad de un viaje confortable con el Cronos 1.8. En Mina Clavero, el contador parcial marcaba 115 km, y el rendimiento promedio, 13.9 km/l. Finalmente tras otros 250 km, llegábamos nuevamente a Córdoba, finalizando el modo «paseo».

Algunas apostillas finales del Fiat Cronos. Más allá del confort de marcha comentado, llamó la atención el poco filtrado de ruido de los guardabarros, sobre todo con lluvia. El forzador de aire, por otro lado, tiene un gran caudal, más que el necesario, en su punto más alto. A 110 km/h, este Cronos viaja a 2,500 rpm en 6a y a 3,100 rpm en 5a. Otro de los pocos aspectos negativos tiene que ver con que en subidas no muy fuertes, la caja baja a 5a o 4a, aumentando el consumo. De todos modos permite un manejo secuencial, claro. Balance final positivo para un viejo conocido de Automotiva. Como solemos expresar, «el mercado tiene la última palabra», y en este caso ha elegido a Fiat Cronos como el más vendido de Argentina. No es poco.