Es bastante difícil -diría imposible- abstraerse totalmente de este maravilloso mundo del automóvil, aun en plenas -y muy esperadas- vacaciones. Menos aun si uno se encuentra en el epicentro de la movida veraniega en cuanto a paradores y stands se refiere.
Decidimos entonces, aprovechar y realizar una prueba distinta: disponer de Fiat Grand Siena y realizar un típico viaje familiar (con 5 personas a bordo), durante más de 2500 km y poder evaluar así, en condiciones hiper reales, el comportamiento del modelo.
Mientras tanto, decidimos tomar contacto con algunos modelos expuestos en los stands de Pinamar y Cariló. Y comenzamos con el Peugeot 508 HDI FAP, un auto sobre el que no teníamos demasiadas expectativas previas. No por alguna razón en particular, sino porque, al fin y al cabo, Peugeot (como tantas otras) es una marca generalista (si bien viene mostrando una cercanía al mundo premium) y no tiene el know how del más alto nivel que muestran las alemanas, protagonistas de aquel mundo selecto.
Pero, la verdad es que el 508 HDI (que cuesta casi lo mismo que los alemanes equivalentes) me demostró que aquel prejuicio era solo eso, un simple prejuicio.
Su diseño exterior es muy agradable, mostrando sus proporciones importantes. Supera en tamaño al 407 al que sucedió (en realidad reemplazó a aquel y al 607 al mismo tiempo) y se nota. Muy atractivo diseño exterior, con una cola muy personal, y tal vez, solo tal vez, una trompa con un pequeño déficit de personalidad. Me recuerda a los concepts de Peugeot de los últimos años. Espacio interior apto -y de sobra- para 5 ocupantes, los que viajarán muy cómodos en el 508.
Aun estando en Pinamar, donde se ven modelos de segmentos altos, y no debería llamar la atención un Peugeot, el 508 fue muy mirado, mostrando justamente, lo acertado de su diseño.
Por dentro la cosa es aún mejor. Excelente diseño interior, 5 indicadores analógicos, computadora de a bordo, generoso display central, y head-up display, al estilo 3008.
Comodísimas butacas en cuero, con apoya muslos extensibles y regulación eléctrica. Manual la -doble- del volante. Absoluto confort a bordo.
Caja tiptronic de 6 relaciones con levas al volante. Muy práctico. El motor de nuestra unidad era el 2.0 HDI de generosos 163 CV que, a pesar del peso importante del 508, consiguen moverlo con agilidad, acelerando con mucho nervio y lo más importante, con un consumo miserable: 12.8 km/l en ciudad.
Solo encontramo algo ruidoso el motor, sobre todo en ralentí. Pero fuera de esto (estando las ventanillas abiertas), el motor responde muy bien y es sereno en su funcionamiento.
Aprovechamos la visita al stand de Peugeot para convesar con la gente de la marca. Muy conformes con los test drives realizados por los asistentes al stand (pudimos dar fe de la cantidad de gente anotándose mientras esperabamos al 508), y la respuesta de la gente. «A pesar que 508, por posicionamiento, no es un generador de volumen, sino más bien imagen de marca, no tenemos dudas del éxito del modelo, y la verdad, nos ha sorprendido la cantidad que hemos visto en Pinamar», aseguraron.
A diferencia de otros años, el stand se concentró en el mundo Alta Gama, mostrando toda la familia 308 (incluídos GTI -que probaremos en estos días- y cabrio), 408, 3008, 5008, RCZ y 508.
También mostraron la gran expectativa que se está generando con el próximo 208, que se fabricará en Brasil y llegará a nuestro país sobre el segundo semestre del año.
«El hecho de llegar desde Brasil en cuanto a versiones normales permitirá un posicionamiento de precios muy competitivo, recibiendo desde Europa las GTI y cabrio, que no aportan volumen sino imagen de marca», comentaron.
Devolvimos el excelente 508 HDI, quedándonos con ganas de probar el GT (motor 2.2 diesel de 204 CV) no disponible para test. Y volveremos a buscar el 308 GTI y tomar un breve contacto. Atractivo y muy bien ubicado stand de la marca, y con toda la -alta- gama.