Ambos tienen algo en común, además de su fabricante, claro: son dos íconos, no solo dentro de Renault, sino de la industria automotriz mundial en general, al menos de la europea. Y para nosotros también tienen cierta nostalgia. El R4, porque fue fabricado en Santa Isabel, y el 5 porque si bien llegó en pocas cantidades en épocas de apertura de importación, cuenta con no pocos seguidores en Argentina, ni hablar en su Francia natal o en España. Y la verdad es que llamaba la atención que Renault no recurriera a la conocida fórmula de «volver a la vida» a modelos icónicos, como sí hizo Fiat con el 500, MINI con el Mini o Volkswagen con el Beetle, por ejemplo. Y vaya si tiene modelos icónicos la francesa para «recuperar». R4, R5, R12, R18, por mencionar algunos. Claro, también es cierto que en una industria automotriz global, dominada por las economías de escala y la reducción permanente de costos, producir un modelo nuevamente, adaptado, encima, a los cánones actuales (de diseño, de seguridad, de funcionalidad, etc.) no siempre resulta rentable.
Por otro lado, con la nueva conducción del ex SEAT Luca de Meo, Renault parece dar un cambio de rumbo, apuntando a aquellos objetivos antes mencionados. Lo comentamos hace poco, cuando hablamos sobre la Renaulution», la revolución de Renault que encarará con De Meo a la cabeza. Y si bien el plan apunta a bajar las pérdidas en una etapa inicial, y retomar la senda del crecimiento, lo que implicará reducciones de todo tipo, también se sabe que es muy probable que Renault traiga a la vida a dos de sus modelos más famosos, el R4 y el R5. Claro, conceptual y estéticamente no tendrán tanto de aquellos (como sí ocurre con el 500 por ejemplo). Se sabe que serán eléctricos, y con un formato más apuntado al crossover, sobre todo en el caso del R4. Sí, de todos modos, algún vínculo estético deberán tener para que los nombres reutilizados tengan un efecto «nostalgia» en el mercado, sino será intrascendente la vinculación sentimental. Recordemos que R4 nació en 1961 y se produjo hasta 1993, con casi nulas actualizaciones estéticas, aunque sí en el interior, adoptando, justamente el tablero del R5.
Incluso tuvo su origen en el R3, poco conocido, que fue un R4 inicial, digamos concept, más barato, sin tercera ventanilla y más «low cost». Más de 8 millones de unidades fueron producidas y sus motores fueron creciendo desde los 750 cm3 hasta los 1.1 litros, aunque, en nuestro país llegó a ser -casi- 1.4 en las últimas versiones GTL, adoptando el motor del R12. En Argentina se fabricó entre 1963 y 1986, con casi 160,000 unidades. El R5, más contemporáneo, nació en 1972 y se mantuvo hasta 1996, con una segunda serie actualizada, denominada Supercinco (1984), y las inolvidables variantes turbo, con carrocería ensanchada, y con gran protagonismo en el Rally mundial. Recordado el Maxiturbo, con motor 1.5 de 350 CV. Cinco millones y medio de unidades fueron vendidas del R5, y contó con versiones de 3 y 5 puertas. Está asegurado, dicen desde Renault, aunque no de manera oficial, el regreso de los inolvidables R4 y R5. Ojalá así sea, para beneplácito de los no pocos fanáticos de ambos modelos.