Sí, el tercero, porque la historia de Volvo con el mundo eléctrico comenzó con el XC40 Recharge, modelo derivado del XC40 «normal» con motores a combustión. Fue en 2019. De todos modos, no fue el inicio de la carrera hacia los EVs, al menos no de manera decidida y frontal como ahora. Primero con el EX90, «sucesor eléctrico» del XC90, y ahora con este EX30, que se ubica en el escalón más bajo de la marca sueca, por debajo incluso del XC40. Con una longitud de 4.23 m, resulta casi 20 cm más corto. Bastante. Ya me referiré a su aspecto exterior, pero podemos adelantar que es algo así como «un EX90 small». Será fabricado en China (como tantos otros eléctricos) y desde allí llegará a los principales mercados mundiales.
De hecho utilizará la plataforma SEA de Geely (su propietaria), la misma del smart #1. No solo la base sino tambien sus mecánicas. Opción de un motor y 272 CV (FWD), y doble tracción y sendos motores eléctricos, para alcanzar los 428 CV, con lo que puede llegar a los 100 km/h en 3.6 segundos. Tremendo. Autonomía que se ubicará por debajo de los 500 km. Más que interesante. Baterías de 49 kWh para el primer caso y 64 kwh para el más potente. Por dimensiones se ubicará en la categoría B-SUV, aunque por calidad, prestaciones, equipamiento, en la práctica, se acercará al escalón siguiente, el C-SUV. Su precio será de 36,000 euros, según versión, claro.
Como tantos otros modelos de la actualidad, cuesta definirlo estéticamente. Claramente no es un hatchback, aunque tiene algunos elementos de ese formato. La marca lo posiciona como SUV, y tiene elementos del mundo aventurero. Quizás crossover, sin serlo de manera muy fiel, pueda ser el término más aproximado. Moderno, sobrio, con imagen de robustez, con una carrocería con algunos pliegues y cambios de volumen pero bastante limpia y ambos ejes, sobre todo el trasero, en los extremos. Perderá algo de volumen de carga pero mejora habitabilidad, y estéticamente queda mejor. Sin dudas su signo característico viene dado por la firma lumínica frontal, con el histórico «martillo de Thor», pero ahora en segmentos; vanguardista.
Atrás también mantiene los faros verticales Volvo, aunque segmentados, algo curioso dada la historia de la marca. El perfil siempre permite un análisis más exacto, más riguroso, y ahí se ven las características arriba descritas. Capot alto y luneta chica, por un techo de gran caída hacia atrás y una cola elevada. Curiosamente elige manijas de puertas clásicas, y no embutidas como marca la tendencia actual. Atractivo. En el interior, minimalismo absoluto, exagerado, subjetividad mediante. Ausencia de mandos físicos, poco práctico, y raro en una marca ícono de la seguridad, pero las tendencias mandan. Podríamos tenerlo en Argentina, pero depende de tantos factores que por ahora solo signo de pregunta.