El Volvo 240, 260 y otros, nacieron en 1974 (llegó a Argentina a fines de esa década) y se mantuvo en producción hasta 1993. Fue sin dudas «el» sedán de la marca sueca, uno de sus modelos/series más recordados. Claro, hoy la industria automotriz mira al mundo eléctrico (aunque esté en una meseta) y a formatos SUV, crossover y pickup, en detrimento de sedanes, coupés, hatchbacks, rurales, ni hablar monovolúmenes, aunque, pareciera que asoma en el horizonte una débil tendencia a no dejar morir aquellas atractivas e históricas siluetas. Y las de Volvo están dentro de las más icónicas y recordadas.
No, Volvo no está pensando en revivir al 240, o al menos no lo ha hecho público. Ha presentado sus SUV eléctricos EX30 y EX90, y el año próximo llegará el ES90, sucesor del actual S90. Pero también hemos hablado del ES60, hermano menor de aquel, y otros posibles desarrollos. Y en ninguno aparece una reencarnación de la Serie 200. Pero como soñar es gratis, un diseñador independiente, de apellido Rubinstein Towler, imaginó cómo se vería un actual Volvo 240, adaptado a los actuales tiempos del mundo del automóvil pero emulando a su abuelo. Y sin las limitaciones de los departamentos de costos, de finanzas, de proveedores, de RRHH, todo es más fácil y casi que solo juega la imaginación.
Este 240 EV actual sería eléctrico (en dicha imaginación), compartiría la plataforma SPA2 de la china Geely (dueña de la marca sueca), y podría contar con una potencia del orden de los 400 CV; más que suficiente, ¿no? Los guiños visuales al original están en el sector frontal y trasero, en la firma lumínica, de manera principal. Claro, con el martillo de hoz presente aunque atrás con los faros de sus hermanos más recientes. En el interior, claro, no es sencillo amular a un auto analógico de hace 40 años, y por lo tanto salvo el volante, no hay vínculos visuales con sus orígenes. ¿Quedará este 240 en el «lápiz» de un diseñador particular?, ¿o tomará nota Volvo estudiando su viabilidad? Quizás debería…